El salmo 119: 47-53 dice así:
“Yo amo y deseo tu palabra pues me llena de alegría. Tus promesas me dan esperanza; ¡no te olvides de ellas! Tus promesas me dan vida; me consuelan en mi dolor. Dios mío yo nunca olvido tu palabra eterna, pues ella me da consuelo…”
Biblia de lenguaje actual.
La palabra de Dios tiene un poder muy especial de consuelo que sólo pueden acceder los afligidos. La Biblia tiene muchas verdades para todo el mundo, digamos que son verdades universales, pero hay palabras que sólo están accesibles a los afligidos. Para los que tienen un dolor en el alma.
Todos leemos las mismas palabras del mismo versículo de la misma Biblia, pero no todos disfrutamos del efecto que producen.
Un efecto que todos los afligidos han sentido cuando leen la Biblia es consuelo. Un consuelo que no pueden tener con la lectura de un libro motivacional, que no pueden acceder con un psicólogo, o con un programa de superación personal.
Es un consuelo real y tangible que sobrepasa todo entendiemiento humano y que nos fortalece para esperar el tiempo de la respuesta.
Cuando el dolor que nos aflige espera una respuesta, es aminorado por la misma Palabra de Dios.
En este versículo debemos notar que dice “tus promesas” que muchas veces son palabras de Dios a nuestras vidas que nos presentan un panorama alentador para que la causa de nuestro dolor sea quitada.
Esas promesas son vida y esperanza. Cada vez que estamos en los suelos llegan esas palabras a nuestros oídos y retumban en nuestro corazón a tal grado que producen consuelo.
Por eso es tan importante leer la Biblia. En ella podemos encontrar el consuelo que nadie más puede darnos. Es Su palabra la que nos sostiene.
Armando Carrasco Z.
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