lunes, 20 de julio de 2009

Salmos 119 Pe (Parte 66)

“Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos. Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.” Salmos 119:131-132

Dios tiene costumbres. Él acostumbra hacer ciertas cosas, son sus hábitos. Y uno de ellos es tener misericordia con aquellos que lo aman. ¡Qué hábito tan increíble!

Amar a Dios nos coloca en la zona de los buenos hábitos del Creador. Cuando Amas a Dios entras al grupo de aquellos de los que Dios tiene misericordia. Y déjame decirte que Dios es un Dios misericordioso, pero para aquellos que lo aman su misericordia se extiende.

Tal vez por eso Jesús nos dijo que debemos amar a Dios con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente y con todo nuestro ser. Porque sabía de la enorme bendición que es tener la misericordia de Dios.

Por definir un poco; misericordia quiere decir “no recibir el castigo que nos merecemos” Es el atributo principal del perdón. Es un ingrediente que mueve el corazón de Dios para que podamos ser perdonados. ¡y todos necesitamos de Sus misericordias!

Y muchos nos preguntamos ¿y cómo se puede amar a Dios? Pregunta básica pero muy importante. Siguiendo con las instrucciones de Jesús debemos amar a Dios con todo nuestro ser. Esto quiere decir que toda nuestra vida sea un poema de amor. Que actuemos de acuerdo al amor que profesamos.

No debemos quedarnos en palabras, no es suficiente decirle a Dios que lo amamos se lo debemos demostrar con hechos. Y la mejor forma de hacerlo es obedeciendo Su Palabra. Sin embargo tampoco es suficiente si sólo te dedicas a obedecer lo que la Biblia dice, es necesario que apartes un tiempo para dedicarlo solo a Dios. Momentos en los que con tus propias palabras le dices que lo amas. Es una mezcla, le dices que lo amas con tus palabras y se lo demuestras con tus hechos.

Por eso mismo el autor de este Salmo dice que “suspiró por sus mandamientos” un suspiro de enamorado. Un suspiro que evoca el amor que le tienes a Su palabra y Sus mandamientos.

Amar a Dios implica demostrárselo. No te quedes callado. No te quedes en la intención. Busca la manera de llevarle serenata a tu Creador, busca la manera de practicar el amor.

Armando Carrasco Z.

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