“Sosténme, y seré salvo, y me regocijaré siempre en tus estatutos. Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos, porque su astucia es falsedad.” Salmos 119:117-118
La primer parte de este pasaje es tierno y bonito, pero la segunda parte es fuerte y debe hacernos pensar mucho. Por eso no me detendré mucho en la primera parte para poder analizar un poco la segunda.
Hay un nivel de confianza cuando comprendes que Dios es tu protector, a todo mundo tratas de convencer de que tienes a “Alguien” que te cuida, a todo mundo le andas diciendo que amas a tu Papá en los cielos. Te das cuenta de su protección y andas feliz. Cada vez que lees la Biblia te das cuenta de toda la protección que Dios te da y no puedes dejar de estar feliz. Eso es casi casi un patrón de conducta en todos aquellos que les ha “caído el veinte” de quién es Dios en sus vidas.
Pero la siguiente parte no es nada bonita. Es de aquellos pasajes dónde nos hace pensar cómo es Dios. En estos dos versículos vemos dos aspectos de Dios, como dice en el Nuevo Testamento “La bondad y la severidad” de Dios.
A veces nos confundimos y creemos que porque Dios es bueno, nunca nos va a pasar nada si lo desobedecemos o si nos olvidamos de Él. El problema es que queremos hacer nuestra egoista voluntad y después echarle la culpa a Él o tratar de descalificar sus cualidades.
Cuando nuestra voluntad por hacer lo que queremos nos gana, nos empezamos a separar de las bendiciones que vienen como consecuencia de ser obedientes a Su Palabra, y nos acercamos a todas aquellas cosas que son consecuencia de desobedecer su Palabra.
Hasta allí vamos bien, lo entendemos. Lo que debemos estudiar es la frase final “su astucia es falsedad”. Hay quienes se acercan a Dios y a Su Palabra creyendo que ellos son mas listos que Dios, que sólo van a tomar de la Biblia lo que les conviene, o lo que pueden controlar, o lo que no los comprometa. Cuando tu los oyes hablar parece que son muy listos, parecen brillantes con mentes lúcidas, pero en el corazón están haciendo las cosas a su manera. Que todo gire alrededor de ellos y de su egoísmo.
Pero la Biblia es muy clara, Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre sembrare eso cosechará. Es una ley bíblica inmutable. Esta ley no la puede cambiar el hombre, así está constituida toda la vida. Si lo entendiéramos a cabalidad empezaríamos a sembrar ahora mismo lo que queremos cosechar en el futuro. ¿Necesitas amor? Siembra amor. ¿Necesitas ayuda? Siembra ayuda ¿Necesitas apoyo? Siembra apoyo. ¿Necesitas obediencia? Siembra Obediencia. Y por otro lado piensa que todo lo que recibes es lo que has sembrado. Se honesto. Ahora tienes la oportunidad de cambiar tu vida. Cómo quieres tu futuro. Siembra eso ahora. Y deja de sembrar todo aquello que te va a dañar.
Armando Carrasco Z.
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