“…El
Señor ha dicho: «Éste será el pacto que haré con ellos: Mi espíritu está sobre ti,
y desde ahora y para siempre las palabras que puse en tu boca nunca se
apartarán de tus labios, ni de los labios de tus hijos, ni de los labios de tus
nietos.»…” Isaías
59:21
Hay palabras de vida que Dios pone en nuestra boca. Es algo difícil de
explicar, pero es algo verdadero y tangible. Cuando empiezas a creer en Él y lo
que Él es en ti. Dios pone Sus palabras en tu boca. Primero lees Su Palabra y
te causa un impacto que cambia tu vida, pero cuando te das cuenta empiezas a
hablar Sus Palabras. No sabes cómo, no sabes porqué pero te das cuenta que en
tu boca, está Su Palabra.
Hablar Sus Palabras, es como un sello de los hijos de Dios. Tal vez
alguien pueda memorizar la biblia a fuerza de repetición y las podrá decir en
un momento dado. Solo lo que se ha aprendido. Pero cuando eres hijo Su Palabra
se queda en tu corazón y en el momento exacto, en el momento oportuno, en ese
momento brotan de tus labios Sus Palabras.
Tal vez es con un amigo que quieres aconsejar, tal vez es con tus
hijos que tienen una pregunta, o tu esposa que quiere dirección, que surge en
tus labios La Palabra.
Es como si la Biblia cobrara vida, penetra hasta cortar el alma y lo
mas profundo de nuestro ser. A esas palabras me refiero. Palabras de vida. Que solo
pueden tener los hijos de vida.
Bueno, ya en sí, esto es impactante. Pero más impresionante es la
promesa. Una vez que tu ya has experimentado esas palabras de vida en tus
labios, dios te promete que nunca se van a apartar de tus
labios. En otras palabras no tienes que preocuparte qué vas a decir cuando
alguien te pregunte o te consulte. Sus palabras siempre estarán allí. En
tus labios. Listas para actuar.
Y por si fuera poco, la promesa se extiende a nuestros hijos y a
nuestros nietos. Una vez que has sido sellado con sus Palabras en nuestros
labios nunca se van a apartar
de nuestras vidas ni de nuestra generación.
Tus hijos tendrán esas mismas palabras de vida en sus labios. Ahora no
solo otros van a disfrutar de las palabras que fluyen de tus labios, ahora tú
vas a disfrutar de la palabra que sale de los labios de tus hijos y de tus
nietos.
Armando Carrasco
Bibliaterpaia
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