Dios no
solo nos dejó Su Palabra en una Biblia, también la escribe en nuestros
corazones. Su palabra nos transforma y nuestra vida misma es una epístola o
carta para todos los que nos ven a diario.
Es tu
forma de vivir lo que “habla” al mundo, no solo tus palabras. Es tu forma de
vida lo que transforma y trastorna a los que te conocen. Puedes hablar muy
bonito de la Biblia y es seguro que eso usa Dios para llegar a otros, pero que
nunca se te olvide que tu vida es una carta de Jesús escrita por Él mismo.
Lo
que está escrito en tu corazón no se escribió con métodos convencionales, el
mismo Espíritu de Dios es “la tinta” con la que Dios plasmó en tu corazón Sus verdades.
Un corazón transformado por Su poder es un corazón convertido en carta
viviente.
Lo
que debemos considerar siempre es que son cartas abiertas, cartas públicas. No
son cartas privadas para uso personal, sino que son públicas para que todo
mundo pueda ver lo que Dios ha hecho contigo. Son cartas que Dios usa como
medio para alcanzar a otros y quede testimonio de Su poder y por supuesto, de
su amor.
Dios
es un hábil escritor, tiene el arte de redactar en nuestras vidas lo mucho que
nos ama, y que por ese amor nos perfecciona día a día. Queda registrado en
nuestros corazones Su obra. La cual todo mundo tiene acceso.
Eres
una obra literaria de poder, eres la obra que Dios tiene en sus manos para
alcanzar a otros. Tu corazón es el papel que recibe Su tinta espiritual. Si
quieres ser una obra maestra de Dios solo tienes que dejarte escribir. Solo
tienes que aceptar su plan perfecto y maravilloso para tu vida.
Empieza
por conocer Su Palabra escrita, y da el siguiente paso que te convierte en
papel útil para ser redactado por Dios… ¡pon en práctica Su Palabra! Lee y
obedece.
Armando
Carrasco Zamora
Bibliaterapia
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