”Mi vida está de continuo en peligro, mas no me he olvidado de tu ley. Me pusieron lazo los impíos, pero yo no me desvié de tus mandamientos.” Salmos 119:109-110
Vale la pena repasar que para estudiar el salmo 119, se puede uniformar todas las veces que aparecen las palabras: testimonios, decretos, dichos, leyes, estatutos, mandamientos, y otras más. Como sinónimos de La Palabra.
Teniendo esto en cuenta, analicemos el pasaje que nos toca el día de hoy. En este pasaje dice David que toda su vida está de continuo en peligro. El era rey y era también un guerrero, desde joven el se dedicó a pelear. Fue tanto sangre que derramó que Dios no le permitió construir Su Templo. Él era un general de su ejército. Por eso es que dice que su vida todo el tiempo está en peligro.
Esto me hace pensar en las profesiones tan peligrosas que existen, como el ejercito, la policía, la judicial, profesiones en las que sus practicantes todo el tiempo están en peligro. Así es su carrera, su profesión incluye vivir todo el tiempo en peligro.
Pero lo increíble es que aún para estas personas hay una palabra de ánimo. Dice David que aún cuando su vida corre peligro, no se olvida de Su Palabra. Puede ser que tú formes parte de este grupo de personas, en las que continuamente estás en peligro, pero debes hacer lo que hizo David; Nunca olvidarte de Su Palabra. Es ésta la que te va a sostener en tiempos difíciles, es la Palabra la que te va a proteger.
Aún cuando se ponga mas difícil una determinada situación, como la que expresa el salmista, que dice que los impíos le pusieron una trampa, aún con todo él no se desvió de La Palabra.
Mucha gente cuando ve en peligro su vida hace a un lado todo, inclusive sus más profundas convicciones. Por eso es que La Palabra debe estar cincelada en nuestros corazones, no es suficiente leerla de vez en cuando, es necesario que se quede grabada en nuestras vidas.
De tal manera que estemos en paz o en guerra, que estemos con amigos o con enemigos, Su Palabra siempre esté con nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Haz como David; no olvides y no te desvíes.
Armando Carrasco Z
Un espacio para conocer más de la Biblia. Conocer todo aquello en lo que la Biblia puede ayudarnos. Conocer al Autor de la Biblia y entender que realmente es un "instructivo" o "manual" para que el hombre pueda llevar una vida plena y estable.
lunes, 30 de marzo de 2009
lunes, 16 de marzo de 2009
Salmos 119 NUN (Parte 54)
“Afligido estoy en gran manera; vivifícame conforme a tu palabra. Te ruego, oh Señor, que te sean agradables los sacrificios de mi boca y me enseñes tus juicios.” Salmos 119:107-108
“Aflicción” de acuerdo al diccionario es una pena y tristeza profunda. Es algo así como una depresión. Actualmente hay una oleada de casos de depresión, es una enfermedad (si se le puede llamar así) que está proliferando mucho en nuestros días. Estar triste es común en todos los niveles sociales y culturales, parece ser que no respeta ni sexo ni edad. Es algo verdaderamente de llamar la atención.
“La depre” puede durar unas horas o unos cuantos días, pero también hay quien la padece por unos meses o inclusive unos años. Es una fuerza en contra de uno que quita las fuerzas propias de seguir adelante. Por eso es muy difícil aconsejar a alguien que la padece. Porque ni siquiera tiene fuerzas para atender el consejo.
Y se que si estás leyendo esta parte del estudio de Salmos 119 y estás pasando por una depresión, tendrás la tentación de decir lo mismo que otras ocasiones: “ni para eso tengo ganas”. Pero déjame terminar, porque creo que para muchos esta es una salida efectiva.
Leer la Biblia produce un efecto en nosotros que cobra mayor fuerza entre más la leamos. Leer la Biblia tiene la capacidad de liberarte poco a poco de tu depresión. Es un antídoto efectivísimo contra la tristeza y la pena. Si no tienes ganas de leer, vale la pena que consigas una Biblia “hablada”, el caso es estar en contacto con ella.
El profeta Elías sufrió una gran depresión que casi lo lleva a la muerte, pero hizo dos cosas; dormir y comer, y así salió de su depre, comer como hemos dicho puede interpretarse como alimentarse con la Biblia y “dormir” es descansar. No huir. Después de que leas la Biblia descansa, el mismo poder creador de Dios se puede manifestar en tu vida al leer Su Palabra. Come y descansa en Él. Cuando menos te des cuenta tu depre desaparecerá.
No digo que se el único remedio para la depre, pero sí uno de los más efectivos.
Pero no sólo eso, David sigue diciendo: “…que te sean agradables los sacrificios de mi boca…” esto es verdaderamente revelador, a veces cuando estamos sumidos en la mas profunda de las depresiones, hablar es realmente un sacrificio. David lo sabía, por eso dice en otras palabras: “mira Dios cuánto trabajo me cuesta hablar y aún así abro mi boca”
El otro paso que debemos dar es confesar la Biblia. Si, si, ya se que no tienes ganas, haz como David, un sacrificio para hablar y vas a ver la respuesta restauradora de tus ánimos.
Armando Carrasco Z.
“Aflicción” de acuerdo al diccionario es una pena y tristeza profunda. Es algo así como una depresión. Actualmente hay una oleada de casos de depresión, es una enfermedad (si se le puede llamar así) que está proliferando mucho en nuestros días. Estar triste es común en todos los niveles sociales y culturales, parece ser que no respeta ni sexo ni edad. Es algo verdaderamente de llamar la atención.
“La depre” puede durar unas horas o unos cuantos días, pero también hay quien la padece por unos meses o inclusive unos años. Es una fuerza en contra de uno que quita las fuerzas propias de seguir adelante. Por eso es muy difícil aconsejar a alguien que la padece. Porque ni siquiera tiene fuerzas para atender el consejo.
Y se que si estás leyendo esta parte del estudio de Salmos 119 y estás pasando por una depresión, tendrás la tentación de decir lo mismo que otras ocasiones: “ni para eso tengo ganas”. Pero déjame terminar, porque creo que para muchos esta es una salida efectiva.
Leer la Biblia produce un efecto en nosotros que cobra mayor fuerza entre más la leamos. Leer la Biblia tiene la capacidad de liberarte poco a poco de tu depresión. Es un antídoto efectivísimo contra la tristeza y la pena. Si no tienes ganas de leer, vale la pena que consigas una Biblia “hablada”, el caso es estar en contacto con ella.
El profeta Elías sufrió una gran depresión que casi lo lleva a la muerte, pero hizo dos cosas; dormir y comer, y así salió de su depre, comer como hemos dicho puede interpretarse como alimentarse con la Biblia y “dormir” es descansar. No huir. Después de que leas la Biblia descansa, el mismo poder creador de Dios se puede manifestar en tu vida al leer Su Palabra. Come y descansa en Él. Cuando menos te des cuenta tu depre desaparecerá.
No digo que se el único remedio para la depre, pero sí uno de los más efectivos.
Pero no sólo eso, David sigue diciendo: “…que te sean agradables los sacrificios de mi boca…” esto es verdaderamente revelador, a veces cuando estamos sumidos en la mas profunda de las depresiones, hablar es realmente un sacrificio. David lo sabía, por eso dice en otras palabras: “mira Dios cuánto trabajo me cuesta hablar y aún así abro mi boca”
El otro paso que debemos dar es confesar la Biblia. Si, si, ya se que no tienes ganas, haz como David, un sacrificio para hablar y vas a ver la respuesta restauradora de tus ánimos.
Armando Carrasco Z.
lunes, 9 de marzo de 2009
Salmo 119 NUN (Parte 53)
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Juré y ratifiqué que guardaré tus justos juicios.” Salmos 119:105-106
Este es un versículo clásico. Casi todos lo hemos leído. Es un pasaje que nos muestra lo mucho que hace Su Palabra en nuestras vidas. Aún cuando es muy obvia su interpretación es muy alentadora.
Su Palabra tiene la capacidad de alumbrar nuestro caminar en la vida. Por eso se ha dicho que La Biblia realmente es el manual del fabricante. Es el manual que Dios nos dejó para poder caminar por esta vida.
Cuando alguien no usa como lámpara la Palabra, los resultados son evidentes; divorcios, enfermedades, inestabilidad emocional, adicciones, temores, todo esto y más resultado de no caminar con la luz que da la Biblia. Cuando una persona no usa esta “lámpara” para guiarse, seguro que no sólo tropieza sino que pierde el camino.
Lo visualizo como manejar en la noche, los postes de luz nos muestran el camino de manera general, nos permite ver el camino, las curvas, las bajadas, las subidas, etc., y los fanales del auto nos ayudan a ver lo más próximo del camino, como los hoyos, los topes los señalamientos. Exactamente así es lo que dice es te versículo. “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” La Biblia nos ayuda a ver cómo es el camino de manera global pero también nos ayuda a ver el camino de cerca. En otras palabra ayuda a que veas el camino de tu vida como un proyecto general, pero también te ayuda a que veas todas aquellas cosas de tu vida diaria que debes tomar en cuenta para tu caminar.
Pero por otro lado, vemos que dice también que el salmista juró y ratificó que guardaría su Palabra. (Hemos comentado en otros artículos que para estudio de este salmo, se puede interpretar; juicios, estatutos, testimonios, leyes, etc., como Su Palabra).
Lo interesante es que dice que no sólo juró sino que ratificó ese juramento. Lo juró y después confirmó su juramento. Él estaba seguro de lo valioso de Su Palabra y de lo mucho que lo había ayudado.
No olvides nunca que La Palabra se convierte en la mejor asistencia del camino. Es un respaldo técnico para cuando algo falla en el motor de nuestro corazón, es la parte que nos indica de manera clara y precisa el camino que tenemos por delante.
Y como todo lo que hemos estudiado, es voluntario. Está disponible para todo aquel que crea, tan fácil como abrir la Biblia y empezarla a leer y sobre todo a poner en práctica.
Armando Carrasco Z.
Este es un versículo clásico. Casi todos lo hemos leído. Es un pasaje que nos muestra lo mucho que hace Su Palabra en nuestras vidas. Aún cuando es muy obvia su interpretación es muy alentadora.
Su Palabra tiene la capacidad de alumbrar nuestro caminar en la vida. Por eso se ha dicho que La Biblia realmente es el manual del fabricante. Es el manual que Dios nos dejó para poder caminar por esta vida.
Cuando alguien no usa como lámpara la Palabra, los resultados son evidentes; divorcios, enfermedades, inestabilidad emocional, adicciones, temores, todo esto y más resultado de no caminar con la luz que da la Biblia. Cuando una persona no usa esta “lámpara” para guiarse, seguro que no sólo tropieza sino que pierde el camino.
Lo visualizo como manejar en la noche, los postes de luz nos muestran el camino de manera general, nos permite ver el camino, las curvas, las bajadas, las subidas, etc., y los fanales del auto nos ayudan a ver lo más próximo del camino, como los hoyos, los topes los señalamientos. Exactamente así es lo que dice es te versículo. “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” La Biblia nos ayuda a ver cómo es el camino de manera global pero también nos ayuda a ver el camino de cerca. En otras palabra ayuda a que veas el camino de tu vida como un proyecto general, pero también te ayuda a que veas todas aquellas cosas de tu vida diaria que debes tomar en cuenta para tu caminar.
Pero por otro lado, vemos que dice también que el salmista juró y ratificó que guardaría su Palabra. (Hemos comentado en otros artículos que para estudio de este salmo, se puede interpretar; juicios, estatutos, testimonios, leyes, etc., como Su Palabra).
Lo interesante es que dice que no sólo juró sino que ratificó ese juramento. Lo juró y después confirmó su juramento. Él estaba seguro de lo valioso de Su Palabra y de lo mucho que lo había ayudado.
No olvides nunca que La Palabra se convierte en la mejor asistencia del camino. Es un respaldo técnico para cuando algo falla en el motor de nuestro corazón, es la parte que nos indica de manera clara y precisa el camino que tenemos por delante.
Y como todo lo que hemos estudiado, es voluntario. Está disponible para todo aquel que crea, tan fácil como abrir la Biblia y empezarla a leer y sobre todo a poner en práctica.
Armando Carrasco Z.
lunes, 2 de marzo de 2009
Salmos 119 Lamed (Parte 52)
“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.” Salmos 119:103-104
Tal vez la forma común que esperaríamos leer sería “cuán dulces son a mis oídos tus palabras”. Eso sería lo lógico. Pero vemos que dice que las palabras de Dios son dulces a su paladar, por lo que notamos que realmente lo que está diciendo es que las palabras de Dios pueden comerse.
Esto nos hace una referencia directa a la palabras que dijo Jesucristo registradas en Mateo 4:4 donde dice: “no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La Palabra de Dios alimenta nuestras vidas. Es el alimento que sostiene sano a nuestro hombre interior. Ese es el argumento por el cual debemos procurar alimentarnos con Su Palabra todos los días, creo que Dios hace también una referencia al alimento por la necesidad de procurarlo todos los días.
Pero además, dice que es un alimento dulce. Es un alimento que al comerlo nos sabe dulce y sabroso. Cuando uno se acostumbra a alimentarse de la Palabra de Dios, uno empieza a saborear verdaderamente tanta riqueza, tanta sabiduría, tanto consejo y tanto amor.
En la otra parte, vemos que esta Palabra divina nos hace más inteligentes, estar en contacto diario con ella, hace que nuestras vidas adquieran más inteligencia. Y la Biblia nos enseña que la verdadera inteligencia es apartarse del mal. Por lo que, estar en contacto con ella, nos da la capacidad de poder alejarnos de todo aquello que no nos conviene. A veces queremos alejarnos de algo que sabemos que está mal pero no podemos. Es aquí donde debemos atender el consejo de saturarnos de Su Palabra para adquirir inteligencia y apartarnos del mal.
Y por último, nos dice una de las consecuencias de adquirir sabiduría. Nos dice que al obtenerla se aparta de los caminos de mentira. Y aquí se abren dos brechas.
Un camino de mentira es cuando uno mismo tiene el “hábito” de hablar mentiras, o que está viviendo sobre un cimiento de mentira. Que todo lo que ha construido está basado en una mentira.
Y el otro aspecto son todos aquellos caminos de mentira en los que podemos caer, caminos que se nos presentan en la vida que aparentemente son correctos pero que verdaderamente son basados en una mentira. La Biblia nos ayuda a distinguirlos y a no caer en ellos. Esa es una de las razones por las que debemos procurar alimentarnos todos los días con Sus Palabras.
Armando Carrasco Z.
Tal vez la forma común que esperaríamos leer sería “cuán dulces son a mis oídos tus palabras”. Eso sería lo lógico. Pero vemos que dice que las palabras de Dios son dulces a su paladar, por lo que notamos que realmente lo que está diciendo es que las palabras de Dios pueden comerse.
Esto nos hace una referencia directa a la palabras que dijo Jesucristo registradas en Mateo 4:4 donde dice: “no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La Palabra de Dios alimenta nuestras vidas. Es el alimento que sostiene sano a nuestro hombre interior. Ese es el argumento por el cual debemos procurar alimentarnos con Su Palabra todos los días, creo que Dios hace también una referencia al alimento por la necesidad de procurarlo todos los días.
Pero además, dice que es un alimento dulce. Es un alimento que al comerlo nos sabe dulce y sabroso. Cuando uno se acostumbra a alimentarse de la Palabra de Dios, uno empieza a saborear verdaderamente tanta riqueza, tanta sabiduría, tanto consejo y tanto amor.
En la otra parte, vemos que esta Palabra divina nos hace más inteligentes, estar en contacto diario con ella, hace que nuestras vidas adquieran más inteligencia. Y la Biblia nos enseña que la verdadera inteligencia es apartarse del mal. Por lo que, estar en contacto con ella, nos da la capacidad de poder alejarnos de todo aquello que no nos conviene. A veces queremos alejarnos de algo que sabemos que está mal pero no podemos. Es aquí donde debemos atender el consejo de saturarnos de Su Palabra para adquirir inteligencia y apartarnos del mal.
Y por último, nos dice una de las consecuencias de adquirir sabiduría. Nos dice que al obtenerla se aparta de los caminos de mentira. Y aquí se abren dos brechas.
Un camino de mentira es cuando uno mismo tiene el “hábito” de hablar mentiras, o que está viviendo sobre un cimiento de mentira. Que todo lo que ha construido está basado en una mentira.
Y el otro aspecto son todos aquellos caminos de mentira en los que podemos caer, caminos que se nos presentan en la vida que aparentemente son correctos pero que verdaderamente son basados en una mentira. La Biblia nos ayuda a distinguirlos y a no caer en ellos. Esa es una de las razones por las que debemos procurar alimentarnos todos los días con Sus Palabras.
Armando Carrasco Z.
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