miércoles, 13 de enero de 2010

Palabra y Espíritu. La mezcla más poderosa sobre la Tierra. II

Estamos estudiando el pasaje de David y Goliat. En esta ocasión repararemos en el siguiente pasaje que se da inmediatamente después de que David se quita la armadura de Saúl.

“…y David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su cayado en su mano, y recogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.” 1 Samuel 17:39-40

David decidió ir a pelear contra el gigante con herramientas que él estaba acostumbrado o entrenado a usar. Pongamos atención en la honda. Que necesita piedras para lanzarlas. Y que fue precisamente lo que hizo David.

Fue al río y busco cinco piedras lisas.

La Palabra de Dios es mencionada en la Biblia como la Roca. Por lo que podemos interpretar que esas cinco piedras que usó David son pequeños extractos de Su Palabra. Son versículos bíblicos, son pasajes, son porciones de la Biblia.

Ahora nuestros gigantes no son de carne y hueso, ahora nuestros gigantes son temores, enfermedades, problemas, deudas, adicciones, y largo etcétera. Ahora estos gigantes no son derrotados con piedras físicas, estos enemigos nuestros necesitan otra cosa, y la Biblia nos enseña que Su Palabra es una excelente arma.

Cuando tengas un Gigante pídele al Espíritu Santo que te de Palabra específica para vencer a tu gigante, que te de versículos o pasajes bíblicos bien concretos para tu guerra.

Es de notar que fueros “…cinco piedras lisas del arroyo…” las piedras que tomó David fueron escogidas y seleccionadas. Pero no sólo eso estas piedras eran lisas, de aquellas que por tanto pasar el agua sobre ellas quedaron así de lisas.

En la Biblia podemos ver el mover del Espíritu Santo como un río. Y allí empieza la mezcla poderosa. La Palabra ungida por el Espíritu Santo.

Cuando vayas a enfrentarte con tu gigante, busca versículos ungidos por el Espíritu Santo. Allí hay poder. Allí está la victoria. Es una palabra específica para tu gigante específico. Y busca por todos los medios bíblicos que esa palabra sea vivificada por el Espíritu Santo.

Aprender a usar Su Palabra ungida es un reto para todos nosotros, pero es algo en lo que debemos entrenarnos, porque después de todo… todos enfrentamos algún día a un gigante.

Armando Carrasco Z.

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