lunes, 7 de abril de 2014

El fruto de una promesa

Dice la Biblia en Salmos 119:50 "...Tu promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades..." (NTV)

¡Cómo me gusta este pasaje! de verdad que cada vez que lo leo me anima y se potencializan mis ganas de seguir adelante. Sus promesas tienen ese impulso que hace que sigamos adelante.

Y como hemos dicho en otro lougar de este blog, la Biblia está llena de promesas. Por eso debemos aprender a apropiarnos de esas promesas. No leerlas como un libro de frases bonitas para poner en el Face, sino un libro de promesas prsonales para nuestra vida diaria.

Dice La Palabra en 2 Corintios 1:20 "...porque todas las promesas de Dios son en Él sí y amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios..." (RV60). Esto quiere decir que todas las promesas que están en la Biblia son para ti con un contundente ¡sí!

Tu labor es buscarlas y apropiártelas. Las promesas son como tesoros en nuestra vida, son combustible para cuando estemos desanimados, tristes o confundidos. Porque nos levantan, nos dan fuerzas y nos consuelan. Una promesa de Dios para ti, tiene la fuerza que necesitas para salir adelante de cuaqluier situación. No es una promesa hecha por un humano falible, sino por Dios, que es perfecto y nunca falla.

Este pasaje no dice que las promesas van a evitar que entre el desánimo y que no haya tropiezos, sino que lo que está diciendo es que cuando venga ese desánimo allí están las promesas que nos llenan de fuerzas y cuando llegues a tropiezarte o a tener problemas, allí están las promesas que nos dan el consuelo.

Te animo a que leas Su Palabra todos los días y que reclames sus promesas para tí. Seguro que encuentras una a la medida de tu vida. Déjate sorprender por tu Creador.

Armando Carrasco
Bibliaterapia

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