“Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley. A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios.” Salmos 119:61-62
Hay ocasiones en nuestra vida que somos “rodeados” de gente que no le tiene temor a Dios en lo más mínimo. Muchas veces por personas que dicen creer en Dios pero que con sus hechos lo niegan, y otras veces por gente que abiertamente se dicen ateos o también otras veces somos rodeados por gente que en mi punto particular de vista es peor: Gente que lucha directamente a Dios y lo hace con saña con aquellos que se dicen ser creyentes.
En esas ocasiones es cuando más tenemos que “no olvidarnos” de Su Palabra. No tenemos que aferrar a ella con toda el alma y con todo el corazón. Porque ella nos guarda y nos protege.
En la versión NVI dice de esta manera: “Aunque los lazos de los impíos me aprisionan yo no me olvido de Tu ley…” estas situaciones de las que hablamos muchas veces son lazos en nuestras vidas que quieren controlarnos. Si no nos aferramos a Su Palabra lo más seguro es que con el tiempo aprendamos las mañas de nuestros sitiadores.
Debemos ser inteligentes para buscar espacios personales de búsqueda, a veces es necesario ser prudente como en esta ocasión David que nos dice que en la noche se levantaba para alabar a Dios por Su Palabra. No dice que lo negaba de día, pero tampoco dice que estaba pregonando a todo pulmón que era amante de la Biblia. Es cierto hay ocasiones que debemos hacerlo cueste lo que cueste, pero hay otras en que Dios mismo apoya que manejes las cosas de otra manera.
Hay países donde está penado hablar de la Biblia. Algunos de ellos con pena de muerte. Y aún así hay gente que ama a Dios y va a esos países a compartir de ella y del amor de Dios, ponen su vida en juego, pero eso no quiere decir que van a ser imprudentes. Tenemos que admirarlos y si es posible imitarlos. Son personas que actualmente están sitiados por gente que abiertamente lucha en contra de la Biblia. Pero que sin embargo están allí cumpliendo su misión. ¡Que Dios los bendiga a ellos y a sus hijos!
Pero también se da el caso de que muchas veces queremos hacer de nuestras vidas una burbuja donde podamos controlar todo el ambiente para nuestra familia y no dejar pasar nada que no sea “de Dios”. Creo que este extremo también es muy dañino, creo que debemos aprender a vivir en el mundo y como Jesús dijo, no nos va a sacar del mundo, sino que nos va a guardar y a proteger. Debemos aprender a vivir situaciones de sitio cuando el enemigo nos acecha y nos pone en lugares donde abiertamente luchan contra Dios.
Es en esos momentos de nuestra vida que debemos aprender a aferrarnos de Su Palabra aunque todo el mundo esté contra ella, y buscar espacios para intimar con Dios a solas…aunque sea a la media noche, cuando todos están dormidos.
Armando Carrasco Z.
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