“Te alabaré con rectitud de corazón cuando aprendiere tus justos juicios. Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente.”
Salmos 119: 7-8
Esta parte del acróstico del salmo 119 llamado Alef, cierra con estos dos versículos, en los cuales vemos algunas cosas muy interesantes; la primera es que el autor de este salmo está proclamando alabar con “rectitud de corazón” la cuestión aquí es que puedes alabar de muchas maneras, incluyendo con un corazón cínico, un corazón que menosprecia el valor de la alabanza y adoración.
Y me refiero a cuando nos damos cuenta de que tenemos ciertas malas actitudes y que voluntariamente no las queremos cambiar y así en esa condición conciente vamos a adorar y alabar a Dios.
Entendamos dos cosas, la primera es que la sangre de Jesucristo borró el pecado de nuestra vida de una manera total y para siempre. Por ese lado podemos acercarnos a Dios confiados en el sacrificio que hizo Jesucristo por nosotros. Podemos ir a Él en cualquier momento. Pero este pasaje no se está refieriendo a esto.
Este pasaje se refiere a la actitud de corazón cuando le alabas y adoras. Puede que vivas sabiendo que eres santo por el sacrificio de Jesús, pero que tu vida sea un desastre por NO conocer la forma en que debes actuar basándote en Su palabra.
Por eso el salmista dice (parafraseado) enséñame tu Palabra para que pueda adorarte con rectitud de corazón. Conocer Su Palabra nos da una rectitud de corazón para acercarnos a Dios en adoración y alabanza.
Rectitud de corazón no quiere decir sin errores, más bien es un corazón que reconoce su condición delante de Dios y que sabe porqué lo adora y alaba. Es un corazón sencillo y sincero.
Por otro lado vemos que dice: “…Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente.” Mira te debe qudar claro que una vez que has aceptado el sacrificio de Jesús en la cruz tus pecados son completamente borrados para siempre. Pero, es necesario que viviamos de acuerdo a Su Palabra porque nos hace vivir coherente con nuestra naturaleza divina.
Cuando actuas en contra de esa naturaleza todo se te pone en contra, simplemente porque lo que haces va contra tu naturaleza. Por eso no me abandones que seré obediente a tu Palabra, cuando obedeces a Dios las cosas actuan a tu favor.
Armando Carrasco Z.
Un espacio para conocer más de la Biblia. Conocer todo aquello en lo que la Biblia puede ayudarnos. Conocer al Autor de la Biblia y entender que realmente es un "instructivo" o "manual" para que el hombre pueda llevar una vida plena y estable.
martes, 30 de octubre de 2007
jueves, 18 de octubre de 2007
Salmos 119 alef (Parte tres)
“¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.”
Salmos 119:5-6
En lo particular yo quitaría lo de ojalá, Alá no tiene nada que ver en el asunto, yo sé que actualmente es un modismo, pero de todas maneras, en lo muy particular no me gusta. Y revisando otra versión encontré que la Nueva Versión Internacional dice así:
“¡Cuánto deseo afirmar mis caminos para cumplir tus decretos! No tendré que pasar vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos.”
Leer la Biblia solo por leerla no afecta nuestras vidas. Es necesario ponerla en práctica. Cuando leemos las Escrituras nos muestran el estado de nuestras vidas, la condición de nuestros caminos. Y ese momento en que lees verdades y decides ponerlas en práctica es clave. Tú decides si sólo metes información a tu cabeza o si tomas la decisión de ponerla por obra.
La fórmula lectura + acción genera cambios dramáticos en nuestra vida. Una vida puede ser totalmente transformada por poner en práctica el consejo divino. La misma Biblia nos enseña que debemos ser hacedores de la Palabra, no sólo oidores.
El contenido bíblico es fascinante, todas sus historias y conceptos son de gran impacto, cualquiera que la lee se queda asombrado por lo que en ella ve. Pero muchos se quedan en es lugar, sólo se maravillan con su contenido.
Pero el poder de la Biblia no radica en lo “hermoso” de sus historias, sino en el factor de fusión que sucede cuando obedecemos y hacemos lo que la Biblia dice. Cuando la obedecemos esa Palabra cobra vida y poder en nosotros.
Entonces ese poder nos libera de la depresión, de las angustias, de los temores, del egoísmo, y aún de la enfermedad. Ese es el poder de la Biblia.
Y es obvio que no vas a poner en práctica los rituales del antiguo testamento haciendo sacrificios de animales y todo eso, no de ninguna manera, me refiero a aquellos conceptos morales que contiene para nuestras vidas y que están más actuales que nunca.
Pero hay uno supremo, el más grande mandamiento contenido en la Biblia; Que te reconcilies con tu Creador. Todo lo que dice la Biblia, todas sus historias llevan por dentro la pasión de un Dios que te ama y que te busca y que siempre te espera con los brazos abiertos.
Ese el primer paso que debes dar. Estrecharle la mano a Dios y hacer un link perfecto con Él.
Armando Carrasco Z.
Salmos 119:5-6
En lo particular yo quitaría lo de ojalá, Alá no tiene nada que ver en el asunto, yo sé que actualmente es un modismo, pero de todas maneras, en lo muy particular no me gusta. Y revisando otra versión encontré que la Nueva Versión Internacional dice así:
“¡Cuánto deseo afirmar mis caminos para cumplir tus decretos! No tendré que pasar vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos.”
Leer la Biblia solo por leerla no afecta nuestras vidas. Es necesario ponerla en práctica. Cuando leemos las Escrituras nos muestran el estado de nuestras vidas, la condición de nuestros caminos. Y ese momento en que lees verdades y decides ponerlas en práctica es clave. Tú decides si sólo metes información a tu cabeza o si tomas la decisión de ponerla por obra.
La fórmula lectura + acción genera cambios dramáticos en nuestra vida. Una vida puede ser totalmente transformada por poner en práctica el consejo divino. La misma Biblia nos enseña que debemos ser hacedores de la Palabra, no sólo oidores.
El contenido bíblico es fascinante, todas sus historias y conceptos son de gran impacto, cualquiera que la lee se queda asombrado por lo que en ella ve. Pero muchos se quedan en es lugar, sólo se maravillan con su contenido.
Pero el poder de la Biblia no radica en lo “hermoso” de sus historias, sino en el factor de fusión que sucede cuando obedecemos y hacemos lo que la Biblia dice. Cuando la obedecemos esa Palabra cobra vida y poder en nosotros.
Entonces ese poder nos libera de la depresión, de las angustias, de los temores, del egoísmo, y aún de la enfermedad. Ese es el poder de la Biblia.
Y es obvio que no vas a poner en práctica los rituales del antiguo testamento haciendo sacrificios de animales y todo eso, no de ninguna manera, me refiero a aquellos conceptos morales que contiene para nuestras vidas y que están más actuales que nunca.
Pero hay uno supremo, el más grande mandamiento contenido en la Biblia; Que te reconcilies con tu Creador. Todo lo que dice la Biblia, todas sus historias llevan por dentro la pasión de un Dios que te ama y que te busca y que siempre te espera con los brazos abiertos.
Ese el primer paso que debes dar. Estrecharle la mano a Dios y hacer un link perfecto con Él.
Armando Carrasco Z.
Salmo 119 Alef (Parte dos)
“Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos. Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos.”
Salmos 119:3-4
A veces cuando leemos estos versículos creemos que Dios nos está pidiendo una vida en la que nunca pequemos y que nunca le fallemos. Pero no es así.
Si lo analizamos bien nos damos cuenta que efectivamente Dios nos pide que caminemos por un sendero de acuerdo a Su Palabra. Más que ser perfectos infalibles nos pide que vayamos en el camino correcto. El camino correcto es Su Palabra.
El camino de santidad no es un camino de infalibilidad donde nunca te puedes equivocar, sino más bien es un camino en el cual enfocas tu vida a poner principios bíblicos universales que te ayudarán a llevar una vida estable y exitosa, contigo, con tu familia y con Dios.
Iniquidad significa maldad o injusticia muy grande. Por lo que también podemos ver dos cosas; cuando te “cae el veinte” de lo mucho que puede ayudarte Su Palabra, entonces procuras vivir de acuerdo a sus consejos. Y entras a ese camino del que hablamos tomando la decisión de hacer a un lado la maldad.
El camino de maldad es no tomar en cuenta el consejo divino. No precisamente se refiere a ser “muy malo” o “hacer daño a la gente de manera premeditada”, si lo incluye pero no es todo.
Hay gente que se cree muy buena, que no le hace daño a nadie, pero no quiere saber nada del consejo divino para su vida. Creerse bueno es creer que tienes el control de tu vida y que eres bueno por tus propias fuerzas. Lo cual contradice lo que la misma Palabra dice de la condición humana.
Muchas veces estamos en esa condición sólo por no conocer los principios básicos de La Palabra, la cual nos muestra la condición exacta de nuestras vidas pero también nos muestra el camino y el consejo oportuno.
Por otro lado Dios sí nos pide que guardemos Su Palabra, por eso enfatiza “Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos.” Hay algo bueno que sucede en nuestras vidas cuando nos aplicamos a guardar Su Palabra.
Dios sabe del poder de Su Palabra y por eso nos invita a conocerla y a ponerla en práctica. La Biblia no es un libro con una lista aburrida de cosas prohibidas. Es un libro que tiene la capacidad de cambiar el rumbo de tu vida misma.
Armando Carrasco Z.
Salmos 119:3-4
A veces cuando leemos estos versículos creemos que Dios nos está pidiendo una vida en la que nunca pequemos y que nunca le fallemos. Pero no es así.
Si lo analizamos bien nos damos cuenta que efectivamente Dios nos pide que caminemos por un sendero de acuerdo a Su Palabra. Más que ser perfectos infalibles nos pide que vayamos en el camino correcto. El camino correcto es Su Palabra.
El camino de santidad no es un camino de infalibilidad donde nunca te puedes equivocar, sino más bien es un camino en el cual enfocas tu vida a poner principios bíblicos universales que te ayudarán a llevar una vida estable y exitosa, contigo, con tu familia y con Dios.
Iniquidad significa maldad o injusticia muy grande. Por lo que también podemos ver dos cosas; cuando te “cae el veinte” de lo mucho que puede ayudarte Su Palabra, entonces procuras vivir de acuerdo a sus consejos. Y entras a ese camino del que hablamos tomando la decisión de hacer a un lado la maldad.
El camino de maldad es no tomar en cuenta el consejo divino. No precisamente se refiere a ser “muy malo” o “hacer daño a la gente de manera premeditada”, si lo incluye pero no es todo.
Hay gente que se cree muy buena, que no le hace daño a nadie, pero no quiere saber nada del consejo divino para su vida. Creerse bueno es creer que tienes el control de tu vida y que eres bueno por tus propias fuerzas. Lo cual contradice lo que la misma Palabra dice de la condición humana.
Muchas veces estamos en esa condición sólo por no conocer los principios básicos de La Palabra, la cual nos muestra la condición exacta de nuestras vidas pero también nos muestra el camino y el consejo oportuno.
Por otro lado Dios sí nos pide que guardemos Su Palabra, por eso enfatiza “Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos.” Hay algo bueno que sucede en nuestras vidas cuando nos aplicamos a guardar Su Palabra.
Dios sabe del poder de Su Palabra y por eso nos invita a conocerla y a ponerla en práctica. La Biblia no es un libro con una lista aburrida de cosas prohibidas. Es un libro que tiene la capacidad de cambiar el rumbo de tu vida misma.
Armando Carrasco Z.
jueves, 11 de octubre de 2007
Salmo 119 Alef (Parte uno)
“Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley del Señor. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan;”
Salmos 119:1-2
Este versículo empieza con mucha fuerza porque arranca con el fruto tangible de seguir y obedecer La Palabra de Dios.
Bienaventurado quiere decir gozar de la felicidad que sólo Dios puede dar.
Es la primer promesa de ser obediente a Su Palabra. En este mundo actual se ha malinterpretado la palabra felicidad, la cual creemos que tendremos cuando obtengamos cosas; Una casa, una carrera, una esposa, un hijo, en fin, el hombre y la mujer se han convertido en perseguidores de la felicidad, creyendo que la obtendrán cuando consigan todo aquello por lo cual están luchando.
Y cuando por fin alcanzan lo soñado se topan con que eso no les dio la felicidad. Cierto, lograr cosas nos da un sentimiento de felicidad, pero es efímero y frágil.
La felicidad tiene mucho que ver con Dios. La verdadera felicidad la obtenemos cuando estamos plenos en Dios, completos en Él. Es una felicidad sólida que no es influenciada por los logros humanos, ni que disminuye por los fracasos humanos.
Tener esa felicidad es la primer recompensa de este salmo. Bienaventurado.
Y continua con “los de perfecto camino” Bienaventurados los de perfecto camino, cuando leí por primera ves este versículo me desanimé un poco porque de inmediato me dije a mi mismo “para mí, es imposible porque no tengo un camino perfecto, todavía tengo muchos errores” y me desanimé. Pero después estudiando un poco mas la Biblia entendí lo que realmente quiere decir esta parte del salmo.
El perfecto camino no quiere decir que se refiere a todos aquellos que son perfectos y sin errores. Los que andan en perfecto camino son todos aquellos que aman Su palabra y que hacen todo por tratar de agradar a Dios. En el camino pueden tener muchos errores, muchísimos, pero su corazón ha entendido que el mejor camino para vivir esta vida es a través de Su palabras y procuran con todas sus fuerzas obedecerla.
Hay una traducción de lenguaje sencillo que lo dice de esta manera: “Dios tú bendices a los que van por buen camino” Creo que esta versión es más clara. Es eso precisamente lo que quiere decir los de perfecto camino no que ya sean perfectos, sino que se encuentren en el camino correcto.
Y posteriormente lo aclara el mismo pasaje; porque dice: “los que andan en la ley del Señor. Bienaventurados los que guardan sus testimonios” como comentamos anteriormente, “la ley” y “testimonios” lo podemos interpretar como Su Palabra, “Los que andan en La Palabra del Señor”. El buen camino es andar de acuerdo a Su Palabra. “los que guardan Su palabra”. Y continua diciendo “los que guardan” que quiere decir que la cuidas como el tesoro más valioso.
Todos aquellos que andan por ese buen camino de andar y guardar Su Palabra son Bienaventurados.
Pero el versículo dos cierra de una manera muy bonita, dice que “los que de todo corazón le buscan”. No debemos olvidar nunca que lo importante de todo esto es Dios. Y que Él siempre quiere estar con nosotros. Andar y Guardar Su Palabra nos lleva a Él.
El punto culminante de todo esto es Él. Siempre debemos de buscarlo de todo corazón. La verdadera felicidad está cuando encontramos a Dios.
Felices, llenos de bendiciones, son todos aquellos que andan y guardan Su Palabra y de todo corazón le buscan.
Armando Carrasco Z.
Salmos 119:1-2
Este versículo empieza con mucha fuerza porque arranca con el fruto tangible de seguir y obedecer La Palabra de Dios.
Bienaventurado quiere decir gozar de la felicidad que sólo Dios puede dar.
Es la primer promesa de ser obediente a Su Palabra. En este mundo actual se ha malinterpretado la palabra felicidad, la cual creemos que tendremos cuando obtengamos cosas; Una casa, una carrera, una esposa, un hijo, en fin, el hombre y la mujer se han convertido en perseguidores de la felicidad, creyendo que la obtendrán cuando consigan todo aquello por lo cual están luchando.
Y cuando por fin alcanzan lo soñado se topan con que eso no les dio la felicidad. Cierto, lograr cosas nos da un sentimiento de felicidad, pero es efímero y frágil.
La felicidad tiene mucho que ver con Dios. La verdadera felicidad la obtenemos cuando estamos plenos en Dios, completos en Él. Es una felicidad sólida que no es influenciada por los logros humanos, ni que disminuye por los fracasos humanos.
Tener esa felicidad es la primer recompensa de este salmo. Bienaventurado.
Y continua con “los de perfecto camino” Bienaventurados los de perfecto camino, cuando leí por primera ves este versículo me desanimé un poco porque de inmediato me dije a mi mismo “para mí, es imposible porque no tengo un camino perfecto, todavía tengo muchos errores” y me desanimé. Pero después estudiando un poco mas la Biblia entendí lo que realmente quiere decir esta parte del salmo.
El perfecto camino no quiere decir que se refiere a todos aquellos que son perfectos y sin errores. Los que andan en perfecto camino son todos aquellos que aman Su palabra y que hacen todo por tratar de agradar a Dios. En el camino pueden tener muchos errores, muchísimos, pero su corazón ha entendido que el mejor camino para vivir esta vida es a través de Su palabras y procuran con todas sus fuerzas obedecerla.
Hay una traducción de lenguaje sencillo que lo dice de esta manera: “Dios tú bendices a los que van por buen camino” Creo que esta versión es más clara. Es eso precisamente lo que quiere decir los de perfecto camino no que ya sean perfectos, sino que se encuentren en el camino correcto.
Y posteriormente lo aclara el mismo pasaje; porque dice: “los que andan en la ley del Señor. Bienaventurados los que guardan sus testimonios” como comentamos anteriormente, “la ley” y “testimonios” lo podemos interpretar como Su Palabra, “Los que andan en La Palabra del Señor”. El buen camino es andar de acuerdo a Su Palabra. “los que guardan Su palabra”. Y continua diciendo “los que guardan” que quiere decir que la cuidas como el tesoro más valioso.
Todos aquellos que andan por ese buen camino de andar y guardar Su Palabra son Bienaventurados.
Pero el versículo dos cierra de una manera muy bonita, dice que “los que de todo corazón le buscan”. No debemos olvidar nunca que lo importante de todo esto es Dios. Y que Él siempre quiere estar con nosotros. Andar y Guardar Su Palabra nos lleva a Él.
El punto culminante de todo esto es Él. Siempre debemos de buscarlo de todo corazón. La verdadera felicidad está cuando encontramos a Dios.
Felices, llenos de bendiciones, son todos aquellos que andan y guardan Su Palabra y de todo corazón le buscan.
Armando Carrasco Z.
lunes, 8 de octubre de 2007
Salmo 119, El link con Dios.
Voy a empezar una pequeña reflexión del Salmo 119. El motivo para estudiarlo es que casi en su totalidad gira alrededor de la importancia de la Palabra en nuestras vidas. Es un link directo con Dios
Pero vamos a poner ciertas cosas en sintonía antes de empezar.
A lo largo de todo el salmo 119 se mencionan varios términos en relación a su Palabra. Por lo que debemos primero analizar lo que significan para tener una mejor comprensión de este salmo.
Estos términos son: estatutos, decretos, leyes, mandamientos y preceptos. Y lo primero que vamos a hacer es poner una definición básica de diccionario para tenerla a la mano y también vamos a darle sentido para que cuando estudiemos a detalle el salmo sepamos a qué se refiere.
Estatuto: Regla que tiene fuerza de ley para el gobierno de un cuerpo
Decreto: Decisión de un gobernante o de una autoridad, o de un tribunal o juez, sobre la materia o negocio en que tengan competencia.
Ley: Regla y norma constante e invariable de las cosas
Mandamiento: Orden de un superior a un inferior.
Precepto: a) Orden que el superior hace observar y guardar al inferior o súbdito.
b) Cada una de las instrucciones o reglas que se dan o establecen para el conocimiento o manejo de un arte o facultad.
Todas estas definiciones son tomadas del diccionario de la Real Academia Española.
Sin embargo donde debemos poner atención es que todos estos términos están directamente ligados a la Palabra de Dios escrita.
El estatuto, la ley, el mandamiento, el decreto y el precepto, son términos que llevan implícitos en este salmo una relación directa con Su Palabra, porque quedaron por escrito.
Esto nos lleva leer el salmo teniendo presente que cada vez que se mencione cualquiera de estos términos podemos relacionarlos con la Biblia, donde quedan registrados todos estos conceptos y términos.
Otro antecedente, el 119 es el salmo más grande de todo el libro de los Salmos.
Este salmo está escrito en forma de acróstico del alfabeto hebreo. Cada ocho versículos empieza una letra del alfabeto hebreo. Cada ocho versículos tiene el nombre de la letra de dicho alfabeto.
Álef (v. 1-8)
Bet (v.9-16)
Guímel (v. 17-24)
Dálet (v. 25-32)
He (v. 33-40)
Vav (v. 41-48)
Zayin (v. 49-56)
Jet (v. 57-64)
Tet (v. 65-72)
Yod (v. 73-80)
Caf (v. 81-88)
Lámed (v. 89-96)
Mem (v. 97-104)
Nun (v. 105-112)
Sámej (v. 113-120)
Ayin (v. 121-128)
Pe (v. 129-136)
Tsade (v. 137-144)
Qof (v. 145-152)
Resh (v. 153-160)
Shin (v. 161-168)
Tav (v.169-176)
Esto está en tu Biblia te lo dejo ordenado por si algún día lo necesitas.
En el próximo espacio empezaremos su reflexión.
Armando Carrasco Z.
Pero vamos a poner ciertas cosas en sintonía antes de empezar.
A lo largo de todo el salmo 119 se mencionan varios términos en relación a su Palabra. Por lo que debemos primero analizar lo que significan para tener una mejor comprensión de este salmo.
Estos términos son: estatutos, decretos, leyes, mandamientos y preceptos. Y lo primero que vamos a hacer es poner una definición básica de diccionario para tenerla a la mano y también vamos a darle sentido para que cuando estudiemos a detalle el salmo sepamos a qué se refiere.
Estatuto: Regla que tiene fuerza de ley para el gobierno de un cuerpo
Decreto: Decisión de un gobernante o de una autoridad, o de un tribunal o juez, sobre la materia o negocio en que tengan competencia.
Ley: Regla y norma constante e invariable de las cosas
Mandamiento: Orden de un superior a un inferior.
Precepto: a) Orden que el superior hace observar y guardar al inferior o súbdito.
b) Cada una de las instrucciones o reglas que se dan o establecen para el conocimiento o manejo de un arte o facultad.
Todas estas definiciones son tomadas del diccionario de la Real Academia Española.
Sin embargo donde debemos poner atención es que todos estos términos están directamente ligados a la Palabra de Dios escrita.
El estatuto, la ley, el mandamiento, el decreto y el precepto, son términos que llevan implícitos en este salmo una relación directa con Su Palabra, porque quedaron por escrito.
Esto nos lleva leer el salmo teniendo presente que cada vez que se mencione cualquiera de estos términos podemos relacionarlos con la Biblia, donde quedan registrados todos estos conceptos y términos.
Otro antecedente, el 119 es el salmo más grande de todo el libro de los Salmos.
Este salmo está escrito en forma de acróstico del alfabeto hebreo. Cada ocho versículos empieza una letra del alfabeto hebreo. Cada ocho versículos tiene el nombre de la letra de dicho alfabeto.
Álef (v. 1-8)
Bet (v.9-16)
Guímel (v. 17-24)
Dálet (v. 25-32)
He (v. 33-40)
Vav (v. 41-48)
Zayin (v. 49-56)
Jet (v. 57-64)
Tet (v. 65-72)
Yod (v. 73-80)
Caf (v. 81-88)
Lámed (v. 89-96)
Mem (v. 97-104)
Nun (v. 105-112)
Sámej (v. 113-120)
Ayin (v. 121-128)
Pe (v. 129-136)
Tsade (v. 137-144)
Qof (v. 145-152)
Resh (v. 153-160)
Shin (v. 161-168)
Tav (v.169-176)
Esto está en tu Biblia te lo dejo ordenado por si algún día lo necesitas.
En el próximo espacio empezaremos su reflexión.
Armando Carrasco Z.
martes, 2 de octubre de 2007
La Biblia tiene poder para los afligidos.
El salmo 119: 47-53 dice así:
“Yo amo y deseo tu palabra pues me llena de alegría. Tus promesas me dan esperanza; ¡no te olvides de ellas! Tus promesas me dan vida; me consuelan en mi dolor. Dios mío yo nunca olvido tu palabra eterna, pues ella me da consuelo…”
Biblia de lenguaje actual.
La palabra de Dios tiene un poder muy especial de consuelo que sólo pueden acceder los afligidos. La Biblia tiene muchas verdades para todo el mundo, digamos que son verdades universales, pero hay palabras que sólo están accesibles a los afligidos. Para los que tienen un dolor en el alma.
Todos leemos las mismas palabras del mismo versículo de la misma Biblia, pero no todos disfrutamos del efecto que producen.
Un efecto que todos los afligidos han sentido cuando leen la Biblia es consuelo. Un consuelo que no pueden tener con la lectura de un libro motivacional, que no pueden acceder con un psicólogo, o con un programa de superación personal.
Es un consuelo real y tangible que sobrepasa todo entendiemiento humano y que nos fortalece para esperar el tiempo de la respuesta.
Cuando el dolor que nos aflige espera una respuesta, es aminorado por la misma Palabra de Dios.
En este versículo debemos notar que dice “tus promesas” que muchas veces son palabras de Dios a nuestras vidas que nos presentan un panorama alentador para que la causa de nuestro dolor sea quitada.
Esas promesas son vida y esperanza. Cada vez que estamos en los suelos llegan esas palabras a nuestros oídos y retumban en nuestro corazón a tal grado que producen consuelo.
Por eso es tan importante leer la Biblia. En ella podemos encontrar el consuelo que nadie más puede darnos. Es Su palabra la que nos sostiene.
Armando Carrasco Z.
“Yo amo y deseo tu palabra pues me llena de alegría. Tus promesas me dan esperanza; ¡no te olvides de ellas! Tus promesas me dan vida; me consuelan en mi dolor. Dios mío yo nunca olvido tu palabra eterna, pues ella me da consuelo…”
Biblia de lenguaje actual.
La palabra de Dios tiene un poder muy especial de consuelo que sólo pueden acceder los afligidos. La Biblia tiene muchas verdades para todo el mundo, digamos que son verdades universales, pero hay palabras que sólo están accesibles a los afligidos. Para los que tienen un dolor en el alma.
Todos leemos las mismas palabras del mismo versículo de la misma Biblia, pero no todos disfrutamos del efecto que producen.
Un efecto que todos los afligidos han sentido cuando leen la Biblia es consuelo. Un consuelo que no pueden tener con la lectura de un libro motivacional, que no pueden acceder con un psicólogo, o con un programa de superación personal.
Es un consuelo real y tangible que sobrepasa todo entendiemiento humano y que nos fortalece para esperar el tiempo de la respuesta.
Cuando el dolor que nos aflige espera una respuesta, es aminorado por la misma Palabra de Dios.
En este versículo debemos notar que dice “tus promesas” que muchas veces son palabras de Dios a nuestras vidas que nos presentan un panorama alentador para que la causa de nuestro dolor sea quitada.
Esas promesas son vida y esperanza. Cada vez que estamos en los suelos llegan esas palabras a nuestros oídos y retumban en nuestro corazón a tal grado que producen consuelo.
Por eso es tan importante leer la Biblia. En ella podemos encontrar el consuelo que nadie más puede darnos. Es Su palabra la que nos sostiene.
Armando Carrasco Z.
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