lunes, 25 de agosto de 2008

Salmos 119 Chet (Parte 29)

“Mi porción es Jehová; He dicho que guardaré sus palabras. Tu presencia supliqué de todo corazón; Ten misericordia de mí según tu palabra.” Salmos 119:57-58

Esta es una de la razones más satisfactorias y más plenas que podemos encontrar en la Biblia. Podemos encontrar muchas promesas para nuestras vidas, promesas de prosperidad, de salud, de solución de problemas y muchas cosas más, pero ésta es la única que lo llena todo.

Decir: “Mi porción es Dios” es sinónimo de decir “Dios es mi herencia”, “Dios es mi recurso”, “Dios es la parte que me toca”. Si todavía no queda claro; visualízalo de esta manera: Imagínate sentado en la mesa de un notario en la que están entregando una herencia a los allí presentes, a unos les toca 10 casas, a otros 50 mdd, a otros les tocan acciones de 15 empresas multinacionales, y cuando llega tu turno el notario te dice la parte que te corresponde es Dios.

Me derrito, me entrego de por vida, mi corazón se deshace por tanto amor de Dios. Una herencia no se escoge, la persona que da la herencia te elige. Cuando alguien deja una herencia decide a quién se la da y cuánto le deja.

Eso es lo extremadamente maravilloso. Dios te elige para que entregarte la mejor de las herencias; Dios mismo. Y más te vale creer que no es una frase poética, es literal. Creer es el trámite que te lleva a acceder a tu herencia de forma plena y total.

Si un día te presentas delante de Dios y quieres protestarle por lo mal que te fue en la Tierra, Él amorosamente te va a tomar del brazo y con una voz tierna te va a decir; “Lo tenías todo, pero nunca me creíste, tu herencia se quedó sólo en un papel notarial”

Si estás pasando por problemas en este momento, si estás desanimado, si estás pasando por una crisis existencial extrema, si estás en medio de una derrota; Por favor grábate esto en lo más profundo de tu ser: “Dios es tu herencia”.

Por otro lado; si estás en estos momentos en una situación de prosperidad donde todo sale bien, donde todo marcha sobre ruedas, por favor, nunca vayas a olvidar que hay algo más valioso que todo lo que podemos “tener” en esta vida, es Dios mismo como parte de tu herencia. No pongas tus ojos en la parte de la herencia que pierde su valor, pon tus ojos siempre en la herencia que es eterna, pon tus ojos en la parte que te toca, pon los ojos en Dios.

Dios es tu porción, Dios es tu herencia, Dios es tu recurso, Dios es la parte que te toca.

Armando Carrasco Z.

lunes, 11 de agosto de 2008

Salmos 119 Zain (parte 28)

“Me acordé en la noche de tu nombre, oh Dios, y guardé tu ley. Estas bendiciones tuve porque guardé tus mandamientos.” Salmos 119: 55-56

Ayer estaba leyendo lo mucho que repercuten los últimos 5 minutos antes de dormir. Este estudio científico afirma que lo primero que sucede es que el inconciente se queda trabajando con aquel material que produjimos en nuestra mente esos cinco minutos antes de dormir. Si lo último que pensaste fue en los problemas que tienes el cuerpo entero no descansa y no relaja los músculos precisamente porque el inconciente se queda trabajando con los problemas. Sin embargo si lo último que piensas (Aún cuando tengas problemas serios) son cosas que te relajan, entonces puedes descansar a pesar de la situación que estés atravesando. Pero eso no es todo, también impactará al despertarte, porque tu cuerpo estará preparado para afrontar el día.

Por eso es muy importante que los últimos momentos antes de dormir los apliques en pensar en Dios. David lo dijo poéticamente: “Me acordé en la noche de tu nombre” Dios tiene mas de 365 nombres que podemos encontrar en la Biblia. Y cada uno de ellos, el puro nombre es una bendición.

Por mencionar algunos:

Dios Sanador
Dios Proveedor
Dios Estandarte
Dios Consolador
Dios Maravilloso
Dios Creador
Dios Guerrero
Dios Escudo

Esta es una de las razones por las cuales invito a todo mundo a leer la Biblia, ¡por los grandes tesoros que se encuentran en ella!

Todos pasamos por situaciones que nos consumen, en las que todo el tiempo tenemos la mente ocupada o preocupada en dichos problemas, pero hagamos caso de este salmo y dejemos que los últimos minutos antes de dormir sean para tu Papá, piensa en Él, seguro que hay un nombre que te consuela y te guía.

Un buen ejercicio es que mientras vas leyendo la Biblia anotes los nombres de Dios que vayas encontrando, para que cuando pienses en Él, conozcas sus nombre y lo mucho que ese simple hecho te puede bendecir.

Armando Carrasco Z