“Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia. Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré.” Salmos 119:143-144
Cuando pasamos tiempos de problemas y tenemos en nuestras vidas aflicción y angustia creemos que todo absolutamente todo está en nuestra contra. Pero cuando analizamos Su palabra nos damos cuenta que no es así. Que es precisamente en esos momentos cuando Dios sigue estando allí. No hay un momento del día en que Dios nos abandone o se aleje.
Dios con todo su amor está siempre con nosotros. Y nos damos cuenta al leer Su palabra. Y por eso podemos decir que en los tiempos más problemáticos, más angustiosos, más peligrosos, allí siempre ha estado Dios con nosotros.
Y de repente se nos viene a la mente el pensamiento acusador; “Qué pasa cuando estamos en un problema o en angustia porque pecamos. Seguro Dios ya no me ama y está enojado conmigo.” No es así. Los problemas y las angustias causadas por el pecado no es que Dios nos los haya mandado, nosotros mismos nos pusimos en una situación difícil.
No es que Dios te ponga en una situación dolorosa, eres tú quien se puso allí. Ahora no le eches la culpa. Él siempre te va advertir las consecuencias. Es por eso es que amamos su palabra. Aún cuando estemos en problemas y en angustia… ¡Su palabra es nuestra delicia!
Ahora la última parte de este pasaje dice: “…dame entendimiento y viviré.” Es precisamente por lo que comentamos antes. Cuando lees la Biblia y Dios te da entendimiento puedes conocer lo que verdaderamente Dios quiere de tu vida. Y te das cuanta que todo lo que quiere para ti son cosas buenas. NUNCA, léelo bien, nunca desea cosas malas.
Dios siempre, siempre, siempre desea lo mejor para ti. Él es bueno y sólo cosas buenas salen de Él. Por eso amamos Su palabra, por que a través de ella nos damos cuenta de esta verdad.
Una oración acertada es pedir entendimiento. Entender es vida para nosotros. Cuando entendemos nuestros cobramos vida. No dejes de leer la Biblia, no dejes de orar pero ahora pide entendimiento.
Armando Carrasco Z.
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