jueves, 19 de junio de 2014

Cuando tu vida transmite Su Palabra.

--> “…Es evidente que ustedes son una carta escrita por Cristo y expedida por nosotros; carta que no fue escrita con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo, y no en tablas de piedra sino en las tablas de corazones que sienten….” 2 Co 3:3

Dios no solo nos dejó Su Palabra en una Biblia, también la escribe en nuestros corazones. Su palabra nos transforma y nuestra vida misma es una epístola o carta para todos los que nos ven a diario.

Es tu forma de vivir lo que “habla” al mundo, no solo tus palabras. Es tu forma de vida lo que transforma y trastorna a los que te conocen. Puedes hablar muy bonito de la Biblia y es seguro que eso usa Dios para llegar a otros, pero que nunca se te olvide que tu vida es una carta de Jesús escrita por Él mismo.

Lo que está escrito en tu corazón no se escribió con métodos convencionales, el mismo Espíritu de Dios es “la tinta” con la que Dios plasmó en tu corazón Sus verdades. Un corazón transformado por Su poder es un corazón convertido en carta viviente.

Lo que debemos considerar siempre es que son cartas abiertas, cartas públicas. No son cartas privadas para uso personal, sino que son públicas para que todo mundo pueda ver lo que Dios ha hecho contigo. Son cartas que Dios usa como medio para alcanzar a otros y quede testimonio de Su poder y por supuesto, de su amor.

Dios es un hábil escritor, tiene el arte de redactar en nuestras vidas lo mucho que nos ama, y que por ese amor nos perfecciona día a día. Queda registrado en nuestros corazones Su obra. La cual todo mundo tiene acceso.

Eres una obra literaria de poder, eres la obra que Dios tiene en sus manos para alcanzar a otros. Tu corazón es el papel que recibe Su tinta espiritual. Si quieres ser una obra maestra de Dios solo tienes que dejarte escribir. Solo tienes que aceptar su plan perfecto y maravilloso para tu vida.

Empieza por conocer Su Palabra escrita, y da el siguiente paso que te convierte en papel útil para ser redactado por Dios… ¡pon en práctica Su Palabra! Lee y obedece.

Armando Carrasco Zamora
Bibliaterapia



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