jueves, 18 de octubre de 2007

Salmos 119 alef (Parte tres)

“¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.”
Salmos 119:5-6

En lo particular yo quitaría lo de ojalá, Alá no tiene nada que ver en el asunto, yo sé que actualmente es un modismo, pero de todas maneras, en lo muy particular no me gusta. Y revisando otra versión encontré que la Nueva Versión Internacional dice así:

“¡Cuánto deseo afirmar mis caminos para cumplir tus decretos! No tendré que pasar vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos.”

Leer la Biblia solo por leerla no afecta nuestras vidas. Es necesario ponerla en práctica. Cuando leemos las Escrituras nos muestran el estado de nuestras vidas, la condición de nuestros caminos. Y ese momento en que lees verdades y decides ponerlas en práctica es clave. Tú decides si sólo metes información a tu cabeza o si tomas la decisión de ponerla por obra.

La fórmula lectura + acción genera cambios dramáticos en nuestra vida. Una vida puede ser totalmente transformada por poner en práctica el consejo divino. La misma Biblia nos enseña que debemos ser hacedores de la Palabra, no sólo oidores.

El contenido bíblico es fascinante, todas sus historias y conceptos son de gran impacto, cualquiera que la lee se queda asombrado por lo que en ella ve. Pero muchos se quedan en es lugar, sólo se maravillan con su contenido.

Pero el poder de la Biblia no radica en lo “hermoso” de sus historias, sino en el factor de fusión que sucede cuando obedecemos y hacemos lo que la Biblia dice. Cuando la obedecemos esa Palabra cobra vida y poder en nosotros.

Entonces ese poder nos libera de la depresión, de las angustias, de los temores, del egoísmo, y aún de la enfermedad. Ese es el poder de la Biblia.

Y es obvio que no vas a poner en práctica los rituales del antiguo testamento haciendo sacrificios de animales y todo eso, no de ninguna manera, me refiero a aquellos conceptos morales que contiene para nuestras vidas y que están más actuales que nunca.

Pero hay uno supremo, el más grande mandamiento contenido en la Biblia; Que te reconcilies con tu Creador. Todo lo que dice la Biblia, todas sus historias llevan por dentro la pasión de un Dios que te ama y que te busca y que siempre te espera con los brazos abiertos.

Ese el primer paso que debes dar. Estrecharle la mano a Dios y hacer un link perfecto con Él.

Armando Carrasco Z.

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