“Vengan a mi tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia. Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; pero yo meditaré en tus mandamientos.” Salmos 119:77-78
La Biblia es muy clara en decir que la Palabra de Dios es nuestro alimento. En alguna ocasión Jesucristo dijo que no solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra de Dios. (Lucas 4:4), debemos buscar alimentarnos frecuentemente con Su Palabra, cuando lo hacemos le encontramos la sazón, le encontramos el sabor, y nos damos cuenta que las verdades de Su Palabra son una delicia. No encontramos palabras que puedan describir lo delicioso que es alimentar el espíritu con Palabra Divina. Por eso David cantaba “tu ley es mi delicia”.
David se da cuenta de verdades que transformaron su vida al ser alimentado por la Palabra de Dios, una de ellas, darse cuenta lo valioso e importante que son las misericordias de Dios. Que sin ellas no podríamos vivir.
Misericordia significa no recibir el castigo que merecemos. Con eso basta para entender porqué seguimos vivos. Si Dios actuara sin misericordia muchos de nosotros moriríamos de inmediato. La Biblia dice que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). No dice la paga por los pecados grandes es la muerte, tampoco dice que la paga por los pecados escandalosos es la muerte, dice “la paga del pecado”, cualquier pecado, en otra ocasión ahondaremos en este tema. Por el momento analizamos que todos dependemos de la misericordia de Dios. En lo personal creo que todos deberíamos frecuentemente recordarlo y agradecerle por su misericordia en nuestras vidas.
La otra parte de este pasaje podemos aprender algunas cosas de la soberbia; en primer lugar que la soberbia te lleva a calumniar a otros. El fruto de un soberbio es hablar y acusar a alguien falsamente con toda la intención de dañarlo. Esa es una característica bien definida de los soberbios.
La otra característica de los soberbios es que su siguiente paso es transitar por la vergüenza. Aquí en este pasaje David sólo estaba orando lo que él ya había leído en las Escrituras acerca de la soberbia. Él sabía lo que le pasa a los soberbios y sólo estaba orando que se cumpliera en aquellos soberbios que estaban calumniándolo. No lo olvides el siguiente paso de los soberbios es la humillación. En Lucas 14:11 Jesús dijo: “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado…”
Si estás batallando con la soberbia es mejor echar marcha atrás y humillarse uno solo, de todas maneras vas a camino a la humillación. Es mejor humillarse un solo que ser humillado. La segunda parte de Lucas 14:11 dice “…y el que se humilla será exaltado”.
Si en estos momentos hay alguien que habla acusaciones falsas contra ti, no busques venganza, no entres a su juego, mejor ponte a meditar en Su Palabra y encontrarás un refugio real que podrá protegerte de las malas lenguas.
Armando Carrasco Z.
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