jueves, 31 de diciembre de 2009

Salmos 119 Tau (Parte 89, final)

“Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden. Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.” Salmos 119:175-176

No hay nada mas bonito que ser buscado por Dios. No lo puede comprender el razonamiento humano, la mente no es capaz de comprender porqué El creador de todo el universo puede dedicar su tiempo a buscarnos.

Una sola es la razón; el amor.

Creo que todos en la vida nos hemos extraviado, hemos perdido el rumbo, cuando nos damos cuenta ya no sabemos dónde estamos. En esos momentos la brújula de la vida deja de funcionar y nuestra única ayuda es Dios. Él puede regresarnos al buen camino.

Creo que estas fechas de fin de año son excelentes para recapacitar y preguntarnos dónde hemos perdido el camino, en qué áreas de nuestra vida vagamos sin rumbo. Hacer un alto y pedirle a Dios que nos ayude.

La rutina diaria, las desilusiones de la vida hacen que caminemos perdidos sin rumbo, rumbo que perdimos poco a poco, alejándonos poco a poco de nuestros sueños y metas. A veces no vivimos, sino mas bien sobrevivimos y otros, simplemente van caminando sin rumbo al ritmo de la vida, en otras palabras se les va la vida sin avanzar.

Dios tiene el poder de rescatar nuestras vidas desde el lugar donde estemos y en la edad que tengamos, para Él no es problema. El problema sigue siendo el mismo que comenté al principio; no le creemos. Él quiere lo mejor para ti, lo mejor para tu familia. Sólo te pide que le creas.

Aprovecha estas fechas, de verdad, para meditar bien en tus caminos, y pedirle ayuda y cuando llegue del cielo la respuesta, lo único que tienes que hacer es creerle.

Armando Carrasco Zamora.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Salmos 119 Tau (parte 88)

“Esté tu mano pronta para socorrerme, porque tus mandamientos he escogido. He deseado tu salvación, oh Señor, y tu ley es mi delicia.” Salmos 119:173-174

Pareciera obvio decir que un día todos piden la ayuda de Dios, pero no es así. Hay quienes no quieren que Dios los salve. He encontrado dos patrones de conducta seguramente hay más pero yo he visto dos muy tangibles.

Una de ellas es cuando la persona es demasiado rebelde y abiertamente se rehusa aceptar toda ayuda divina, son personas que por alguna razón su corazón se ha endurecido a tal manera que se dicen estar enojados con Dios y no se imaginan pidiéndole ayuda.

Pero también hay otros que se sienten autosuficientes y piensan que Dios no puede involucrarse en sus vidas, creen que Dios si existe pero que está demasiado ocupado en sus asuntos. Creen que pueden encontrar solución en sus propias fuerzas. Es una soberbia de sentirse tan fuerte que no necesita la ayuda de Dios.

Analizamos estos dos casos por la parte final del pasaje que estamos estudiando, que dice “he deseado tu salvación…” parece obvio que todos quisiéramos la salvación de Dios pero no es así.

Y lo comento por lo siguiente, a veces pedimos que Dios nos salve de alguna enfermedad, de algún problema económico, familiar, sin embargo la mayor salvación es la de nuestras almas, todos necesitamos un Salvador.

Esto debería ser universal, el que todos los hombres reconozcan la necesidad de que sus almas sean salvadas, sin embargo aquí también hay personas que no quieren la salvación que Dios proveyó para el hombre, piensan que ellos mismo se van a salvar, que con sus buenas obras pueden llegar al cielo.

La Biblia dice otra cosa, en ella aprendemos que la única forma de llegar a Dios es a través de Él mismo. No hay un camino que el hombre pueda fabricar para alcanzarlo, no hay una forma de invención humana para vivir al lado de Dios por la eternidad.

Jesucristo fue muy claro, Él dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida y nadie viene al Padre sino por mí”. No dijo que Él era uno de los caminos, ni una de las verdades, sino que dijo qué Él es el camino, que Él es la verdad. Hay un solo camino. Ese es el único camino.

Si de corazón sincero lo reconoces basta con que se lo digas, que has creído en Él y en Su Palabra. Eso es todo lo que pide, desea como el salmista la Salvación de Dios.

Armando Carrasco Z.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Salmos 119 Tau (Parte 87)

“Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos. Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.” Salmos 119:171-172

A lo largo de todas estas reflexiones acerca del salmo 119 he comentado que es una referencia a La Palabra de Dios. Para el caso de nuestro estudio cuando el salmo dice: decretos, estatutos, dichos, mandamientos, juicios, ley, testimonios, Etc., se refieren a la Palabra de Dios. Por lo que en el pasaje de hoy también es así. La referencia directa es a Su Palabra.

En la primera parte dice “Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tu Palabra” Una de las cosas más impactantes es cuando entendemos algo de la Biblia, es cuando el mismo Espíritu de Dios nos enseña Sus Palabras. La Biblia es el único libro que necesitas conocer al autor para entenderle. La Biblia es un libro vivo con verdades poderosas que transforman vidas enteras, que transforman naciones. Es un libro que toma poder cuando es enseñada. Cuando Dios mismo la enseña. Y allí empieza lo maravilloso.

Por eso el autor de este salmo dice que sus labios se llenarán de alabanza cuando Dios le enseñe Su Palabra. Porque queda uno maravillado. De las verdades que están en la Biblia pero más de que sea Dios mismo quien nos las enseñe. Esa es razón suficiente para alabarlo y exaltarlo.

Sin embargo, también hay otra razón más, dice en la segunda parte: “hablará mi lengua tus dichos, porque tus mandamientos son justicia.” Es tanto el poder de justicia que contiene la Biblia que nos va transformando día a día, nos va cambiando el corazón, nos va cambiando el alma. Nos va transformando a Su imagen y a Su semejanza. La Palabra de Dios tiene ese poder transformador.

Llega al grado que nuestra mente es reformateada. Y nos moldea de acuerdo a Su palabra al grado que llega el momento en que de nuestra boca salen los dichos de Dios. Así como muchas veces usamos dichos populares para expresarnos mejor o para presentar una idea de manera mas ilustrativa, así mismo llegamos a usar la Biblia.

Estamos tan llenos de ella que empezamos a hablar sus dichos. Porque sabemos como dice el salmista, toda ella es justicia. Nos damos cuenta de las valiosísimas verdades y queremos que todos las disfruten y que todos disfruten del poder transformador de la Biblia.

Armando Carrasco Z

lunes, 14 de diciembre de 2009

Salmos 119 Tau (Parte 86)

“Llegue mi clamor delante de ti, oh Señor; Dame entendimiento conforme a tu Palabra. Llegue mi oración delante de ti; Líbrame conforme a tu dicho.” Salmos 119:169-170

Vemos dos cosas en este parte del salmo que estamos estudiando: número uno, el autor pide que su clamor y su oración llegue a Dios. Hay un sentir en el hombre y en la mujer acerca del destino de sus oraciones. Aquí nos damos cuenta que hay oraciones que no llegan a Dios. Y eso nos debería hacer pensar, deberíamos meditar y estudiar qué oraciones son las que no llegan a nuestro Dios.

Hay un pasaje en la primer carta de Pedro en el capítulo 3 versículo 7 que dice: “Ustedes, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” En este versículo podemos ver que el trato hacia nuestras esposas es factor clave en las oraciones, tanto que si hay un mal trato hacia ellas, entonces nuestras oraciones son estorbadas.

Yo creo que en algún momento los discípulos de Jesús se dieron cuenta de la importancia de la oración y se dieron cuenta de que Jesús cuando oraba recibía respuesta a todas sus oraciones, que de plano le pidieron al Señor que les enseñara a orar.

Y una de las cosas que Jesús les enseña es que la oración no debe estar conformada de vanas repeticiones. (Mt. 6:7)

Y así en toda la Biblia vemos que hay oraciones que pueden tener estorbo. Yo creo que esa es una de las razones por las que debemos leer y estudiar la Biblia porque en ellas encontramos la forma de orar. Otra es que la única manera de aprender a orar es orando.

La otra parte que vemos en este pasaje es que en dos ocasiones dice: “conforme a” en el primer versículo dice “dame entendimiento conforme a tu palabra” y la segunda pide que sea librado también conforme a su palabra. No es conforme a su manera de ver las cosas, no es conforme a su propio entendimiento de la vida, o a sus propias conclusiones. Es conforme a Su Palabra.

La oración también tiene lineamientos que deben hacerse conforme a Su Palabra. Nuestros ruegos y clamores también deben estar alineados a Su Palabra. Esa es la clave de oraciones escuchadas, esa es la clave de oraciones respondidas. En Juan 15:7 Jesucristo dice: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”

Armando Carrasco Z.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Salmos 119 Sin (Parte 85)

“Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera. He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos tus caminos están delante de ti.” Salmos 119:167-168

Las cosas que valoramos son las que guardamos. La Biblia la tenemos en un estante y podemos decir que la tenemos “guardada”. Pero nunca la abrimos, nunca la leemos y cuando la leemos le agregamos comentarios nuestros, la cerramos y la volvemos a guardar.

Todo cambia cuando al leerla nos damos cuenta del enorme valor práctico que tiene y ya no solo guardamos la Biblia en el librero, sino en el corazón y la llevamos con nosotros a donde quiera que vamos. La palabra que leímos ahora reside en nosotros. La llevamos “guardada” dentro de nosotros.

Pero hay otro significado para la palabra “guardar” es cumplir u observar una regla. Aquí vemos cuando verdaderamente estamos guardando Su Palabra. Cuando leemos la Biblia y la ponemos en práctica. Eso es verdaderamente guardar Su Palabra.

A así como realmente sabemos si valoramos la Biblia, porque todo mundo dice que la Biblia es sagrada, o que la Biblia contiene la verdad o cosas por el estilo, sin embargo poco hacen por conocerla y mucho menos hacen por ponerla en práctica.

Por otro lado están los que ni siquiera la han leído una sola vez pero cómo la critican, desparraman un sin número de argumentos en contra de la Biblia pero nunca la han leído una sola vez, todos sus argumentos están basados en lo que dicen otros. El problema es que esos “otros” tampoco la han leído toda. Y creen que sus argumentos son válidos. Critican algo que no conocen. Mucho menos dicen que la aman.

Cuando empezamos a leer la Biblia nos damos cuenta que todos nuestros caminos están delante de Dios. Que nada escapa a su mirada. Que nada se le sale de control. Él está pendiente de todos nuestros movimientos y hasta de nuestros pensamientos y de las intenciones de nuestro corazón. Por eso en muchas ocasiones decimos como el salmista: ¡Todos mis caminos están delante de ti!

Nos damos cuenta que lo que mas nos conviene es vivir nuestra vida de acuerdo a Su palabra que contiene todo lo mejor para nosotros. Es una armonía perfecta; nuestros caminos están delante de Él y Dios mismo nos enseña el camino, solo queda en nosotros que lo obedezcamos y que verdaderamente “guardemos” Su Palabra.

Armando Carrasco Z.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Salmos 119 Sin (Parte 84)

“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he esperado, oh Señor, y tus mandamientos he puesto por obra” Salmos 119:165-166

Uno de los beneficios más tangibles de ser amantes de la Biblia, es la paz que ella nos trae. El hombre puede comprar autos, y casas, mujeres y diversión pero nunca podrá comprar paz. Es un artículo fuera del alcance del dinero. Es un bien que sólo Dios puede darnos. Esta paz es uno de los beneficios tangibles de leer, estudiar y poner en práctica Su Palabra.

Hay una paz natural, es la paz que el hombre conoce cuando todo le va bien, esa paz es humana, es una paz condicionada y todos los hombres la han experimentado. La paz de la que habla la Biblia no es de esa paz, es una paz diferente, es una paz a prueba de fuego. Es una paz que invade al hombre de pies a cabeza y todo su ser hasta lo más profundo de su corazón.

La paz humana se va cuando las buenas circunstancias se van, la paz divina llega cuando las circunstancias malas vienen. Si aprendemos a tener la paz de Dios podemos experimentar esa paz siempre, con buenas condiciones o sin ellas.

Jesucristo dijo que es una paz que el mundo natural no conoce. A esa paz sólo puede accederse por medio de la Palabra. Cuando amas la Biblia y la crees entonces te encuentras en la zona de la paz. No hay otra forma de entrar a esa zona mas que acercándote a la Biblia.

Ahora una aclaración importante, esa paz no te la da la Biblia en sí misma esa paz te la da Dios. Hemos dicho en otros ensayos que la Biblia es el acceso a Dios y es Dios el que te da la paz. Uno de los nombres de Dios es “Príncipe de paz”. Cuando accesas a Dios el Dios de la paz te envuelve en ella. Son sus brazos los que te rodean, es la seguridad de saber que estás en manos seguras. Esa paz no te la da nada ni nadie.

Este pasaje cierra diciendo que sus mandamiento ha puesto por obra. Esta es la clave de ser sabio. Esta es la clave para permanecer. Leer la Biblia por cultura no sirve, leer la Palabra solo para llenarnos de información no funciona, lo que la activa, es ponerla por obra. Eso hace una fuerza poderosa en nosotros. Poner en práctica lo que leemos en la Biblia nos hace hombres y mujeres fuertes. Nos habilita para tener la capacidad de soportar y salir avante de cualquier situación adversa.

Poner por obra lo que lees en la Biblia es el sello que te separa de ser un “porrista” de la Biblia, en ser un seguidor de La Palabra. En una solo eres un animador, un simpatizante que apoya lo que ella dice, pero en la otra, eres transformado en un discípulo directo del Padre.

Armando Carrasco Z.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Salmos 119 Sin (Parte 83)

“La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo. Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.” Salmos 119:163-164

Como lo dije desde un principio; este salmo es una referencia enfática a la Palabra de Dios. Radical en cada pasaje y este no es la excepción. Cuando una persona ha sido alcanzado y transformado por Su Palabra, su percepción de la verdad y la mentira se aclara. Y uno puede hacer la diferencia perfectamente entre la mentira y la verdad, a tal grado que uno decide amar la verdad y aborrecer la mentira.

Al vivir en un mundo lleno de ambigüedades y repleto de zonas “grises” se dificulta creer la aseveración de este pasaje, ya que actualmente todo mundo vive de una manera en la que el compromiso es algo raro. Y precisamente es compromiso lo que se requiere para poder afirmar que amamos la verdad y aborrecemos la mentira.

Pero es a ese punto donde nos lleva Su Palabra. Nos lleva a hacer compromisos, nos lleva a tratar de ser mejores cada día, dejar la zona de comodidad para ser transformado por Su Espíritu. No es fácil, es un camino estrecho, pero vale la pena, como dice Hanna Montana en su película: “La vida es cuesta arriba, pero la vista es genial”.

Por otro lado, el pasaje continua diciendo que 7 veces alaba a Dios, el número siete es símbolo de perfección y eternidad. Por lo que realmente está diciendo es “Dios yo te alabo siempre y de manera perfecta”.

Todo el día, todos los días de nuestra vida debemos adorarle. Eso es un corazón adorador. No sólo que cantes los domingos, sino que tu vida misma sea un canto de alabanza. Que tus acciones sean notas musicales que exalten a Dios. Tu vida debe sonar a alabanza. Eso es adorar a Dios 7 veces al día.

Y la adoración perfecta no es otra cosa que adorar en espíritu y en verdad, Dios es espíritu y sólo a través del espíritu puedes entablar un contacto con Él, no lo hagas con la mente, adora en el espíritu. Inténtalo, es más fácil de lo que te imaginas.

Y en verdad es que a veces adoramos cosas que no son Dios. Dios es la verdad y solo a Él puedes adorarlo en “verdad”. No te equivoques. Dios solo es Dios, nadie más. Los atributos que sólo Dios tiene no los tiene nadie más. Adora sólo a Dios.

Dios está buscando tales adoradores. Dios te está buscando.

Armando Carrasco Z.

martes, 17 de noviembre de 2009

Salmos 119 Sin (Parte 82)

“Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus palabras. Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.” Salmos 119:161-162

En este pasaje de este salmo que enfatiza todo el tiempo de Su Palabra, vemos que el autor aún cuando era perseguido sin razón, lo que él verdaderamente temía no era el peligro de sus enemigos sino de la Palabra de Dios.

Es un temor santo y reverente, pero de mayor impacto que un temor al hombre. El temor a Dios cambia vidas, y curiosamente ese temor nos da libertad. Ese temor nos protege. Muy al contrario del temor del hombre que nos hace cautivos y esclavos y nos deja a la deriva.

Vale la pena desarrollar un santo temor a las Palabras de Dios, en ellas encontramos la vida y el camino, el rumbo para cada situación de nuestras vidas, el poder para enfrentar las circunstancias adversas. Tener temor de Su Palabra es querer obedecerla no solo conocerla. Porque esa es la diferencia. Poner en práctica lo que la Biblia dice.

Por otro lado vemos que el autor dice que le da tanto gusto leer las Escrituras, tanto como si encontrara muchos despojos. Como si encontrara un botín. Así de maravillosa es la Biblia y es algo que sigue sucediendo hoy miles de años de haber sido escrita. Encontramos mensajes tan valiosos para nuestra vida de todos los días que no podemos dejar de asombrarnos y de maravillarnos.

Cuando lees un pasaje que se acomoda de manera precisa a una situación de tu vida personal, es cuando abres los ojos y te das cuenta que quien realmente está detrás de toda la Biblia es Dios mismo. Pero lo curioso es que no solo sucede una vez y ya… sino que la Biblia te proporciona una guía de por vida, una guía permanente que te lleva a puerto seguro, qué digo “puerto” te lleva a casa. Al lugar donde perteneces. Te lleva a Dios.

Esa es la razón por la que muchos de los que leemos de manera consistente la Biblia. Por que nos volvemos adictos a su consejo, consejo realmente seguro.

Además pareciera como si fuera un escáner de alta potencia que atraviesa todo nuestro ser, nuestro corazón y nuestros pensamientos. Vemos cómo al leerla cobra vida. No solo expone lo que encuentra mal en nosotros, no su parte no es acusarnos, sino que nos ofrece siempre una solución. Y Soluciones prácticas que se pueden llevar a la vida cotidiana.

La solución a lo que estás buscando está en la Biblia, es un hecho. Cuando la encuentres te va a pasar lo mismo que al autor, te llenarás de alegría como si hubieras encontrado un gran tesoro. Y es verdad, la Biblia es un gran tesoro al alcance de la mano.

Armando Carrasco Z.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Salmos 119 Resh (Parte 81)

“Mira, oh Señor, que amo tus mandamientos; Vivifícame conforme a tu misericordia. La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.” Salmos 119:159-160

Este pasaje es clave para entender las sectas. La Biblia no promueve religiones, la Biblia promueve buscar la relación directa con nuestro Dios. Es una invitación directa y franca a iniciar una relación con el Creador.

Por su parte las sectas buscan tener rituales que satisfagan la búsqueda natural del hombre por Dios. Pero los rituales no llevan a nada. Dios en su Palabra enseña claramente que el hombre no puede llegar a Él por ningún ritual, la única forma de conseguirlo es a través de Jesucristo. Eso dice la Biblia, ya está en cada quien creerle o no.

Las sectas mencionan partes de la Biblia y basan muchas de sus doctrinas solo en pasajes aislados o de plano textos independientes de la Biblia. Pero olvidan algo importante, algo que precisamente dice este pasaje de la Biblia.

En este salmo dice claramente: “La suma de tu palabra es verdad”. Para comprender esto es necesario leer toda la Biblia y no sacar nada de su contexto. Es necesario estudiar el global de la Biblia, porque como ella misma dice “la suma de tu palabra es verdad.”

La gente a veces lee uno o dos pasajes y de allí arma toda una religión. Olvidándose del mensaje global. Invariablemente, cuando se estudian las sectas se da uno cuenta que se han basado solo en porciones de la Biblia, y por lo general ninguno de los practicantes son asiduos lectores de la Biblia, solo conocen los pasajes que sus líderes les presentan.

Por eso mismo Jesucristo decía: “ustedes se equivocan por ignorar las Escrituras” leían parte de la Biblia pero no conocían el mensaje completo.

La forma más segura de no equivocarse es leer el mensaje completo de la Biblia. Por eso la insistencia de desarrollar un hábito de lectura diaria de la Biblia. Creo que como hijos por lo menos, por lo menos deberíamos leer toda la Biblia por lo menos una vez en la vida. Sin embargo creo que el compromiso real debe ser leer la Biblia todos los días. Estar en contacto con ella siempre.

A través de ella conocemos a Dios, lo que ha hecho por nosotros, su amor inexplicable, su poder, sus maravillas. No dejes de acercarte a la Biblia y procura conocer el mensaje completo.

Armando Carrasco Z.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Salmos 119 Resh (Parte 80)

“Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, mas de tus testimonios no me he apartado. Veía a los prevaricadores, y me disgustaba, porque no guardaban tus palabras.” Salmos 119:157-158

Hay una calcomanía de auto muy famosa que dice: “Hacer el bien produce buena suerte” yo le pondría abajito y en letras chiquitas, como letra de contrato bancario: “también produce persecución.” Es una realidad que hacer el bien hace que muchos se conviertan en tus enemigos. Por eso es que muchos se han escudado bajo la bandera de “yo no le hago daño a nadie” bandera que los coloca en una zona de comodidad donde según ellos no reciben daño. Pero eso es asunto de otro tema… lo cierto es que hacer el bien produce enemigos y persecuciones.

Una vez que has estado en contacto con la Biblia, que has conocido su contenido y todo lo que ella dice, es casi imposible quedarse sen hacer nada, algo te impulsa o por lo menos te inquieta a hacer las cosas como Dios manda. Y cuando lo empiezas a hacer, allí aparecen los perseguidores.

Mira; si te pones a leer metafísica, o gnosticismo o yoga o meditación trascendental, nadie te dice nada, a lo mucho dirán que estás loco, pero cuando dices que estás leyendo y estudiando la Biblia… las cosas cambian. Todos se te vienen encima, de repente salen los perseguidores. Te dicen de todo tratando de disuadirte que dejes de leer la Biblia y mucho menos que dejes de poner en práctica lo que ella dice. Es impresionante pero así es. Y lo más triste que muchas veces esas críticas provienen de los seres más cercanos a nosotros.

Por otro lado vemos que el autor dice que los prevaricadores lo hacían enojar, vamos a empezar por definir qué quiere decir prevaricador, en primer lugar el diccionario dice que prevaricar es cuando un funcionario público falta a sus obligaciones y deberes de su cargo, como cuando por ejemplo (Así lo pone el diccionario) aceptan soborno. Eso es prevaricar. Cuando el autor notaba que personas con una responsabilidad pública cambiaban el derecho por un soborno, terminaba enojado.

Sé que lo mismo pasa en nuestros días cuando la injusticia es estorbada por los sobornos, y no podemos menos que enojarnos, al darnos cuenta que hacen caso omiso a la Palabra que marca los estándares de justicia.

El hombre por su propia maldad no quiere acercarse a la Biblia, mucho menos quiere ponerla en práctica, sus intereses están en juego. Por eso entendemos perfecto este pasaje, porque ellos forman parte de la clase de personas que persiguen a aquellos que deciden estudiar la Biblia y ponerla en práctica.

Armando Carrasco Z.

jueves, 29 de octubre de 2009

Salmos 119 RESH (Parte 79)

“Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos. Muchas son tus misericordias, oh Señor; vivifícame conforme a tus juicios.” Salmos 119:155-156

Como hemos visto todo el salmo 119 gira en torno “guardar Su palabra” y todos sus beneficios. Estos pasajes no son la excepción. Y nos muestran bien claro el peligro de apartarse de buscar Su Palabra.

Su palabra siempre está cercana a nosotros, siempre está accesible a cada uno de nosotros, pero por el simple hecho de no creer en ella, nos alejamos de la Salvación que ella contiene.

Es tan simple pero tan simple que el hombre no cree que pueda encontrar en la Biblia su salvación. El hombre le gusta complicarse la vida, le gusta hacer rituales para encontrar de la manera difícil su salvación. Pero no la encuentra, no hay en toda la tierra ni en toda la historia de la humanidad un ritual que salve tu vida. Pero al hombre le encanta andar buscando “caminos” para llegar al cielo o a la eternidad.

Y se encuentra tan cerca como una Biblia, leerla y creerla. Es por eso que el autor de este salmo comenta que “la salvación está lejos de los impíos”, por el hecho de no buscar Su palabra.

Por otro lado todos aquellos que buscan en Su Palabra, lo primero que dicen es “grande y abundante es tu misericordia”, sólo porque nos damos cuenta que sin ella simplemente no podemos vivir, la misericordia de Dios alcanza a todos, es por su misericordia que seguimos vivos y de pie.

Dice la misma Biblia que sus misericordias son nuevas cada mañana. Misericordia quiere decir no recibir lo que por nuestros malos actos merecemos. Sin ella ningún hombre estaría de pie. Es Su misericordia la que nos mantiene vivos todos los días de nuestra vida.

La Biblia contiene la vida que necesitamos para alcanzar la salvación. Leerla y estudiarla nos lleva al camino de salvación. En ella se encuentra la vida y no está escondida, está al alcance de todos.

Armando Carrasco Z

martes, 20 de octubre de 2009

Salmos 119 Resh (Parte 78)

“Mira mi aflicción y líbrame, porque de tu ley no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra.” Salmos 119:153-154

La Biblia enseña que si pones en práctica sus enseñanzas te irá bien en tu vida. Y muchos decidimos hacerlo así. Por lo que empezamos a guardar Su palabra pero sucede después de un tiempo que nos damos cuenta que aún cuando estamos haciendo lo correcto, vienen a nuestra vida momentos de angustia y situaciones de conflicto.

Es entonces cuando estudiamos en la misma Biblia que también nos habla de situaciones en nuestra vida que van a ponernos en circunstancias difíciles por varias razones.

Y es en esos momentos cuando le hablamos a Dios pidiéndole ayuda sabiendo que nos hemos esforzado por guardar Su Palabra, que lo que estamos recibiendo no es una consecuencia de algún acto ilícito en nuestra vida, sino que es una circusntancia adversa, que por las razones que sean ha llegado a nuestra vida y nos ha puesto en una zona de adversidad y angustia.

Por eso es que libremente el autor del salmos dice: “Defiende mi causa” porque él sabía que lo que estaba pasando no era resultado de sus malas acciones sino un ataque directo en su contra por lo que pide la ayuda divina para defender su causa.

Y no solo eso sino que le pide que le de vida de acuerdo a las promesas que Dios le había hecho. En otra versión dice así: “…dame vida conforme a tu promesa” Dios le había hablado al autor y ahora que estaba pasando por una situación extrema le solicita a Dios que sea llenado de vida conforme a la promesa que Dios le había hecho.

A veces, lo único que nos queda para vivir es una promesa de Dios para nuestras vidas. Hay momentos en los que se agotan todos los recursos y todas las posibiliades y solo nos queda en el corazón una promesa de Dios para nosotros. Y esa promesa es la que nos da esperanza y nos da vida.

Ahora bien, ¿Cómo y cuando recibimos promesas de Dios? Bueno hay muchas formas pero hay dos muy comunes que deberíamos buscar; una de ellas es orando y la otra es leyendo, cuando Dios nos revela sus promesas para nuestras vidas. Es en esos momentos en los que Dios se muestra a nosotros y nos da una promesa.

Es por eso que leer la Biblia es imprtantísimo porque muchas veces es allí donde Dios te va a equipar con promesas para tu vida. Y creéme que todos pasamos situaciones por las que debríamos siempre tener una promesa que nos mantenga con vida y esperanza.

Armando Carrasco Z

lunes, 12 de octubre de 2009

Salmos 119 Cof (parte 77)

“Cercano estás tú. Oh Señor, y todos tus mandamientos son verdad. Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido.” Salmos 119:151-152

Creo que uno de los errores de percepción más grandes de la humanidad es creer que Dios está lejos. Todos, o casi todos, tenemos la idea falsa de que Dios se encuentra muy muy lejos de nosotros, más allá de las galaxias mas lejanas.

La mayoría de los hombres y mujeres no sólo creen que Dios está lejos sino también muy ocupado. Que no tiene tiempo para la humanidad ni mucho menos para alguien en particular.

Pero la Biblia dice todo lo contrario, que Dios está cerca de nosotros y muy al pendiente de lo que nos sucede. El no solo está cerca, el QUIERE estar cerca de ti. Y hace hasta lo imposible porque tú lo sepas. El problema es que no le creemos lo cerca que está y lo mucho de interés que tiene por cada uno de nosotros.

El hombre es el que quiere a Dios lejos, que no se meta en su vida, ese es el verdadero problema. Cuando empezamos a leer y estudiar la Biblia podemos llegara tener una mejor percepción de la cercanía de Dios. Cuando leemos la Biblia nos damos cuenta que todo lo que dice en ella es verdad. Que lo creas o no, es otro asunto.

Dios está tan al pendiente de nosotros que nos dejó un manual de operaciones para que nos vaya bien en la vida, porque la Biblia no es otra cosa si no eso, un instructivo para la vida, pero ni siquiera la leemos y lo peor es que cuando por alguna razón llegamos a leerla o visitamos algún lugar donde la estudian… no le creemos. Insistimos en creer que Dios está lejos y que no le interesamos.

Dios ha cumplido su parte. Dios está cerca y nos lo dice. Ya de ti depende si le crees.
Dios le ha dedicado de Su tiempo a escribir todo un manual de vida. Ya depende de ti se le crees.

El tiempo es un buen sazonador del entendimiento, los años que se van acumulando leyendo Su palabra hacen que entendemos mejor las cosas de Dios y que las vayamos corroborando por nosotros mismos. No es lo mismo que alguien platique de sus experiencias a que nosotros las experimentemos en carne propia.

Cada día que pasa, cada mes que pasa y por supuesto cada año que pasa se van acumulando anécdotas de las veces que se cumple la Palabra de Dios en nosotros. Por eso te insisto que no dejes pasar mas tiempo y que te conviertas en un asiduo lector de la Biblia.

Armando Carrasco Z.

martes, 29 de septiembre de 2009

Salmos 119 Cof (Parte 76)

“Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Señor, vivifícame conforme a tu juicio. Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley.” Salmos:149-150

El hombre tiende a ejecutar sus juicios de acuerdo a sus propios parámetros y de acuerdo a sus propios juicios. El hombre es cruel. Sus juicios los hace sin misericordia, completamente conforme a su propia manera de ver las cosas. Caer en las manos de un hombre sin misericordia es una cosa terrible.

Por eso, el autor clama que su voz sea escuchada conforme a la misericordia de Dios, y que sea vivificado conforme a Sus juicios. Porque sabía que se podía acercar a Dios y hablarle sabiendo que Dios lo atendería no midiéndolo conforme la perspectiva humana, sino bajo su divina percepción de las cosas. Si Dios hiciera a un lado su misericordia, nadie de nosotros podría acercarse, caeríamos fulminados al suelo. Es a través de Su misericordia mostrada en Jesucristo que podemos acercarnos a Él confiadamente.

Jesús abrió el camino de la misericordia. Sólo a través de Él podemos empezar a relacionarnos con Dios como Padre.

Por otro lado vemos algo que aparentemente es obvio, pero que vale la pena recordar, porque a todos nos puede pasar. La Palabra de Dios nos acerca a Él, dejarla, hacerla a un lado, ignorarla hace que nos alejemos de nuestro Padre.

Cuando no guardamos Su Palabra y me refiero a guardarla a estudiarla y ponerla en práctica, la misma vida sin Su Palabra nos aleja de Dios. Y nos acerca a la maldad, la Biblia funciona como un centro de atracción como un gran imán que nos atrae a Dios, dejarla nos acerca a la maldad.

Y vemos en toda la Biblia cómo un fruto de cuando estás cerca de la maldad te conviertes en perseguidor de aquellos que estudian y ponen en práctica lo que la Biblia dice. Hay algo dentro de nosotros que se activa cuando no guardamos Su Palabra y no soportamos aquellos que sí lo hacen.

Por otro lado, la evidencia de estar cerca de Dios es amar al prójimo. Jesucristo dijo: “En esto conocerán que son mis discípulos, que se amen los unos a los otros.”

Un test muy sencillo para saber cuánto estamos cerca de Dios o cuánto estamos alejados, es analizar si somos perseguidores o perseguidos, si somos amamos al prójimo o lo odiamos o simplemente lo ignoramos.

Acércate al fuerza de atracción que te lleva a tu Padre. Empieza a leer la Biblia y a ponerla en práctica. Hay mucho que Dios quiere decirte.

Armando Carrasco Z.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Salmos 119 Cof (Parte 75)

“Me anticipé al alba, y clamé; Esperé tu palabra. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos.” Salmos 119:147-148

Tenemos la mala idea de que sólo los monjes ermitaños son capaces de pararse a orar en la madrugada. Es una idea que debemos quitarnos de la cabeza. Los inicios del alba los mejores momentos para buscar a Dios.

Muchos de nosotros no nos cabe en la cabeza que nos desmañanemos para buscar a Dios o para meditar en Su palabra. Por eso ahora te pongo un reto. Inténtalo. Empieza por romper tu estructura mental y visualízate buscando a Dios en la madrugada de un día común y corriente.

Dios se deja ver con los que lo buscan. Dios da un entendimiento nuevo a los que verdaderamente lo buscan. Y la madrugada tiene algo especial. Yo se que puedes orar y pensar en Él a cualquier hora del día. Pero algo tiene la madrugada que la Biblia registra loa momentos de oración de grandes hombres de Dios orando en la madrugada.

Todo empieza desde que ponemos el despertador. Allí nuestra mente se está preparando, desde ese momento Dios ve un corazón que le cree. Y no lo defrauda. Por eso es que muchos una vez que lo experimentan, ya no lo dejan nunca. Se les convierte en un hábito. Más que un hábito, en una adicción. ¡Bendita adicción! De buscar a Dios en los albores de la mañana. ¡Bendita adicción que cambia los corazones de quienes lo buscan!

En la segunda parte de este pasaje en otra versión dice así: “…en toda la noche no pego los ojos, para meditar en tu promesa…” Esto está cañón. Y veo tres cosas en esto:

1. Dios le da promesas a sus hijos, promesas específicas a cada uno de ellos.
2. Sus promesas son tan contundentes y concretas que nos hacen meditar en ellas.
3. Son tan impactantes que nos quitan el sueño por estar pensando profundamente en ellas.

Todo esto no está disponible sólo para algunos cuantos, está disponible para todos. No se trata de convertirte en un monje aislado del mundo y de la sociedad para poder acceder a las delicias de la Palabra de Dios.

La Biblia es tan impactante que nos transmite todo el amor de Dios y nos muestra su naturaleza bondadosa.

Armando Carrasco Z.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Salmos 119 Cof (Parte 74)

“Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Señor, y guardaré tus estatutos. A ti clamé; sálvame, y guardaré tus testimonios.” Salmos 119:145-146

A veces nuestra última esperanza es Dios, y otras tantas lo consideramos como nuestro último recurso. Cuántas veces hemos esperado hasta que la soga está en el cuello para clamar a Él o que el agua nos esté ahogando para pedirle su ayuda.

La intervención de Dios en nuestros asuntos es cosa seria, Él quiere hacerlo, Dios desea intervenir de manera directa en nuestras vidas, no tenemos que esperar hasta el último minuto para pedirle Su ayuda.

Si nos hiciéramos del hábito de tomar en cuenta a Dios desde el inicio de nuestros proyectos otro cantar sería. Si cuando empezamos un plan se lo presentamos a Papá, seguramente las cosas serán diferentes porque desde un comienzo Él está involucrado.

Lo curioso es que en este salmos vemos la parte muy humana del autor; que cuando ve el problema encima y clama, de inmediato hace un voto. “Dios ayúdame y guardaré tu Palabra”, ¿Cuántas veces no hemos hecho esto nosotros? Sólo hasta que ya no vemos la luz es cuando nos queremos comprometer a “guardar Su Palabra” y hasta hacemos votos delante de Él.

Su Palabra es muy clara, si la guardamos nos irá bien en esta tierra y en la eternidad. ¿Para qué esperar a tener problemas para hacer un voto para guardar Su Palabra? Es mejor que antes de que vengan los problemas, le presentes tus planes y proyectos a Papá y que tengas su apoyo y guianza desde un inicio. Las cosas son totalmente diferentes.

Ahora bien, cabe aclarar que esto no quiere decir que ya nunca vas a tener problemas, lo que quiero decir es que es muy diferente cuando Dios está involucrado desde un principio. Y no lo tomas como cruz roja, sino realmente lo consideras como tu padre.

Dios es su gran amor por nosotros nos responde en ambos casos, pero dime una cosa, a ti cómo te gustaría que te tratara tu hijo… que solo te buscara cuando tiene problemas, o ¿te gustaría que te buscara sólo por ser su papá y que compartiera contigo todos sus proyectos?

Tienes un Padre amoroso, que está deseoso de tener una relación contigo. No lo busques hasta que tengas problemas, búscalo ahora y guarda Su palabra no por una promesa porque que te ayudó, sino porque verdaderamente lo amas y lo consideras tu padre.

Armando Carrasco Z.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Salmos 119 Tsade (Parte 73)

“Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia. Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré.” Salmos 119:143-144

Cuando pasamos tiempos de problemas y tenemos en nuestras vidas aflicción y angustia creemos que todo absolutamente todo está en nuestra contra. Pero cuando analizamos Su palabra nos damos cuenta que no es así. Que es precisamente en esos momentos cuando Dios sigue estando allí. No hay un momento del día en que Dios nos abandone o se aleje.

Dios con todo su amor está siempre con nosotros. Y nos damos cuenta al leer Su palabra. Y por eso podemos decir que en los tiempos más problemáticos, más angustiosos, más peligrosos, allí siempre ha estado Dios con nosotros.

Y de repente se nos viene a la mente el pensamiento acusador; “Qué pasa cuando estamos en un problema o en angustia porque pecamos. Seguro Dios ya no me ama y está enojado conmigo.” No es así. Los problemas y las angustias causadas por el pecado no es que Dios nos los haya mandado, nosotros mismos nos pusimos en una situación difícil.

No es que Dios te ponga en una situación dolorosa, eres tú quien se puso allí. Ahora no le eches la culpa. Él siempre te va advertir las consecuencias. Es por eso es que amamos su palabra. Aún cuando estemos en problemas y en angustia… ¡Su palabra es nuestra delicia!

Ahora la última parte de este pasaje dice: “…dame entendimiento y viviré.” Es precisamente por lo que comentamos antes. Cuando lees la Biblia y Dios te da entendimiento puedes conocer lo que verdaderamente Dios quiere de tu vida. Y te das cuanta que todo lo que quiere para ti son cosas buenas. NUNCA, léelo bien, nunca desea cosas malas.

Dios siempre, siempre, siempre desea lo mejor para ti. Él es bueno y sólo cosas buenas salen de Él. Por eso amamos Su palabra, por que a través de ella nos damos cuenta de esta verdad.

Una oración acertada es pedir entendimiento. Entender es vida para nosotros. Cuando entendemos nuestros cobramos vida. No dejes de leer la Biblia, no dejes de orar pero ahora pide entendimiento.

Armando Carrasco Z.

martes, 1 de septiembre de 2009

Salmos 119 Tsade (Parte 72)

“Pequeño soy yo, y desechado, mas no me he olvidado de tus mandamientos. Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.” Salmos 119 Tsade 141-142

La humildad es la llave que abre la puerta de los cielos y te acerca a los tesoros escondidos del Padre. La humildad es la virtud que empuja al cielo a enseñarte las cosas más profundas de la Biblia.

Es la soberbia, lo que impide que puedas entender y aceptar Su palabra. Por eso siempre están en franca rivalidad. La soberbia contra la humildad. La soberbia se jacta de asegurar que no existe Dios y mucho menos que La Biblia es La Palabra del Creador. La humildad no se pone a discutir, porque entiende que el soberbio, no tiene la cualidad que abre el entendimiento. Simplemente disfruta los tesoros revelados en Su Palabra.

Este pasaje empieza con suma humildad, reconociendo su condición y aseverando que es desechado por los hombres. Pero también recordando que a pesar de toda oposición, de toda burla y aún reconociendo ser el más pequeño e insignificante, no se olvida de Sus mandamientos.

Es una aseveración profunda; cuando reconoce en su humildad su condición, también reconoce que lo único que tiene valor en su vida es Dios, es Su palabra.

El autor de este salmo no se detiene en querer justificar su pequeñez, ni trata en esta ocasión de pedir venganza. Simplemente valora lo que tiene, y lo valora tanto que eclipsa todo el menosprecio que percibe de su prójimo. Es tanto el valor que experimenta que se olvida de lo insignificante que él sabe que es.

Es cierto, en Dios somos grandes, es verdad Dios quiere que nos veamos como Él nos ve, pero también es cierto que ser humildes nos acerca a Él. De hecho es el único camino seguro para estar lo más cerca de Él. Al contrario de la soberbia, que no sólo nos aleja de Dios sino que Dios mismo nos resiste. Eso dice la Biblia. (1 Pedro 5:5)

Y después para terminar dice dos frases que sólo se pueden entender estando parado en el umbral de la humildad; La justicia de Dios es eterna. No importa donde estés ahora, Su justicia te puede alcanzar. Para bien o para mal. Y también dice; Su ley es la verdad. Esto acaba con el camino de los que andan “buscando la verdad”. Jesucristo, el verbo de Dios hecho carne, es la verdad.

Jesús fue muy claro; “Yo soy el camino, la verdad y la vida.”

Armando Carrasco Z.

lunes, 24 de agosto de 2009

Salmos 119 Tsade (Parte 71)

“Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras, sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo.” Salmos 119 Tsade 139-140

Todos tenemos enemigos, algunos muy literales y otros comerciales, pero todos tenemos enemigos. Y dentro de lo más profundo de nuestro ser queremos que a nuestros enemigos les vaya mal, realmente resulta difícil poner en práctica lo que nos dijo Jesús de amar a nuestros enemigos.

Este pasaje en particular me llama mucho la atención por lo que dice el autor, dice que se consume de celo porque sus enemigos se olvidan de la Palabra de Dios. ¡Hágame usted favor! Creo que yo nunca ni siquiera lo hubiera pensado, enojarme porque mis enemigos ¡no ponen en práctica la Biblia! Eso sí me hizo pensar.

Cuando amas la Palabra de Dios realmente quieres y anhelas que todo mundo la conozca y la ponga en práctica ¡incluyendo a tus enemigos! Eso sí es entender la Biblia.

En este pasaje donde dice “mi celo me ha consumido” se puede interpretar como “me he enojado mucho por algo que cuido”. Hemos visto que el autor realmente buscó estar expuesto a La Palabra de Dios siempre, y en este pasaje nos muestra el entendimiento tan profundo que tenía acerca de la Biblia, esa fue la razón por la que lo consumía el celo de que sus propios enemigos se olvidaran de las Escrituras.

Tal vez por eso dice en el versículo 140 que “sumamente pura es tu Palabra”. Porque el autor sabía que las escrituras no estaban contaminadas, que eran confiables en su totalidad y no podía comprender como es que sus enemigos la hayan olvidado.

Por otro lado, el diccionario dice que puro es algo que no se ha mezclado con otra cosa. Esto quiere decir que la Biblia no se ha mezclado con otras filosofías. Que la mano del hombre no ha intervenido para “ensuciarla” ni mezclarla. La Biblia es 100% divina. No se ha mezclado con las ideas de los hombres, por eso es tan confiable.

El hombre con todo y sus defectos no ha colaborado para mezclar las Escrituras, la Biblia se ha preservado como pura desde que existe. Es nuestra guía segura de vida. Deberíamos decir como el autor del salmo; Por eso la amamos.

Armando Carrasco Z.

lunes, 17 de agosto de 2009

Salmos 119 Tsade (Parte 70)

“Justo eres tu, oh Señor, y rectos todos tus juicios. Tus testimonios, que has recomendado son rectos y muy fieles.” Salmos 119:137-138

Todos los problemas del hombre, tienen su raíz en el desconocimiento de la Palabra de su Creador. El hombre al no conocer cuáles son los principios operativos de Dios para su vida, hace todo lo contrario y los resultados son desastrosos. Y muchas veces hasta le echa la culpa a Dios mismo de sus problemas.

El primer paso del hombre para llevar una vida estable, es conocer la Biblia. En ella están contenidos todos los principios que el hombre debe conocer para lograr tener una vida en plenitud y vivir de acuerdo a los estándares de divinos.

Dios siempre a puesto a la mano del hombre su “manual de vida”, su “instructivo”, pero lo hemos desechado, hemos creído (equivocadamente) que es un libro “religioso” o muy “místico” y no lo hemos consultado. Pero una cosa es segura, la Biblia siempre ha estado al alcance del hombre.

Cuando empezamos a leer la Biblia nos damos cuenta de lo mismo que el autor de este salmo se percató; que todos los juicios de Dios son rectos y justos. Dios es justo, y eso es mucho a nuestro favor, porque podemos confiar en la justicia de Dios. Él nunca va a hacer algo injusto. Su propia naturaleza se lo impediría.

Cuando somos sinceros con nosotros mismos ante Dios, lo único que podemos decirle es que Él tiene toda la razón y que Él es el único justo sobre toda la Tierra. La misma Biblia dice que no hay un hombre justo que haga el bien y que nunca peque. Sólo Dios es justo.

Cuando sabemos y lo entendemos podemos confiar en Dios plenamente.¡Dios es justo! ¡Confía en Dios! Lo único que Dios quiere para tu vida es bien. Porque es justo. Nuestras propias acciones son las que nos llevan a una vida de dolor y agonía.

Cuando nos enfocamos en aplicar acciones acordes a Sus principios por lógica nuestra vida empieza a mejorar y a estabilizarse. Dios quiere lo mejor de lo mejor para nosotros, ¡Eso dice la Biblia!

Por eso te invito a que no te tardes más y empieces a leerla, a conocerla y a confiar cada día más en tu Creador. Él siempre está recomendándote sus testimonios, sus consejos. Y tal como dice este pasaje: “…tus testimonios que has recomendado son rectos y fieles…”

Presta atención a Sus Palabras, deja de seguir tus propios consejos, conoce lo que Dios piensa de la situación que estás pasando, pon en práctica lo que te aconseje y confía en Dios. El es justo y lo único que quiere es el bien para ti y los tuyos.

Armando Carrasco Z.

lunes, 10 de agosto de 2009

Salmos 119 Pe (Parte 69)

“Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, y enséñame tus estatutos. Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.” Salmos 119:135-136

Yo creo que una de las bendiciones más grandes sobre la tierra es que se pueda ver en nosotros el reflejo de la gloria del rostro de Dios. Pocas bendiciones pueden superar ésta.

Esa es la idea de Dios desde que creo al hombre, que reflejara su imagen. Dios hizo al hombre para que lo representara aquí en la Tierra. Por eso nos hizo a su imagen y a su semejanza. Cuando alguien entiende esto y pone en su vida la meta de reflejar a su Creador, todas sus acciones están influenciadas por esta meta.

Cuando la humanidad lo entienda, entonces sí que viviremos de mejor manera, actualmente por ignorar este principio, el hombre lo que refleja es su propia vida. Su propia manera de hacer las cosas, y esto nos está llevando al caos. Incluyendo el sobrecalentamiento global.

Reflejar el rostro de Dios en nosotros no sólo es como una vanidad, lleva consigo la consigna de aprender “los estatutos” de nuestro Creador, lleva consigo el propósito de conocer Su Palabra. Por eso es que el autor inmediatamente después de pedir que el rostro de Dios resplandezca sobre él, dice “…y enséñame tus estatutos”.

Estar expuestos a la Biblia, es estar expuestos a Dios. Cuando de manera genuina buscas a Dios en la Biblia, seguro lo encuentras. Y es allí en esos encuentros personales donde se va quedando impregnado en ti, la gloria de Su presencia. Y entonces empiezas a entender lo maravillosa que es Su Palabra.

Entiendes que aplicarla en tu vida provoca que reflejes la imagen de tu Papá celestial. Provoca que el rostro de Dios se vea resplandeciente en ti. Y por eso podemos entender la segunda parte de este pasaje.

Dice el autor que llora cuando se da cuenta que la humanidad no obedece Su palabra. Cuando tú te das cuenta de lo valioso y poderoso de poner en práctica la Biblia, también te das cuenta que hay mucha gente que no aplica sus principios.

Yo creo que el deber moral que surge del entendimiento de esto, debe movernos a compartir Su palabra con otros. Porque muchos, si no es que la mayoría no aplican la Palabra de Dios como norma para sus vidas, simplemente porque no la conocen.

Comparte con otros lo que sabes de la Biblia. Te conviene a ti, le conviene al que te escucha, nos conviene a todos.

Armando Carrasco Z.

lunes, 3 de agosto de 2009

Salmos 119 Pe (Parte 68)

“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoreé de mí. Líbrame de la violencia de los hombres y guardaré tus mandamientos.” Salmos 119:133-134

Hemos comentado que el salmo 119 hace una referencia muy directa a muchas cualidades de La Palabra. Todo el salmo gira alrededor de las propiedades de la Biblia.

Y esta es una de las grandes virtudes de la Palabra; Que tiene el poder de ordenar nuestros pasos. Muchas veces hemos querido cambiar hábitos que nos controlan y por más que nos prometemos cambiar, no podemos. Bueno, pues la Palabra tiene el poder de cambiar y ordenar nuestras vidas.

La Biblia nos muestra tres cosas importantes:

- Nos muestra el camino correcto para nuestras vidas
- Nos enseña el “cómo” corregir nuestros pasos
- Tiene el poder de cambiar nuestros hábitos

En otras palabras, La Palabra no sólo nos enseña el camino correcto sino que nos dice cómo lograr que caminemos en él, y no se limita a eso, sino que también tiene el poder sobrenatural de cambiar nuestras vidas.

Es por eso que el autor de este salmo dice contundentemente que la iniquidad no se “enseñoreará” de nosotros. En el momento en el que La Palabra empieza a actuar en nosotros nos provée de todo lo necesario para que el pecado y los malos hábitos no nos gobiernen.

La religión por sí misma no tiene el poder de transformarnos. Lo único que puede transformar tu vida es Dios mismo. Tu creador. Y una herramienta que utiliza es la Biblia.

Por eso es que insisto en la lectura habitual de la Biblia. Cuanto más estemos expuestos a Su Palabra mas oportunidades tendremos de un cambio genuino en nosotros.

Y no sólo eso, sino que al estar estudiando constantemente La Palabra empezamos a conocer un poco mas de cerca a nuestro Papá celestial. Y ese solo hecho hace nuestra vida diferente. Pasamos de tener información acerca de Él a conocerlo a Él.

Armando Carrasco Z.

lunes, 27 de julio de 2009

Salmos 119 Pe (Parte 67)

“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoreé de mi. Líbrame de la violencia de los hombres, y guardaré tus mandamientos.” Salmos 119:133-134

Comentamos en un principio que este salmo 119 apela directamente a muchas de las virtudes de La Palabra. Y este versículo es muy específico con muchos significados.

El primero de ellos es que nos damos cuenta que la palabra de Dios tiene un poder tal que puede ordenar “nuestros pasos”. Cuántas veces hemos intentado cambiar nuestro mal carácter o nuestros malos hábitos pero no podemos. Nos damos cuenta que no tenemos la capacidad de cambiar nuestra forma de ser con nuestros propios recursos.

Es allí donde entra la Palabra. La cual sí puede ponerle orden a nuestra vida. El primer paso para que actúe en nosotros es estar expuestos a la Biblia; leerla directamente, escucharla, actualmente hay Biblias habladas que podemos escuchar en el auto, en la oficina o en la casa. Otra es asistir a lugares donde estudien la Biblia, otra es leer libros, cursos y talleres de la Biblia.

Pero el poder de La Palabra no es solo conocerla, sino ponerla en práctica. Jesús fue muy claro en esto cuando dijo: “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.” (Lucas 6:47-49)

Vemos muy claramente que nuestra solidez en nuestra vida no es que sepamos mucho de la Biblia sino que la pongamos en práctica. Debemos estar expuestos a Su Palabra para conocerla y una vez que la conocemos ponerla en práctica.

Esa es una clave que nos protege. Poner en práctica Su Palabra tiene el poder para ordenar nuestros caminos.

Lo que me llama la atención es que dice “que ninguna iniquidad se enseñoreé de mi” Eso es increíble. Una vez que la Palabra está surtiendo efecto en nosotros, nos capacita para vencer el pecado. Logra que éste ya no se adueñe de nuestra voluntad y que podamos romper el yugo del hábito pecaminoso.

Por lo que podemos concluir así; Busca estar expuesto a la Biblia, ponla en práctica y te darás cuenta del poder que tiene para ponerle orden a tu vida.

Armando Carrasco Z.

lunes, 20 de julio de 2009

Salmos 119 Pe (Parte 66)

“Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos. Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.” Salmos 119:131-132

Dios tiene costumbres. Él acostumbra hacer ciertas cosas, son sus hábitos. Y uno de ellos es tener misericordia con aquellos que lo aman. ¡Qué hábito tan increíble!

Amar a Dios nos coloca en la zona de los buenos hábitos del Creador. Cuando Amas a Dios entras al grupo de aquellos de los que Dios tiene misericordia. Y déjame decirte que Dios es un Dios misericordioso, pero para aquellos que lo aman su misericordia se extiende.

Tal vez por eso Jesús nos dijo que debemos amar a Dios con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente y con todo nuestro ser. Porque sabía de la enorme bendición que es tener la misericordia de Dios.

Por definir un poco; misericordia quiere decir “no recibir el castigo que nos merecemos” Es el atributo principal del perdón. Es un ingrediente que mueve el corazón de Dios para que podamos ser perdonados. ¡y todos necesitamos de Sus misericordias!

Y muchos nos preguntamos ¿y cómo se puede amar a Dios? Pregunta básica pero muy importante. Siguiendo con las instrucciones de Jesús debemos amar a Dios con todo nuestro ser. Esto quiere decir que toda nuestra vida sea un poema de amor. Que actuemos de acuerdo al amor que profesamos.

No debemos quedarnos en palabras, no es suficiente decirle a Dios que lo amamos se lo debemos demostrar con hechos. Y la mejor forma de hacerlo es obedeciendo Su Palabra. Sin embargo tampoco es suficiente si sólo te dedicas a obedecer lo que la Biblia dice, es necesario que apartes un tiempo para dedicarlo solo a Dios. Momentos en los que con tus propias palabras le dices que lo amas. Es una mezcla, le dices que lo amas con tus palabras y se lo demuestras con tus hechos.

Por eso mismo el autor de este Salmo dice que “suspiró por sus mandamientos” un suspiro de enamorado. Un suspiro que evoca el amor que le tienes a Su palabra y Sus mandamientos.

Amar a Dios implica demostrárselo. No te quedes callado. No te quedes en la intención. Busca la manera de llevarle serenata a tu Creador, busca la manera de practicar el amor.

Armando Carrasco Z.

miércoles, 15 de julio de 2009

Salmos 119 Pe (Parte 65)

“Maravillosos son tus testimonios; Por tanto, los ha guardado mi alma. La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.” Salmos 119 Pe 129-130

De acuerdo al diccionario la palabra testimonio se refiere a la afirmación que comprueba la certeza de la existencia de algo. En otras palabras testimonio es cuando algo comprueba la evidencia de un hecho.

Por eso el autor del salmo, dice que los testimonios de Dios son maravillosos, cuando uno ve la evidencia de Su existencia por medio de sus testimonios, es que quedamos “maravillados”. Dios se deja ver en su creación. Los ateos le atribuyen a la “casualidad” no solo la existencia de lo que vemos sino también a su sustento. Pero cuando somos sinceros y vemos “los testimonios” del creador, podemos estar seguros y certeros de Su existencia.

Tú mismo eres testimonio de Él, de su poder, de su creación y de su amor. Tú mismo eres maravilloso, tu ser demuestra y afirma la existencia de Dios. El hombre puede explicar algunos sucesos de la ciencia, puede llegar a comprender porqué suceden las cosas, pero lo que no puede es crear vida. Eso es suficiente razón para que nos maravillemos en sus testimonios.

Por otro lado vemos en este mismo pasaje que estar expuestos a Su palabra hace que seamos “alumbrados”. La Biblia nos ilumina nos hace entender las cosas.

Cuando La Palabra de Dios es expuesta a nuestras vidas, ésta produce entendimiento, lo que antes veíamos oscuro cuando llega La Palabra se aclaran las cosas y las entendemos. La Palabra tiene un poder tremendo que logra “abrirle” los ojos a cualquiera.

Cuando la Biblia se refiere a los simples, lo hace de las personas con poca preparación académica, y de aquellos que su vida es sencilla, y es increíble cómo personas simples, después de estar expuestas a la Palabra, se convierten en personas sabias, en personas con una capacidad de entendimiento impresionante.

Lo vemos en Pedro, un sencillo pescador, que al ser expuesto por tres años aproximadamente, a la Palabra de Dios, adquiere una sabiduría filosa y poderosa, a tal grado que los que lo escuchaban se preguntaban “¿De dónde tiene este tanto conocimiento?”

Esa debería ser una razón suficiente para que diario leyéramos uno poco de la Biblia. Creo que a todos nos caería bien un poco de entendimiento.

Armando Carrasco Z.

lunes, 1 de junio de 2009

Salmos 119 Ayín (Parte 64)

“Por eso he amado tus mandamientos sobre todas las cosas, mas que el oro, y más que oro muy puro. Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas y aborrecí todo camino de mentira.” Salmos 119:127-128

Estos pasajes son aquellos que cuando los leemos a la “ligera” creemos que son exagerados, pero si los leemos con detenimiento y meditación tendremos que hacernos una pregunta.

¿Cómo es posible que alguien pueda comentar que no hay nada mas valioso que los mandamientos de la Palabra? Yo se que por reverencia todos o casi todos lo dirían, pero sinceramente solo sería por cortesía. Porque en su vida jamás, jamás, jamás, viven creyendo que Sus mandamientos son más valiosos que todo lo que tienen y más que todo lo que desean.

Esa es la cuestión. Decirlo es muy fácil. Pero vivir realmente creyendo que no hay cosa más valiosa que la Palabra es muy diferente.

El autor de este salmo dice enfáticamente que ama la palabra de Dios más que el oro muy puro. El oro es el símbolo de poder y de prosperidad por excelencia. Decir que Su palabra vale mas que todo lo que valoramos es algo muy muy serio.

La parte clave de este pasaje que nos mide si solo decimos por cortesía que valoramos su palabra o si verdaderamente amamos Su Palabra por sobre todas las cosas, está en la parte final de este versículo. Que dice “…aborrecí todo camino de mentira”.

La palabra aborrecer es de acuerdo al diccionario; tener aversión u odio hacia algo o alguien. Por lo que si tu amas La Palabra de Dios por sobre todas las cosas una evidencia es que aborreces decir mentiras. Para ser más preciso no solo dice que aborrece decir mentiras si no que todo camino de mentira, hay personas que viven en un mundo de mentiras, todo lo que los rodea son mentiras.

La mentira es lo contrario a la Palabra, desde Génesis hasta el Apocalipsis vemos en la Biblia que el camino de la mentira está presente en toda la historia de la humanidad. La palabra se sustenta a sí misma por que es la verdad.

Si realmente amamos Su palabra por sobre todas las cosas, debemos empezar por aborrecer la mentira. la verdad de su palabra es la que hace que nos enamoremos de ella, y la única manera de enamorarnos de ella es conociéndola. Que no se te pase la vida sin que seas expuesto a la verdad pura de Su Palabra.

Armando Carrasco Z.

Salmos 119 Ayín (Parte 63)

“Tu siervo soy yo, dame entendimiento para conocer tus testimonios. Tiempo es de actuar, oh Señor, porque han invalidado tu ley.” Salmos 119:125-126

El hombre pasa por muchos momentos críticos en su vida. Egoístamente el hombre piensa que puede hacer y deshacer lo que quiera. Inclusive muchas veces el hombre piensa que se puede invalidar las leyes universales de Dios. Aún cuando son obvias las consecuencias de invalidarlas, el hombre cree en un momento determinado que nada sucederá por tales transgresiones. Pero todos aprendemos que hay leyes universales de Dios que tienen graves repercusiones si las trasgredimos.

Una de ellas es la ley de la siembra y la cosecha. Es una ley que seas creyente o no, estás sujeto a ella. Todo lo que siembras lo cosechas. Si siembras limones seguro cosechas limones, si siembras sandías, cosechas sandías, si siembras mentiras, seguro cosechas mentiras, si siembras amor cosechas amor. No hay vuelta de hoja. A veces es tanta nuestra soberbia que creemos que podemos sembrar cosas pero que no las vamos a cosechar nosotros, eso es una mentira. Pero estamos tan cegados que creemos ser mas poderosos que Dios creyendo que podemos transgredir esta ley.

El lugar donde estás en esta vida, las situaciones que estás pasando no es otra cosa que el resultado de lo que has sembrado. Haz un análisis cuidadoso de tu vida y comprobarás que lo que vives es la cosecha de lo que tú has sembrado. Un punto interesante para cambiar nuestro futuro, es sembrar todo aquello que queremos cosechar dentro de un tiempo. Es una ley universal. Es una ley que Dios puso al hombre para guardarlo con límites que lo protejan.

Si en este momento estás pasando tiempos difíciles, la buena noticia es que puedes cambiar tu futuro. Elije bien la semilla que vas a sembrar porque es 100% seguro que es lo que vas a cosechar en tu porvenir.

Pero si estás en el punto donde estás sembrando egoístamente, creyendo que tú eres el centro del universo y que a ti no te va a pasar nada, algún día te vas a acordar de estas líneas. Cuando estés cosechando lo que ahora siembras. Tal vez estés engañando a tu esposa, y crees que nunca se va a dar cuenta… tal vez tengas razón, ella nunca se va a dar cuenta, pero la ley de la siembra y la cosecha ha empezado su curso. Y un día tú o tus hijos serán engañados. Será solo la consecuencia de lo que haces hoy. Tal vez le estás robando a tu papá y crees que eres más inteligente que él, sólo porque no se ha dado cuenta, y ¿sabes? Tal vez nunca se de cuente, pero la ley de la siembra y la cosecha ha empezado su marcha, y tus propios hijos algún día creerán lo mismo que tú, que son más inteligentes que sus padres.

Estás a tiempo de frenar la siembra errónea. Puedes elegir a partir de hoy sembrar cosas buenas para tu futuro y para tu vida y tu familia. Detente y medita. Toma acción y siembra sólo semillas para tu beneficio.

Armando Carrasco Z.

Salmos 119 Ayín (Parte 62)

“Mis ojos desfallecieron por tu salvación, y por la palabra de tu justicia. Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.” Salmos 119:123-124

El sufrimiento nos llega de manera diferente a cada humano. A unos les llega por la enfermedad a otros por la escasez económica, a otros por pérdidas familiares. Lo cierto es que también sabemos que el nivel de sufrimiento es diferente en cada persona. Y los que han sufrido de verdad… saben lo que significa esta frase: “mis ojos desfallecen por la salvación de Dios”. En otras palabras; “mis ojos se consumen por ver la salvación de Dios”.

Cuando toda esperanza se ha marchitado, cuando toda seguridad ha desaparecido y toda luz se ha extinguido…cuando lo único que tenemos es una palabra, una promesa de Dios… nuestros ojos están a punto de agotarse por esperar ver la salvación de nuestro Dios.

Son momentos difíciles. Momentos que quisiéramos olvidar. Sin embargo. Cuando llega el oportuno socorro, todo se olvida. En un momento regresan las fuerzas, en un momento regresan las esperanzas y hasta los sueños.

Amigo, amiga, si estás pasando por una situación de desesperanza, no quites tus ojos de Su promesa, te recomiendo que leas el salmo 121. Aférrate a él. Toma cada palabra escrita allí como una promesa y por nada de nada quites los ojos de esa palabra. Tu salvación llega a tiempo.

Todo tiene solución. Todo es negociable hasta la muerte. Lee por favor 2 Reyes 20:1-11 La Palabra tiene una promesa para ti, sólo tienes que buscarla y aferrarte a ella. Dios te ama y te da promesas específicas para tu vida.

Pon tus ojos en su palabra, y aunque en un momento dado parezca que no llega, no quites tu mirada de Él. Dios nunca llega tarde, llega en Su momento. A veces lo único que nos queda es la mirada, no la pongas en cosas que no te van a salvar, te repito pon tus ojos en Su palabra. Nunca te va a defraudar.

Armando Carrasco Z

miércoles, 13 de mayo de 2009

Salmos 119 Ayín (parte 61)

“Juicio y justicia he hecho; no me abandones a mis opresores. Afianza a tu siervo para bien; no permitas que los soberbios me opriman.” Salmos 119 Ayin 121-122

En esta parte del salmo David está clamando para no caer en manos de sus opresores, específicamente de los soberbios.

La soberbia transforma una persona. La soberbia es un mal que invade la mente y hasta el cuerpo de quienes se dejan dominar por ella. Una persona soberbia gira alrededor de ella misma y su mundo gira en hacer caer a los que están a su alrededor. Lo único que le importa es él o ella misma. La soberbia gobierna a las personas.

Cuando un soberbio pone la mira en alguien no descansa hasta que la acaba. Su táctica es el menosprecio personal y público. Cualquier oportunidad es buena para exponer a la persona y demostrar que hay una superioridad.

El acoso es tal que se puede convertir en una opresión. Según el diccionario es una presión externa constante que puede llegar a privar de la libertad del individuo o de un grupo. La opresión es algo serio.

Si el ataque fuera ocasional puede considerarse soportable, pero si es constante y agresivo se convierte en algo insoportable. A tal grado que se pierde la libertad. Oprimir es un arma poderosa para apagar a alguien. Para reducirlo a nada.

David lo sabía. Y buscó la ayuda de Dios porque vio la estrategia de sus enemigos y se previno orando a Dios y pidiendo su ayuda.

Se respaldó en decir que él había buscado ser justo y hacer justicia. Hoy tenemos la justicia de lado nuestro. Jesucristo es nuestra justicia. Hoy podemos clamar mejor que David, hoy podemos decir que por nuestra justicia (que es Cristo) Dios nos ayude de nuestros opresores.

Los opresores bien pueden no ser personas, pueden ser miedos, temores, angustias, depresiones, etc., situaciones que actúan oprimiéndonos de manera cruel y constante hasta quitar la libertad en nuestras vidas.

No lo dejes para después, ahora mismo pídele a Dios que te libre de los opresores.

Armando Carrasco Z.

lunes, 4 de mayo de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 60)

“Como escorias hiciste consumir a todos los impíos de la tierra; por tanto yo he amado tus testimonios. Mi carne se ha estremecido por temor de ti, y de tus juicios tengo miedo.” Salmos 119:119-120

Todo se paga en la tierra. Es una ley inquebrantable, lo que siembras, cosechas. Se cumple por el hecho de ser una ley. Dios es bueno y continuamente se presenta con el hombre para mostrarle el camino del bien, pero el hombre prefiere sus caminos, porque se siente más inteligente que Dios. Pero a la larga todos nos damos cuenta que Dios tiene razón.

Esto no les gusta a los que siempre andan buscando deslindarse de Dios. Pero sus leyes son inquebrantables, nadie puede romper esas leyes. Todo lo que siembras cosechas. No hay de otra, es por eso que el fin de todos aquellos que se niegan abiertamente a seguir el camino de rectitud y de justicia terminan mal.

A veces pareciera que todos aquellos que no respetan a Dios prosperan, pero es cosa de tiempo, es cosa de que sean alcanzado por todo aquello que han sembrado.

El temor de Dios es algo que en estas épocas no está bien cotizado. Hemos dejado de tenerle respeto y temor reverente a Dios. Hacemos lo que queremos, hemos hecho nuestra propia religión donde, por supuesto, hemos puesto a Dios en un estante donde no se meta en nuestras vidas. Pero las consecuencias son evidentes.

Creo que es tiempo de recuperar el santo temor de Dios. Respetarlo por lo que Él es. El es un Dios de amor, que puso leyes para proteger al hombre. Y cuando no se respetan esas leyes, es natural, que sus consecuencias sean dañinas para el hombre. Dios no se cansa de mostrarnos el camino. Somos nosotros los que no estamos captando correctamente la señal. Queremos hacer un Dios a nuestra manera, queremos hacer las cosas a nuestra manera. Creyendo que somos mas listos que Dios.

Todo es cuestión de obedecer. Y son muy sencillas las cosas que Él nos pide, no son gravosas sus señales. La cuestión es que el hombre tiene la tendencia de querer independizarse de su Creador.

Cuando realmente te das cuenta de la gran ley que nos gobierna de la siembra y la cosecha te das cuenta del gran amor de Dios por estar frecuentemente señalando el camino y también te das cuenta de los resultados de todos aquellos que deciden por su propia voluntad seguir sus caminos fuera del consejo divino.

Creo que es tiempo de empezar a conocer la Biblia, por eso es que te sugiero, te hagas el hábito de leerla de manera frecuente. Allí encontrarás las instrucciones.

Armando Carrasco Z

martes, 28 de abril de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 59)

“Sosténme, y seré salvo, y me regocijaré siempre en tus estatutos. Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos, porque su astucia es falsedad.” Salmos 119:117-118

La primer parte de este pasaje es tierno y bonito, pero la segunda parte es fuerte y debe hacernos pensar mucho. Por eso no me detendré mucho en la primera parte para poder analizar un poco la segunda.

Hay un nivel de confianza cuando comprendes que Dios es tu protector, a todo mundo tratas de convencer de que tienes a “Alguien” que te cuida, a todo mundo le andas diciendo que amas a tu Papá en los cielos. Te das cuenta de su protección y andas feliz. Cada vez que lees la Biblia te das cuenta de toda la protección que Dios te da y no puedes dejar de estar feliz. Eso es casi casi un patrón de conducta en todos aquellos que les ha “caído el veinte” de quién es Dios en sus vidas.

Pero la siguiente parte no es nada bonita. Es de aquellos pasajes dónde nos hace pensar cómo es Dios. En estos dos versículos vemos dos aspectos de Dios, como dice en el Nuevo Testamento “La bondad y la severidad” de Dios.

A veces nos confundimos y creemos que porque Dios es bueno, nunca nos va a pasar nada si lo desobedecemos o si nos olvidamos de Él. El problema es que queremos hacer nuestra egoista voluntad y después echarle la culpa a Él o tratar de descalificar sus cualidades.

Cuando nuestra voluntad por hacer lo que queremos nos gana, nos empezamos a separar de las bendiciones que vienen como consecuencia de ser obedientes a Su Palabra, y nos acercamos a todas aquellas cosas que son consecuencia de desobedecer su Palabra.

Hasta allí vamos bien, lo entendemos. Lo que debemos estudiar es la frase final “su astucia es falsedad”. Hay quienes se acercan a Dios y a Su Palabra creyendo que ellos son mas listos que Dios, que sólo van a tomar de la Biblia lo que les conviene, o lo que pueden controlar, o lo que no los comprometa. Cuando tu los oyes hablar parece que son muy listos, parecen brillantes con mentes lúcidas, pero en el corazón están haciendo las cosas a su manera. Que todo gire alrededor de ellos y de su egoísmo.

Pero la Biblia es muy clara, Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre sembrare eso cosechará. Es una ley bíblica inmutable. Esta ley no la puede cambiar el hombre, así está constituida toda la vida. Si lo entendiéramos a cabalidad empezaríamos a sembrar ahora mismo lo que queremos cosechar en el futuro. ¿Necesitas amor? Siembra amor. ¿Necesitas ayuda? Siembra ayuda ¿Necesitas apoyo? Siembra apoyo. ¿Necesitas obediencia? Siembra Obediencia. Y por otro lado piensa que todo lo que recibes es lo que has sembrado. Se honesto. Ahora tienes la oportunidad de cambiar tu vida. Cómo quieres tu futuro. Siembra eso ahora. Y deja de sembrar todo aquello que te va a dañar.

Armando Carrasco Z.

lunes, 20 de abril de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 58)

“Apartaos de mí malignos, pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios. Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza.” Salmos 119:115-116

Hay un viejo dicho en México que dice: “el que con sabios se junta sabio será” y es muy cierto y también lo es a la inversa. La influencia de los amigos y de las personas con las que nos rodeamos afecta directamente en nuestra forma de vida. De hecho muchas personas han perdido el rumbo de su vida por la mala influencia de sus amigos.

Por eso aquí el autor les dice terminantemente “apártense de mí malhechores”. Porque él sabía que debía cortar con todo aquello que lo puede alejar de Dios. Y no duda en explicar porqué y afirma que él se dedicará a obedecer Su Palabra.

Cuando damos pasos tan importantes como éste de dejar las relaciones que dañan nuestra vida, entramos en un conflicto. Donde pensamos que tal vez quedemos avergonzados por promover lo que creemos. Cuando le decimos a la gente que nosotros creemos en Dios y en Su Palabra, muchas veces nuestra reputación queda en juego. La gente es cruel y frecuentemente nos lanza ofensas directas contra nuestra personas y contra nuestras creencias.

Por eso David aquí dice que Dios lo sustente de acuerdo a Su Palabra y que no quede avergonzado. Que su esperanza de ver buenos resultados por sus creencias se realice. Cuando empezamos a poner en práctica lo que aprendemos de la Biblia, surge en nosotros una gran esperanza de cambio en nuestras vidas. Y esa esperanza crece día a día pero muchas veces no viene el cambio o la bendición de manera inmediata y llegamos a pensar que podemos quedar avergonzados. Pero no es así. Dios no es mentiroso. Y Dios nos sustenta conforme a Su Palabra.

Ahora bien, la contraparte de alejarse de los malhechores es acercarse a todos aquellos que piensan y creen igual o similar a nosotros, que creen en la Biblia, que confían en Dios, etc. para poder fortalecer en nosotros la esperanza. Compartir con otros nuestras dudas y luchas y saber cómo otras personas han pasado por lo mismo, fortalece el alma.

Por eso te invito a que evites las relaciones que te alejan de tu Papá, que te alejes de todas aquellas “amistades” que dañan tu vida y hasta tu reputación y que busques fortalecer tus relaciones con aquellos que te impulsan a guardar la Biblia.

Pero sobre todo te invito a que busques fortalecer tu relación con Dios. Que busques ese alimento que sustenta el alma y que solo puede venir de Él. No es en vano que Jesús haya dicho que no solo de pan comeré el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Armando Carrasco Z.

lunes, 13 de abril de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 57)

“Aborrezco a los hombres hipócritas; mas amo tu ley. Mi escondedero y mi escudo eres tú; en tu palabra he esperado.” Salmos 119:113—114

La palabra hipocresía se refiere a alguien que oculta o disimula sus sentimientos. Alguien que de alguna manera presenta una forma de ser o de sentir pero que verdaderamente siente otra cosa muy distinta. Y curiosamente esta palabra está muy ligada a todos aquellos que leen la Biblia.

Hay mucha gente, mucha de mucha que se dice lector asiduo de la Biblia. Y por esa razón la gente que lo sabe espera un determinado comportamiento de estas personas. Pero hay un pequeño detalle.

El detalle que hemos estudiado a través de todo este estudio exhaustivo del salmo 119 y de este blog. La Biblia no es suficiente con leerla. La Biblia hay que ponerla en práctica. El verdadero poder de la Biblia se encuentra en poner en práctica sus enseñanzas. Sólo así tiene la capacidad de altera y mejor nuestro carácter.

Leer la Biblia no es suficiente, es un buen inicio, pero no es suficiente. El motor que mueve toda la dinámica de cambio es el poner en práctica sus mensajes.

Por eso es que hay mucha gente que dice leer la Biblia pero actúa de una manera contraria a lo que ella dice, y por eso se ganan el mote de hipócritas. La gente espera muy poco de la gente normal, pero espera mucho de aquellos que dicen leer y estudiar la Biblia.

El primer paso para poner en práctica lo que leemos en la Biblia, es como dice este pasaje amar la Biblia. Si no amas verdaderamente Su Palabra difícilmente podrás ponerla en práctica, por eso el rey David, autor de este salmo dice “…mas yo amo tu ley…” El mismo se daba cuenta de las personas que son hipócritas y dice que los aborrece, porque sabe que no aman profundamente la Biblia.

Pasando a la siguiente parte del pasaje dice que Dios es su escondedero y su escudo. Esto es increíblemente maravilloso, encontrar un lugar donde podamos escondernos de nuestros enemigos y un lugar donde tengamos un escudo. Para los que hemos pasado situaciones críticas en nuestra vida esto es oro molido. Dios es tu escudo y tu escondite.

Pero después dice “…en tu palabra he esperado…” cuando lees la Biblia muchas veces Dios te da una promesa, cuando la lees sabes de que sabes que esa palabra es para ti. Y solo resta esperar a que se cumpla. Y cuando estás en una situación de crisis esa palabra se convierte en todo lo que puedes esperar. Por eso es tan importante leer y poner en práctica Su Palabra. Y cuando te de una promesa atesórala, escríbela, guárdala que algún día la vas a necesitar y lo único que vas a tener es esa Palabra.

Armando Carrasco Z

jueves, 9 de abril de 2009

Salmos 119 Nun (Parte 56)

“Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón. Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos de continuo, hasta el fin.” Salmos 119: 111-112

¿Cómo puede una persona hablar así? ¿Cómo es posible que alguien pueda hablar de esta manera de la Biblia? Estas declaraciones van más allá de lo poético. Son declaraciones que afectan la percepción que tenemos de La Palabra. Vivimos en un mundo tan lleno de actividad, puestos los ojos en lo dinámico de la vida y del esplendor de la obra humana que en la actualidad muy pocos pueden decir lo que dijo David de la Palabra.

Qué tenemos que hacer para poder decir como David que La Palabra es su herencia y además que es la felicidad suprema de su vida? ¿Dónde perdimos el camino? ¿Porqué nos cuesta tanto trabajo siquiera leer la Biblia de manera consistente? Si no podemos leerla así ¿Cómo es que pudiéramos decir “¡La Biblia es el gozo más grande de mi vida y es mi mejor herencia!”?

Yo creo, muy particularmente, que la vanidad y jactancia de la obra humana han desviado nuestra atención de lo que verdaderamente es importante. Actualmente la escala de valores está dictada por una falsa concepción de lo que es importante. La T.V. pretende enseñarnos que la fama, la belleza, la destreza atlética y el éxito económico son los valores a perseguir. Ahora todo mundo quiere que sus hijos logren cualquiera de estas metas.

Pero también podemos darnos cuenta que estos nuevos valores no solución un problema muy antiguo que reside en el corazón del hombre: el vacío existencial. Es un estado que acaba hasta con el más fuerte. Ese vacío que el hombre intenta llenar con actividad, fama, adicciones, etc. y ese vacío solo puede ser llenado con Dios. Cuando el hombre encuentra la solución a ese vacío empieza el camino para apreciar el valor de La Palabra, que nos conecta con nuestro Padre. Que nos muestra el camino para llenar ese vacío, que nos suple realmente esa necesidad tan básica del hombre.

Cuando por fin encontramos solución a ese vacío, entonces aprendemos de lo importante que es obedecer todo lo que en la Biblia dice. Es cuando nos damos cuenta que obedecerla es vital. Y es entonces cuando podemos, como dice este pasaje, inclinar nuestro corazón a cumplir Su Palabra.

La vida es un camino, es sólo un peregrinaje que tiene un fin. Todo hombre llega a la hora de entregar su vida. Y el mapa para ese peregrinaje es la Biblia. La brújula para ese caminar es la Biblia. Andar en esta vida sin rumbo es un vacío y una incertidumbre indescriptible. Qué mejor que ahora mismo vayas por tu Biblia y empieces a encontrar los tesoros que en ella hay, pero sobre todo encontrar a Aquel que te creó que te ama y que ha hecho todo por recuperarte, que ha hecho todo por llevarte de nuevo a casa. El tesoro mas grande escondido en la Biblia es Dios mismo.

Armando Carrasco Z

lunes, 30 de marzo de 2009

Salmos 119 Nun (Parte 55)

”Mi vida está de continuo en peligro, mas no me he olvidado de tu ley. Me pusieron lazo los impíos, pero yo no me desvié de tus mandamientos.” Salmos 119:109-110

Vale la pena repasar que para estudiar el salmo 119, se puede uniformar todas las veces que aparecen las palabras: testimonios, decretos, dichos, leyes, estatutos, mandamientos, y otras más. Como sinónimos de La Palabra.

Teniendo esto en cuenta, analicemos el pasaje que nos toca el día de hoy. En este pasaje dice David que toda su vida está de continuo en peligro. El era rey y era también un guerrero, desde joven el se dedicó a pelear. Fue tanto sangre que derramó que Dios no le permitió construir Su Templo. Él era un general de su ejército. Por eso es que dice que su vida todo el tiempo está en peligro.

Esto me hace pensar en las profesiones tan peligrosas que existen, como el ejercito, la policía, la judicial, profesiones en las que sus practicantes todo el tiempo están en peligro. Así es su carrera, su profesión incluye vivir todo el tiempo en peligro.

Pero lo increíble es que aún para estas personas hay una palabra de ánimo. Dice David que aún cuando su vida corre peligro, no se olvida de Su Palabra. Puede ser que tú formes parte de este grupo de personas, en las que continuamente estás en peligro, pero debes hacer lo que hizo David; Nunca olvidarte de Su Palabra. Es ésta la que te va a sostener en tiempos difíciles, es la Palabra la que te va a proteger.

Aún cuando se ponga mas difícil una determinada situación, como la que expresa el salmista, que dice que los impíos le pusieron una trampa, aún con todo él no se desvió de La Palabra.

Mucha gente cuando ve en peligro su vida hace a un lado todo, inclusive sus más profundas convicciones. Por eso es que La Palabra debe estar cincelada en nuestros corazones, no es suficiente leerla de vez en cuando, es necesario que se quede grabada en nuestras vidas.

De tal manera que estemos en paz o en guerra, que estemos con amigos o con enemigos, Su Palabra siempre esté con nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Haz como David; no olvides y no te desvíes.

Armando Carrasco Z

lunes, 16 de marzo de 2009

Salmos 119 NUN (Parte 54)

“Afligido estoy en gran manera; vivifícame conforme a tu palabra. Te ruego, oh Señor, que te sean agradables los sacrificios de mi boca y me enseñes tus juicios.” Salmos 119:107-108

“Aflicción” de acuerdo al diccionario es una pena y tristeza profunda. Es algo así como una depresión. Actualmente hay una oleada de casos de depresión, es una enfermedad (si se le puede llamar así) que está proliferando mucho en nuestros días. Estar triste es común en todos los niveles sociales y culturales, parece ser que no respeta ni sexo ni edad. Es algo verdaderamente de llamar la atención.

“La depre” puede durar unas horas o unos cuantos días, pero también hay quien la padece por unos meses o inclusive unos años. Es una fuerza en contra de uno que quita las fuerzas propias de seguir adelante. Por eso es muy difícil aconsejar a alguien que la padece. Porque ni siquiera tiene fuerzas para atender el consejo.

Y se que si estás leyendo esta parte del estudio de Salmos 119 y estás pasando por una depresión, tendrás la tentación de decir lo mismo que otras ocasiones: “ni para eso tengo ganas”. Pero déjame terminar, porque creo que para muchos esta es una salida efectiva.

Leer la Biblia produce un efecto en nosotros que cobra mayor fuerza entre más la leamos. Leer la Biblia tiene la capacidad de liberarte poco a poco de tu depresión. Es un antídoto efectivísimo contra la tristeza y la pena. Si no tienes ganas de leer, vale la pena que consigas una Biblia “hablada”, el caso es estar en contacto con ella.

El profeta Elías sufrió una gran depresión que casi lo lleva a la muerte, pero hizo dos cosas; dormir y comer, y así salió de su depre, comer como hemos dicho puede interpretarse como alimentarse con la Biblia y “dormir” es descansar. No huir. Después de que leas la Biblia descansa, el mismo poder creador de Dios se puede manifestar en tu vida al leer Su Palabra. Come y descansa en Él. Cuando menos te des cuenta tu depre desaparecerá.

No digo que se el único remedio para la depre, pero sí uno de los más efectivos.

Pero no sólo eso, David sigue diciendo: “…que te sean agradables los sacrificios de mi boca…” esto es verdaderamente revelador, a veces cuando estamos sumidos en la mas profunda de las depresiones, hablar es realmente un sacrificio. David lo sabía, por eso dice en otras palabras: “mira Dios cuánto trabajo me cuesta hablar y aún así abro mi boca”

El otro paso que debemos dar es confesar la Biblia. Si, si, ya se que no tienes ganas, haz como David, un sacrificio para hablar y vas a ver la respuesta restauradora de tus ánimos.

Armando Carrasco Z.

lunes, 9 de marzo de 2009

Salmo 119 NUN (Parte 53)

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Juré y ratifiqué que guardaré tus justos juicios.” Salmos 119:105-106

Este es un versículo clásico. Casi todos lo hemos leído. Es un pasaje que nos muestra lo mucho que hace Su Palabra en nuestras vidas. Aún cuando es muy obvia su interpretación es muy alentadora.

Su Palabra tiene la capacidad de alumbrar nuestro caminar en la vida. Por eso se ha dicho que La Biblia realmente es el manual del fabricante. Es el manual que Dios nos dejó para poder caminar por esta vida.

Cuando alguien no usa como lámpara la Palabra, los resultados son evidentes; divorcios, enfermedades, inestabilidad emocional, adicciones, temores, todo esto y más resultado de no caminar con la luz que da la Biblia. Cuando una persona no usa esta “lámpara” para guiarse, seguro que no sólo tropieza sino que pierde el camino.

Lo visualizo como manejar en la noche, los postes de luz nos muestran el camino de manera general, nos permite ver el camino, las curvas, las bajadas, las subidas, etc., y los fanales del auto nos ayudan a ver lo más próximo del camino, como los hoyos, los topes los señalamientos. Exactamente así es lo que dice es te versículo. “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” La Biblia nos ayuda a ver cómo es el camino de manera global pero también nos ayuda a ver el camino de cerca. En otras palabra ayuda a que veas el camino de tu vida como un proyecto general, pero también te ayuda a que veas todas aquellas cosas de tu vida diaria que debes tomar en cuenta para tu caminar.

Pero por otro lado, vemos que dice también que el salmista juró y ratificó que guardaría su Palabra. (Hemos comentado en otros artículos que para estudio de este salmo, se puede interpretar; juicios, estatutos, testimonios, leyes, etc., como Su Palabra).

Lo interesante es que dice que no sólo juró sino que ratificó ese juramento. Lo juró y después confirmó su juramento. Él estaba seguro de lo valioso de Su Palabra y de lo mucho que lo había ayudado.

No olvides nunca que La Palabra se convierte en la mejor asistencia del camino. Es un respaldo técnico para cuando algo falla en el motor de nuestro corazón, es la parte que nos indica de manera clara y precisa el camino que tenemos por delante.

Y como todo lo que hemos estudiado, es voluntario. Está disponible para todo aquel que crea, tan fácil como abrir la Biblia y empezarla a leer y sobre todo a poner en práctica.

Armando Carrasco Z.

lunes, 2 de marzo de 2009

Salmos 119 Lamed (Parte 52)

“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.” Salmos 119:103-104

Tal vez la forma común que esperaríamos leer sería “cuán dulces son a mis oídos tus palabras”. Eso sería lo lógico. Pero vemos que dice que las palabras de Dios son dulces a su paladar, por lo que notamos que realmente lo que está diciendo es que las palabras de Dios pueden comerse.

Esto nos hace una referencia directa a la palabras que dijo Jesucristo registradas en Mateo 4:4 donde dice: “no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La Palabra de Dios alimenta nuestras vidas. Es el alimento que sostiene sano a nuestro hombre interior. Ese es el argumento por el cual debemos procurar alimentarnos con Su Palabra todos los días, creo que Dios hace también una referencia al alimento por la necesidad de procurarlo todos los días.

Pero además, dice que es un alimento dulce. Es un alimento que al comerlo nos sabe dulce y sabroso. Cuando uno se acostumbra a alimentarse de la Palabra de Dios, uno empieza a saborear verdaderamente tanta riqueza, tanta sabiduría, tanto consejo y tanto amor.

En la otra parte, vemos que esta Palabra divina nos hace más inteligentes, estar en contacto diario con ella, hace que nuestras vidas adquieran más inteligencia. Y la Biblia nos enseña que la verdadera inteligencia es apartarse del mal. Por lo que, estar en contacto con ella, nos da la capacidad de poder alejarnos de todo aquello que no nos conviene. A veces queremos alejarnos de algo que sabemos que está mal pero no podemos. Es aquí donde debemos atender el consejo de saturarnos de Su Palabra para adquirir inteligencia y apartarnos del mal.

Y por último, nos dice una de las consecuencias de adquirir sabiduría. Nos dice que al obtenerla se aparta de los caminos de mentira. Y aquí se abren dos brechas.

Un camino de mentira es cuando uno mismo tiene el “hábito” de hablar mentiras, o que está viviendo sobre un cimiento de mentira. Que todo lo que ha construido está basado en una mentira.

Y el otro aspecto son todos aquellos caminos de mentira en los que podemos caer, caminos que se nos presentan en la vida que aparentemente son correctos pero que verdaderamente son basados en una mentira. La Biblia nos ayuda a distinguirlos y a no caer en ellos. Esa es una de las razones por las que debemos procurar alimentarnos todos los días con Sus Palabras.

Armando Carrasco Z.

lunes, 23 de febrero de 2009

Salmos 119 Lamed (Parte 51)

“De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste.” Salmos 119:101-102

Somos humanos, por naturaleza cometemos errores. Absolutamente todos los hombres cometen equivocaciones. De este tipo de errores no es lo que está hablando este salmo, lo aclaro por lo radical que se escucha, realmente lo que está diciendo David abarca dos cosas.

Caminos de maldad. Sendas de vida que por sí mismas son maldad. El hombre tiene la capacidad de decidir qué tipo de vida lleva. Cada hombre y mujer puede contenerse de caminar por estas sendas. El mal camino se refiere a todo aquello que te va alejando más y más de Dios. Es un camino que te lleva al lado contrario de donde está Dios. Entre más camines por él más te alejas de Dios.

Uno no puede navegar por un camino de maldad y guardar Su Palabra. Por el simple hecho de que uno de los principios de guardar su Palabra implica ir por el buen camino.

Hábitos.
Lo segundo a lo que se refiere es de todas aquellas cosas erróneas que hacemos hábito. Son aquellas cosas que permitimos que se nos conviertan en un hábito. Un día hacemos algo que está equivocado y poco a poco lo hacemos hábito hasta que formamos un camino, una senda bien definida donde el hábito nos controla y nos dirige.

De esos hábitos son los que tenemos que contenernos de caminar en ellos, como mencioné en un principio, todos no equivocamos, pero de una equivocación puedes hacer un hábito.

Un ejemplo muy burdo es la mentira, tal vez por ciertas circunstancias un día decides mentir, te cuesta pero mientes, el problema crece y permites hacer de la mentira un hábito. Por eso dice el salmista que de mal camino contuvo sus pies. Concientemente evitar que un error lo conviertas en hábito, que de una caída la conviertas en una forma de vida.

Y cierra esta pasaje con algo muy esperanzador. Cuando leemos la Biblia y decidimos ponerla por obra. Entramos a un aula especial donde nuestro maestro es Dios mismo. Eso nos coloca en una zona de obediencia, saber que nuestro tutor es Dios, hace que de todo corazón lo obedezcamos.

Lo que Dios enseña nunca, jamás se olvida.

Armando Carrasco Z

martes, 17 de febrero de 2009

Salmos 119 Lamed (Parte 50)

“Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos.”Salmos 119:99-100

Estamos estudiando este Salmo parte por parte porque está muy enfocado a la Palabra y a todos su beneficios. Y en esta parte podemos ver claramente los alcances prácticos de La Palabra.

En primer lugar vemos que David se ha hecho mas entendido que sus maestros y viejos, que ha logrado darse cuenta que sabe más, que entiende mejor que sus maestros y aún de personas mayores que él. La Palabra de Dios tiene un poder que nos hace entender las cosas de una manera profunda.

La Biblia no es un libro místico, no es un libro para aprender a subir “niveles espirituales” es un libro que te da entendimiento de la vida. De cosas prácticas. El problema es que hemos etiquetado a la Biblia como un libro anticuado que ofrece soluciones anticuadas, pero la verdad es que está mas actualizada que cualquier otra tecnología de punta. Nosotros somos los que estamos retrasados para entender sus contenidos, creo yo por una simple razón; No la leemos, lo que tenemos en la cabeza es información que nos llegó de otros, opiniones de terceros, y allí es donde se pierde todo. Por eso insisto en invitarte a que te acerques a ella, y verás que encontrarás lo que tanto has buscado. Créeme la solución está allí.

Busca en este blog, puedes empezar de cero a conocer la Biblia.

Después vemos que David no solo nos dice lo que ha logrado con la Biblia sino que nos dice cómo lo ha logrado, cómo es que ha llegado a tener más entendimiento que sus maestros y que personas mayores que él.

Y son dos puntos; dice que medita y guarda Su Palabra.

Una herramienta que potencializa el contenido de la Biblia es meditar lo que leemos. Con La Palabra no se trata sólo de leerla como el periódico, se trata de meditarla. De pensar detenidamente y reflexionar en ella. Inténtalo y verás cómo cobra una dimensión práctica para tu vida.

Por otro lado, sucede a menudo que la gente cree que por solo leer la Biblia recibirá los beneficios, y es cierto hay algunos provechos por solo leerla, pero lo que si es cierto es el poder que se obtiene cuando pones en práctica lo que lees. Eso hace que te empoderes.

Armando Carrasco Z.

martes, 10 de febrero de 2009

Salmos 119 Lamed (Parte 49)

“¡Oh, cuánto amo tu Ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho mas sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.” Salmos 119:97-98

Creo que todos en la vida nos hemos encontrado con algún enemigo. Con alguien que nos acecha y nos molesta, estos enemigos que podemos tener van desde lo intrascendente hasta lo grave. En algunas ocasión tenemos enemigos con una razón de peso pero en otras ocasiones tenemos enemigos sin razón. Pero sea cual sea la causa, es que todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido enemigos.

Y cuando estamos en una situación así muchas veces ya no sabemos qué hacer, son situaciones que nos colocan en un punto donde nuestra mente no da para más. Creemos que no hay solución o que nuestros enemigos son mas listos que nosotros.

Sin embargo, cuando meditamos en la Biblia, encontramos una sabiduría imposible de superar. Su Palabra nos da sabiduría. Son consejos directos del cielo. El problema es que no hemos visto a la Biblia como un libro de consejos, siempre la hemos etiquetado como un libro religioso. Pero sinceramente está repleto de sabiduría, llena de consejos prácticos para la vida, incluyendo soluciones para las situaciones en las que tenemos enemigos.

Pero no basta con tenerla de adorno en el librero, allí solo se llena de polvo. Tampoco es suficiente con leerla. Es necesario meditarla, estudiarla. A tal grado que lleguemos a amar la Palabra de Dios. Esta parte del pasaje dice el porqué han hecho a David “sabio”.

Dice que Sus Mandamientos siempre están con él. Esa es la forma en que debemos aferrarnos de la Biblia, de tal manera que todo el tiempo, todo el día, Su Palabra esté con nosotros.

No hay nada que se le haya pasado a Dios. No hay un tema que Dios dijera “¡Chispas! Se me olvidó hablar de ese tema en la Biblia”, no, todos los temas necesarios para la supervivencia del hombre se tratan en la Biblia. El problema es que no la sacamos del librero porque la consideramos como un libro religioso.

Tal vez tu enemigo no sea tu vecino ni un compañero de trabajo. Tal vez te enemigo sea la flojera, la mentira, el chisme, y tantas cosas que se levantan como enemigos de nuestra vida. El consuelo está en que para toda batalla hay una victoria en la Biblia.

Hagamos de la Biblia nuestro motivo de meditación. En ella encontraremos la sabiduría que necesitamos para nuestra vida diaria.

Armando Carrasco Z.