“La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo. Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.” Salmos 119:163-164
Como lo dije desde un principio; este salmo es una referencia enfática a la Palabra de Dios. Radical en cada pasaje y este no es la excepción. Cuando una persona ha sido alcanzado y transformado por Su Palabra, su percepción de la verdad y la mentira se aclara. Y uno puede hacer la diferencia perfectamente entre la mentira y la verdad, a tal grado que uno decide amar la verdad y aborrecer la mentira.
Al vivir en un mundo lleno de ambigüedades y repleto de zonas “grises” se dificulta creer la aseveración de este pasaje, ya que actualmente todo mundo vive de una manera en la que el compromiso es algo raro. Y precisamente es compromiso lo que se requiere para poder afirmar que amamos la verdad y aborrecemos la mentira.
Pero es a ese punto donde nos lleva Su Palabra. Nos lleva a hacer compromisos, nos lleva a tratar de ser mejores cada día, dejar la zona de comodidad para ser transformado por Su Espíritu. No es fácil, es un camino estrecho, pero vale la pena, como dice Hanna Montana en su película: “La vida es cuesta arriba, pero la vista es genial”.
Por otro lado, el pasaje continua diciendo que 7 veces alaba a Dios, el número siete es símbolo de perfección y eternidad. Por lo que realmente está diciendo es “Dios yo te alabo siempre y de manera perfecta”.
Todo el día, todos los días de nuestra vida debemos adorarle. Eso es un corazón adorador. No sólo que cantes los domingos, sino que tu vida misma sea un canto de alabanza. Que tus acciones sean notas musicales que exalten a Dios. Tu vida debe sonar a alabanza. Eso es adorar a Dios 7 veces al día.
Y la adoración perfecta no es otra cosa que adorar en espíritu y en verdad, Dios es espíritu y sólo a través del espíritu puedes entablar un contacto con Él, no lo hagas con la mente, adora en el espíritu. Inténtalo, es más fácil de lo que te imaginas.
Y en verdad es que a veces adoramos cosas que no son Dios. Dios es la verdad y solo a Él puedes adorarlo en “verdad”. No te equivoques. Dios solo es Dios, nadie más. Los atributos que sólo Dios tiene no los tiene nadie más. Adora sólo a Dios.
Dios está buscando tales adoradores. Dios te está buscando.
Armando Carrasco Z.
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