“Llegue mi clamor delante de ti, oh Señor; Dame entendimiento conforme a tu Palabra. Llegue mi oración delante de ti; Líbrame conforme a tu dicho.” Salmos 119:169-170
Vemos dos cosas en este parte del salmo que estamos estudiando: número uno, el autor pide que su clamor y su oración llegue a Dios. Hay un sentir en el hombre y en la mujer acerca del destino de sus oraciones. Aquí nos damos cuenta que hay oraciones que no llegan a Dios. Y eso nos debería hacer pensar, deberíamos meditar y estudiar qué oraciones son las que no llegan a nuestro Dios.
Hay un pasaje en la primer carta de Pedro en el capítulo 3 versículo 7 que dice: “Ustedes, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” En este versículo podemos ver que el trato hacia nuestras esposas es factor clave en las oraciones, tanto que si hay un mal trato hacia ellas, entonces nuestras oraciones son estorbadas.
Yo creo que en algún momento los discípulos de Jesús se dieron cuenta de la importancia de la oración y se dieron cuenta de que Jesús cuando oraba recibía respuesta a todas sus oraciones, que de plano le pidieron al Señor que les enseñara a orar.
Y una de las cosas que Jesús les enseña es que la oración no debe estar conformada de vanas repeticiones. (Mt. 6:7)
Y así en toda la Biblia vemos que hay oraciones que pueden tener estorbo. Yo creo que esa es una de las razones por las que debemos leer y estudiar la Biblia porque en ellas encontramos la forma de orar. Otra es que la única manera de aprender a orar es orando.
La otra parte que vemos en este pasaje es que en dos ocasiones dice: “conforme a” en el primer versículo dice “dame entendimiento conforme a tu palabra” y la segunda pide que sea librado también conforme a su palabra. No es conforme a su manera de ver las cosas, no es conforme a su propio entendimiento de la vida, o a sus propias conclusiones. Es conforme a Su Palabra.
La oración también tiene lineamientos que deben hacerse conforme a Su Palabra. Nuestros ruegos y clamores también deben estar alineados a Su Palabra. Esa es la clave de oraciones escuchadas, esa es la clave de oraciones respondidas. En Juan 15:7 Jesucristo dice: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”
Armando Carrasco Z.
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