sábado, 21 de junio de 2008

Salmos 119 Vau (Parte 23)

“Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos. Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré”. Salmo 119: 45-46

En el pasaje anterior vimos algunos aspectos de la mentira. Este versículo empieza con un “y” el cual es importante. Porque es la continuación del versículo anterior. Una de las consecuencias de la mentira es la esclavitud. Decir mentiras nos esclaviza. Al grado que mucha gente vive dentro de una mentira. Toda su vida han vivido en una mentira.

La mentira siempre lleva grilletes, siempre tiene el objetivo de esclavizarnos. Por eso es bien importante que de vez en cuando nos hagamos un examen, donde a conciencia nos preguntemos qué es lo que decimos, que es lo que pronunciamos.

No me refiero exclusivamente a decir mentiras cuando estamos frente a una situación difícil, No me refiero a decir mentiras cuando queremos quedar bien, me refiero a confesar lo que creemos. Muchas veces creemos una mentira y la confesamos como verdad. Y vivimos de acuerdo a eso que confesamos.

Por ejemplo, tú puedes vivir creyendo la mentira de que todas la religiones llevan a Dios. Como estamos en una época de tolerancia, se te ha hecho fácil creer que todas las religiones llevan a Dios. Lo cual es una mentira. Ninguna religión te lleva a Dios. Eso es lo que dice Su Palabra. Él dice que el único camino a Dios es Jesucristo. Lo que te lleva a Dios no es una filosofía de vida, no es una conclusión humana, no es una religión, no es un grupo espiritual, lo que te lleva a Dios es una persona, es Su Hijo. Esa es una verdad.

Y así como este ejemplo hay muchos, acerca de nuestra vida diaria, de cómo educas a tus hijos, de cómo llevas tu negocio, de cómo te llevas con tu cónyuge, etc., de todos los temas de la vida podemos vivirlos de acuerdo a nuestro criterio, y éste puede estar basado en algo que no es verdad. Y lo impresionante es que de todo eso habla la Biblia

Por eso es bien importante conocer la verdad. Conocer lo que Dios dice, que son verdades seguras. Y que debemos hablarlas.

Ahora, este versículo termina bien bonito, dice que esta verdad aún la hablará delante de los reyes y que no se avergonzará. Podemos sustituir la palabra “reyes” por “gente importante”. Podemos hablar con toda confianza de La Palabra delante de gente que ocupa una posición priviligiada en la sociedad. Es tan segura la Palabra que genera reacción cuando se habla.

A veces lo que nos da cierta pena o vergüenza es el hecho de la invisibilidad de Dios y del supuesto avance de la civilización respecto a su forma de ver a Dios. El hombre está basando sus creencias en cosas tangibles, en cosas que pueda ver y que pueda controlar. Cuando hablamos de la Palabra de Dios ponemos el reto de un Ser infinitamente superior y que definitivamente no podemos controlar por eso es que muchas veces nos detenemos a hablar de Su Palabra. Pero al contrario, esto es lo que debe hacer que no dejemos de hablar lo que dice la Biblia aún cuando estén presentes gente importante.

Su Palabra es eterna, es segura y es confiable. Y cuando lo hacemos nos da libertad, verdadera libertad.

Armando Carrasco Z.

jueves, 12 de junio de 2008

Salmos 119 vau (Parte 22)

“No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero. Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente.” Salmos 119:43-44


Ay las mentiras…una lucha constante de toda la vida y de toda la humanidad. En algunos más y en algunos menos pero mentir aunque sea lo mínimo es costumbre del hombre, hay varias definiciones de mentir, pero me han impactado dos; la primera de ellas según el diccionario de la real academia española de la lengua dice que mentir es decir lo contrario de lo que se sabe. Esta digamos es una definición obvia y muy directa. Pero la definición que me impresionó es: “falsificar algo” en otras palabras que decir o hacer algo que parezca verdad pero que no lo sea.

Mentir es alterar la verdad. Cuando mientes no precisamente quiere decir que dices algo 100% contrario a lo que sabes, sino también es alterar la verdad para que parezca verdad pero que sea una mentira.

Aún puedes alterar la Palabra de Dios. Eva lo hizo, en Génesis 2:17 Dios les dice: “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” y vemos que Eva cuando está con la serpiente altera esa verdad y dice en Génesis 3:3 “…pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: no comeréis de él ni le tocaréis.” Eva le aumentó a lo que se le dijo. Dios le había dicho que no lo comieran, pero ella dijo que no lo comieran ni lo tocaran. Eso es mentir.

Una forma de luchar frontalmente contra el hábito de decir mentiras en tener en nuestra boca la palabra de verdad, que no es otra cosa que la Palabra de Dios. Tenemos que hacernos que hábito de hablar una y otra vez lo que conocemos de la Biblia, por eso es muy bueno memorizarla. Y que todo el tiempo esa verdad esté continuamente fluyendo por nuestros labios.

Una técnica muy sencilla de memorizar versículos se encuentra en memorización bíblica de este blog. Te recomiendo que lo hagas. El fruto es tangible.

Hemos dicho que para efectos de estudio de este salmo las palabras juicios, ley, decretos, mandamientos, etc., hacen alusión directa a Su Palabra, por lo que cuando dice David en este versículo que estamos estudiando “porque en tus juicios espero. Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente.” David esperaba en la Palabra de Dios. David sabía que todas las promesas que Dios tenía para él y que estaban escritas en Su Palabra llegarían a cumplirse…simplemente porque eran verdad. Él lo sabía y en eso esperaba. Por eso no le importaba el tiempo que pasara David guardaría Su Palabra por siempre.

Al igual que a David, Dios ha hecho promesas para ti y para mi y son verdad. Te invito a que te aferres a esa Palabra de Verdad toda tu vida, es la única que te mantendrá fuerte, que te mantendrá a salvo, que te sostendrá en tiempos difíciles, Su Palabra es la única que te revelará la intensa motivación de Dios de mostrar Su amor para ti.

Armando Carrasco Z.