sábado, 8 de marzo de 2008

Salmo 119 Dálet (Parte 14)

“Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra” Salmos 119: 27-28

Dios tiene un camino perfecto preparado para el hombre. Ese camino es el que le conviene al hombre en todos los sentidos. Muchas veces el hombre por su terquedad y necedad no lo sigue, pero también muchas otras el hombre no sigue ese camino simplemente porque no lo conoce o no lo entiende.

Cuando decimos “Dios”, nos imaginamos erróneamente que es inaccesible para los humanos, pero no es así dice la Biblia que una de las cosas en las que podemos tener orgullo es en entender y conocer a Dios.

Por eso aquí vemos que David le pide a Dios que lo haga entender el camino de sus mandamientos. Porque sabe que entendiéndolos será más fácil andar por la vida en los caminos perfectos de Dios.

Los caminos perfectos de Dios no significa que sean caminos sin problemas o una vida color de rosa, no se refiere a eso, los caminos perfectos de Dios son aquellos que te impulsan a que cumplas tu propósito aquí en la tierra. Tú tienes un propósito y tu satisfacción más grande en esta vida es realizarlo. Y para cumplir ese propósito Dios tiene caminos por los que tienes que andar.

Cuando ese entendimiento llega a tu vida entonces no podrás dejar de meditar en todas su maravillas, por eso el autor de este Salmo dice “…para que medite en tus maravillas…” Es increíble encontrar los caminos de Dios que nos llevan a cumplir nuestro destino. No hay palabras para describirlo.

La otra parte del Salmo dice: “Se deshace mi alma de ansiedad, susténtame según tu palabra” Cuántas veces hemos tenido esa sensación de ansiedad al grado que sentimos que nos desbaratamos. Esa ansiedad provocada por los problemas, por la soledad, por un vicio no superado, por condenación, por pecado, o por lo que sea que toca nuestra alma en lo más profundo y sentimos que nos morimos. Son situaciones extremas.

Es entonces cuando podemos acudir a Su palabra, la cual nos puede sustentar más allá de lo que imaginamos, es más a veces es lo único que nos mantiene vivos. Su palabra tiene la capacidad de sostener nuestras vidas en las situaciones más adversas de la vida.

Armando Carrasco Z.

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