martes, 29 de julio de 2008

Salmos 119 Zain (Parte 27)

“Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos que dejan tu ley. Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa en donde fui extranjero.” Salmos zain 119 53-54

La Biblia hace distinción entre dos clases de hombres. Entre justos e injustos, entre hijos de Dios e hijos de los hombres. Los justos no lo son porque sean buenos, o porque viven rectamente, eso no los califica como justos, son justos porque le creen a Dios. Porque tienen la fe suficiente para creerle a Dios. Esa es la razón por la que muchos se enojan, no pueden entender cómo es posible que Dios considere justos a aquellos que le creen.

Aclaro que los justos pretenden caminar justamente como resultado de haber creído lo que Dios dice. En otras palabras su justicia no los hace justos, caminan en justicia como resultado de creerle a Dios.

Por el otro lado, los injustos de acuerdo a la Biblia no son precisamente aquellos que hacen muchas injusticias, mas bien son aquellos que creen en Dios pero no le creen a Él. Que son cosas muy diferentes. Muchos dicen creer en Dios, pero son pocos los que le creen a Dios. Esa es la diferencia. Esos son los injustos según la Biblia.

En este pasaje dice David que un horror se apodera de él cuando los inicuos dejan Su palabra. Y vamos entendiendo, hay mucha gente que dice que cree en Dios, pero cuando leen la Biblia no creen lo que dice. Creen a Dios pero no le creen a Él. Y dejan pasar la oportunidad de vivir de acuerdo a los estándares divinos incluidos en Su Palabra. Los resultados son terribles. Creer en Dios pero no creerle a Dios nos hace vulnerables.

Eso es creer en Dios a nuestra manera, es hacer un Dios de acuerdo a nuestro criterio. Eso es entrar dentro de los parámetros de injusticia. Ahora bien, dice el pasaje “a los inicuos que dejan tu ley” como hemos explicado en otros comentarios; “ley” puede perfectamente entenderse como Su Palabra. Hay personas que dicen “yo creo en Dios” y empiezan a leer la Biblia pero como no les gusta lo que tienen que hacer deciden “seguir creyendo en Dios pero sin comprometerse con Su Palabra”. Estos son los que le ocasionaba indignación al rey David.

Por otro lado, vemos que dice que Su Palabra era su cántico cuando era extranjero en un país que no era el suyo. Aquí vemos la enseñanza para nosotros, porque dice la Biblia que sólo estamos de paso en este mundo y que no pertenecemos a él.

Cuando uno no se encuentra en su país o en su propia casa el sentimiento de soledad se potencializa al máximo y nos damos cuenta de qué tan solos estamos. Fuera y lejos de casa. Es aquí cuando cantar nos conecta con nuestro Padre y nos alienta a seguir adelante con el entendimiento de lo que realmente somos, peregrinos y gente de paso, nuestro hogar está en el cielo. Ese es nuestro destino.

Cantar la Biblia tiene algo poderoso, algo con la capacidad de transformarnos. De darnos esperanza y de guiarnos por el camino que debemos andar. A manera de ejercicio no sólo debemos leer la Biblia, sino que debemos aprender a cantarla.

Armando Carrasco Z.

lunes, 21 de julio de 2008

Salmos 119 Zain (Parte 26)

“Los soberbios se burlaron mucho de mí, Mas no me he apartado de tu ley. Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, Y me consolé.” Salmos 119 zain 51-52

Analicemos primera algunas definiciones de soberbia para que podamos entender lo que quería decir David. Encontré tres definiciones interesantes:

1. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.
2. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
3. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.

Las palabras clave de estas definiciones son: apetito desordenado por querer ser el “preferido”, envanecimiento de uno mismo con menosprecio a los demás que como resultado expresa cólera e ira con palabras altivas e injuriosas.

La Biblia dice en Proverbios que los soberbios son escarnecedores. Escarnecer es burla o hacer mofa de alguien. La burla, el tono burlón es la característica de los soberbios.

David estaba diciendo que los soberbios se habían burlado de él, que lo habían menospreciado, que le habían hecho y dicho cosas altivas, pero que él había confiado en su Palabra.

El perfil de los soberbios nos muestra que son personas que se sienten indispensables, que creen que son 100% independientes, que no necesitan a Dios, que pueden salir por sí solos de cualquier situación que se les presente, tienen la creencia de que todo lo que poseen sean cosas internas o externas son mejores a todas las cosas que tiene su prójimo. Un soberbio no puede pedir la ayuda de nadie, ni siquiera de Dios. Y por eso se burlan de aquellos que confían en Dios al 100%, se burlan de aquellos que se atreven a decir que le pidieron ayuda a Dios. Sus mofas llegan a tal grado que se burlan hasta de Dios y de Su palabra.

Pero David continúa diciendo: “…mas no me he apartado de tu ley. Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, Y me consolé.” Aún con todo y las burlas David escogió obedecer Su Palabra, y escogió un sistema muy sencillo pero eficaz para sobrepasar estas crisis.

David se puso a repasar lo que había vivido con anterioridad y cómo es que él había constatado de la fidelidad de Dios y dice el salmo que se consoló. Encontró un espacio y un lugar donde consolarse.

A todos nos pasa que se nos cruza en el camino algún soberbio y recibimos burlas y mofas, y debemos hacer lo mismo que David; seguir sin apartarnos de Su palabra y repasar todas las veces que hemos visto a Dios a través de Su palabra.

Armando Carrasco Z.

lunes, 14 de julio de 2008

Salmos 119 Zain (Parte 25)

“Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.” Salmos 119:49-50

Uy. Esto es verdaderamente maravilloso. Esta parte del salmo en lo particular me ha dado grandes esperanzas en mi vida personal. Esta porción en especial es un tesoro de mucho valor que debemos guardar en lo más profundo de nuestro corazón.

La palabra de Dios tiene una característica muy especial; es universal y es personal. Dios habla de manera universal a todos los hombres pero también habla de manera personal a cada uno de ellos.

Hay una palabra específica para tu vida que va dirigida especial y específicamente a ti. Es tuya, es una palabra de Dios para ti. Está escrita en la Biblia para todo aquel que lee, pero en un momento determinado esa palabra es sólo para ti.

Es por eso que David puede decir en este salmo: "...la palabra dada a tu siervo…" hubo una palabra especifica que Dios le dio a David. Le habló de manera personal y directa, y al igual a nosotros Dios no sólo puede darnos una palabra, sino que le gusta entablar ese tipo de comunicación. Hay ocasiones de que sabemos de que sabemos que Dios nos ha hablado de manera personal y específica.

Tan es así que esa palabra nos llena de esperanza y de fe. A tal grado que podemos esperar a que se cumpla. Es una seguridad en nuestro corazón tal que permite esperar hasta que veamos cumplida su palabra. Por eso mismo David dice: “…en la cual me has hecho esperar…”

Cuando estamos pasando una situación difícil y Dios nos da una palabra, configurada especialmente para nosotros, esa palabra nos da la capacidad de poder esperar en ella. Esa palabra nos da dirección, nos da un camino a seguir. Es por eso tan valiosa.

Y cuando nuestra situación se hace más difícil, esa palabra que Dios nos dio, nos sustenta y nos sostiene. Se convierte en un consuelo a nuestra vida. Porque sabemos que Dios está involucrado y que nos ha dejado una palabra. Ahora entendemos porqué David dijo: “Ella es mi consuelo en mi aflicción”

Y no sólo eso sino que esa palabra nos vivifica y nos mantiene vivos mientras pasamos el túnel de oscuridad de alguna situación difícil.

En el Nuevo Testamento encontramos varios términos para referirse a La Palabra una de ellas es "Logos" y la otra "Rhema". El Logos es la parte digamos universal de La Escritura, y el Rhema es la parte especifica que nos corresponde de manera personal.

Es el Rhema lo que te da vida, es lo que te da esperanza, es aquella palabra que cobra vida y que te da vida. Esa es la palabra que debemos buscar con todo el corazón, porque después de todo, es sólo esa palabra la que nos dará la vida que necesitamos.

Armando Carrasco Z.

lunes, 7 de julio de 2008

Salmos 119 Vau (Parte 24)

“Y me regocijaré en tus mandamientos, los cuales he amado. Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé, y meditaré en tus estatutos.” Salmo 119:47-48

Hay una lucha constante de todos los días. Una lucha permanente. Es la lucha del bien contra el mal. Y yo sé que la misma Biblia nos dice que Jesucristo ya ganó, que la victoria fue contundente. Y es cierto, legalmente todos los que creemos en Él tenemos por gracia la victoria. Pero también es evidente la lucha que tenemos todos los días.

Esta porción del salmo 119 la vamos a analizar desde esa perspectiva. Cuando leemos que gente como David, el autor de este salmo, habla de una manera radical, totalmente rendido a las palabras de Dios, algo en nuestro interior se pregunta si habrá alguien así. Que pueda decir como David: “Y me regocijaré en tus mandamientos los cuales he amado”. Se oye muy bonito y no dudamos que David lo haya experimentado, pero ¿ahora? Después de mas de 4,000 años…¿Alguien podrá decir igual? ¿Alguien podrá experimentar lo mismo?

Yo creo que sí. Sin embargo lo que quiero comentar hoy es la parte que nos impide acercarnos a Su palabra, y no sólo eso. Que muchas veces vemos a la Biblia como algo aburrido y cansado. Esa es una lucha real. Que cuando alguien nos habla de la Biblia y de guardarla reaccionamos con cara de aburrimiento. ¡Qué lejos estamos de David! ¡Escribía canciones diciendo que amaba los mandamientos de Dios!

Esa es la lucha. Para el mal, le conviene que no te acerques a la Biblia, porque te puede manipular fácilmente con sus mentiras. El mal sabe que cuando lees la Biblia encuentras la verdad y como todos sabemos la verdad nos hace libres. Entonces una estrategia para alejarnos del contacto con la Biblia es envolverla en un paquete con apariencia de aburrimiento.

Con películas, canciones, programas de TV, de radio y por muchos medios ha promovido una campaña sutil en contra de la Biblia. Cualquier persona se encuentra desde niño expuesto a esta campaña publicitaria. De tal manera que cuando se presenta la oportunidad de leer la Biblia la reacción es la misma.

El ser humano prefiere lo divertido, lo express, lo que tiene apariencia de fácil y rápido. Así es como se ha estado “educando”. El ser humano empieza a creer que la Biblia no contiene eso que busca.

Sin embargo cuando empezamos a tener un contacto directo con la Biblia nos damos cuenta que tiene más de lo que ni siquiera imaginamos. Que contiene adrenalina pura. Que rebasa nuestras expectativas.

Es necesario centrar nuestra atención en el autor de la Biblia para darnos cuenta qué maravillosa, exacta, precisa y poderosa es Su palabra. El Dios que creó el universo, la tierra y todo lo que en ella existe, nos escribió unas palabras. Y nos dejó un mensaje dirigido especialmente para nosotros. ¡Cómo no vamos a estar contentos!

Armando Carrasco Z.