“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoreé de mí. Líbrame de la violencia de los hombres y guardaré tus mandamientos.” Salmos 119:133-134
Hemos comentado que el salmo 119 hace una referencia muy directa a muchas cualidades de La Palabra. Todo el salmo gira alrededor de las propiedades de la Biblia.
Y esta es una de las grandes virtudes de la Palabra; Que tiene el poder de ordenar nuestros pasos. Muchas veces hemos querido cambiar hábitos que nos controlan y por más que nos prometemos cambiar, no podemos. Bueno, pues la Palabra tiene el poder de cambiar y ordenar nuestras vidas.
La Biblia nos muestra tres cosas importantes:
- Nos muestra el camino correcto para nuestras vidas
- Nos enseña el “cómo” corregir nuestros pasos
- Tiene el poder de cambiar nuestros hábitos
En otras palabras, La Palabra no sólo nos enseña el camino correcto sino que nos dice cómo lograr que caminemos en él, y no se limita a eso, sino que también tiene el poder sobrenatural de cambiar nuestras vidas.
Es por eso que el autor de este salmo dice contundentemente que la iniquidad no se “enseñoreará” de nosotros. En el momento en el que La Palabra empieza a actuar en nosotros nos provée de todo lo necesario para que el pecado y los malos hábitos no nos gobiernen.
La religión por sí misma no tiene el poder de transformarnos. Lo único que puede transformar tu vida es Dios mismo. Tu creador. Y una herramienta que utiliza es la Biblia.
Por eso es que insisto en la lectura habitual de la Biblia. Cuanto más estemos expuestos a Su Palabra mas oportunidades tendremos de un cambio genuino en nosotros.
Y no sólo eso, sino que al estar estudiando constantemente La Palabra empezamos a conocer un poco mas de cerca a nuestro Papá celestial. Y ese solo hecho hace nuestra vida diferente. Pasamos de tener información acerca de Él a conocerlo a Él.
Armando Carrasco Z.
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