“Para siempre, oh Señor, permanece tu palabra en los cielos. De generación en generación es tu fidelidad; Tú afirmaste la tierra, y subsiste.” Salmos 119 Lamed 89-90
Vez tras vez han querido destruir y desaparecer la Biblia. Generación tras generación se levanta alguien que promueve la desaparición de La Palabra. Han hecho muchos intentos pero no pueden. El hombre no tiene la capacidad de destruir la Palabra de Dios. Esto es un absoluto. La historia lo demuestra.
En estos años levantó el “código DaVinci” un ataque directo a La Palabra. Pero yo les aseguro algo; con el pasar de los años va a quedar como una película cualquiera o un libro más. Sin lograr su objetivo. Dentro de un tiempo nadie se acordará de esa película, sólo los especialistas o alguno que otro reportero, pero la Biblia seguirá intacta. Permanente, firme.
El hombre cree que puede acabar con un libro que tiene en sus manos que lee en la tierra, pero no se da cuenta que La Palabra no está en la tierra, Su Palabra está en los cielos. Está en una atmósfera diferente a la que vivimos nosotros por eso es intocable. Eso dice esta parte del salmo “…permanece tu palabra en los cielos…” Lo que tenemos en las manos es la conexión directa con nuestro Creador. La Biblia es un libro vivo. No es cualquier libro. Lees la Biblia en la tierra pero se abren los cielos para ti.
Es por eso que podemos estar seguros de la fidelidad de Dios. Porque aquello en lo que nuestra vida está sostenida (Su palabra) permanece para siempre. Dios no se mueve, es inmutable. No cambia con el tiempo el siempre es fiel.
En la tierra vienen muchas modas y todo cambia, las tendencias en la medicina, en la psicología, en la educación y en todas las áreas. Van y vienen, sin embargo la Biblia es segura, no cambia y siempre tiene una respuesta segura y confiable para la humanidad
La tierra fue afirmada por Dios y por eso subsiste, sus cimientos son sólidos y fuertes. Todas sus leyes caminan a la perfección. Podemos habitarla porque ese fue su propósito. Y mientras tenga un propósito la tierra está firme. Dios la hizo y la hizo con Su Palabra y subsiste.
Pasarán los años, vendrán nuevas generaciones y la fidelidad de Dios seguirá eterna. Inmutable, segura. Puedes confiar plenamente en la fidelidad de Dios.
Armando Carrasco Z.
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