martes, 20 de mayo de 2014

Una promesa que no se pierde ni porque te mueras


“…El Señor ha dicho: «Éste será el pacto que haré con ellos: Mi espíritu está sobre ti, y desde ahora y para siempre las palabras que puse en tu boca nunca se apartarán de tus labios, ni de los labios de tus hijos, ni de los labios de tus nietos.»…” Isaías 59:21

Este pasaje me anima mucho cada vez que lo leo, puedo identificar una de las grandes promesas de Dios para sus hijos, para aquellos que le creen.

Lo primero que identifico es que esta promesa es a nivel pacto, y cuando Dios hace un pacto ¡lo cumple!

Y nos dice qué es lo primero que va a hacer es poner Su Espíritu sobre nosotros. Es lo que va a darle vida a la promesa. Es la fuerza vivificadora a la promesa de Dios. Por que Él mismo se va a encargar de que así suceda.

El Espíritu Santo está sobre ti cuidando que las promesas de Dios se cumplan. No Depende de nadie mas si no solo de Dios.

Y después nos da la promesa; “…desde ahora y para siempre las palabras que puse en tu boca nunca se apartarán de tus labios, ni de los labios de tus hijos, ni de los labios de tus nietos…”

Simplemente sorprendente, desde ahora y para siempre. Empieza hoy, refiriéndose al día en que le crees y es para siempre. No se acaba.

Las palabras de vida que Dios ha puesto en tu boca estarán allí para siempre. En las buenas y en las malas, cuando tengas éxito y cuando fracases, cuando estés sano y cuando estés enfermos. No importa la circunstancia, Sus Palabras puestas en tu boca estarán siempre allí.

Y no sólo eso sino que esa promesa se extenderá hacia tus hijos y hacia tus nietos. Ni siquiera tu muerte podrá quitarte esas Palabras que Dios ha puesto en tus labios. Tus hijos las heredarán y serán tan abundantes que aún tus nietos las van a tener. ¡qué mejor herencia que Su Palabra en las bocas de tus hijos!

Creo que vale la pena valorar todas las Palabras que Dios ha puesto en nuestros labios y en nuestros corazones, para mi las Palabras que están en mis labios son aquellas que se han encarnado en mi vida, que las tengo tan apropiadas a mi que son parte de mi vida. Son aquellas que siempre las tengo presentes.

Armando Carrasco
Bibliaterapia

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