martes, 27 de mayo de 2014

Su Palabra invisible y poderosa


“…Por la fe entendemos que Dios creó el universo por medio de Su Palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de lo que no se veía…” Hebreos 11:3

Este pasaje es impresionante y nos habla del poder de las palabras que salen de la boca de Dios.

Es un versículo con el que podemos hacer un estudio acerca de la fe, pero lo que hoy vamos a ver no es si Dios hizo el universo o no. Lo que vamos a ver es que Dios lo hizo por medio de Su palabra.

¡No había nada! Y Dios con Su palabra creó todo. Lo hizo con el poder de su boca. Lo que vemos ahora; el cielo, las estrellas, el sol, la luna, la tierra y todo lo que en ella habita lo creo de la nada, solo con el poder de sus palabras.

Lo interesante de todo esto es que las palabras de Dios son invisibles. No se ven. Pero tienen un poder impresionante. Pero lo mas impresionante es que esas mismas palabras siguen teniendo poder en nuestras vidas. Cada vez que estás expuesto a Su Palabra –la Biblia- eres transformado por su poder.

Sus Palabras siguen teniendo poder, siguen teniendo su poder creativo, liberador y sanador en nosotros.

También es impresionante darnos cuentas que Dios nos hizo a Su imagen y semejanza y dentro de esa “imagen y semejanza” nos dio poder en nuestras palabras, lo que confiesas repercute directamente en tu vida.

“…El que ama la lengua comerá de sus frutos; ella tiene el poder aobre la vida y la muerte…” Prov 18:21

Si confiesas vida estarás generando vida, si confiesas muerte estarás generando muerte.

Yo creo que la clave está en que acostumbremos a confesar no solo cosas buenas sino que aprendamos a confesar a Su Palabra que el poder se manifiesta mas poderosamente.

Busca Sus promesas, busca las perlas y los tesoros que están contenidos en Su Palabra y confiésalas… vas a ver los resultados.

Armando Carrasco
Bibliaterapia

martes, 20 de mayo de 2014

Una promesa que no se pierde ni porque te mueras


“…El Señor ha dicho: «Éste será el pacto que haré con ellos: Mi espíritu está sobre ti, y desde ahora y para siempre las palabras que puse en tu boca nunca se apartarán de tus labios, ni de los labios de tus hijos, ni de los labios de tus nietos.»…” Isaías 59:21

Este pasaje me anima mucho cada vez que lo leo, puedo identificar una de las grandes promesas de Dios para sus hijos, para aquellos que le creen.

Lo primero que identifico es que esta promesa es a nivel pacto, y cuando Dios hace un pacto ¡lo cumple!

Y nos dice qué es lo primero que va a hacer es poner Su Espíritu sobre nosotros. Es lo que va a darle vida a la promesa. Es la fuerza vivificadora a la promesa de Dios. Por que Él mismo se va a encargar de que así suceda.

El Espíritu Santo está sobre ti cuidando que las promesas de Dios se cumplan. No Depende de nadie mas si no solo de Dios.

Y después nos da la promesa; “…desde ahora y para siempre las palabras que puse en tu boca nunca se apartarán de tus labios, ni de los labios de tus hijos, ni de los labios de tus nietos…”

Simplemente sorprendente, desde ahora y para siempre. Empieza hoy, refiriéndose al día en que le crees y es para siempre. No se acaba.

Las palabras de vida que Dios ha puesto en tu boca estarán allí para siempre. En las buenas y en las malas, cuando tengas éxito y cuando fracases, cuando estés sano y cuando estés enfermos. No importa la circunstancia, Sus Palabras puestas en tu boca estarán siempre allí.

Y no sólo eso sino que esa promesa se extenderá hacia tus hijos y hacia tus nietos. Ni siquiera tu muerte podrá quitarte esas Palabras que Dios ha puesto en tus labios. Tus hijos las heredarán y serán tan abundantes que aún tus nietos las van a tener. ¡qué mejor herencia que Su Palabra en las bocas de tus hijos!

Creo que vale la pena valorar todas las Palabras que Dios ha puesto en nuestros labios y en nuestros corazones, para mi las Palabras que están en mis labios son aquellas que se han encarnado en mi vida, que las tengo tan apropiadas a mi que son parte de mi vida. Son aquellas que siempre las tengo presentes.

Armando Carrasco
Bibliaterapia

lunes, 12 de mayo de 2014

Literalmente me devoro Su Palabra


… Señor, Dios de los ejércitos, cuando hallé tus palabras, literalmente las devoré; tus palabras son el gozo y la alegría de mi corazón…” Jeremías 15:16

Este pasaje me gusta mucho. Es tan claro el mensaje que no hay que estar buscando mucha “revelación”.

Cuando uno encuentra por primera vez el valor de a Biblia, cuando por primera vez te cae el veinte que el libro que tienes en la mano lo escribió Dios, te devoras Su Palabra. La lees día y noche. La subrayas, la memorizas. La cargas para todos lados… yo recuerdo que hasta al cine me la llevaba. Es por eso que a veces nos llaman fanáticos.

Tal vez no es la imagen que quiero dar ante la gente, pero es tal el impacto en una persona que viene un hambre por leer la Biblia impresionante. Le damos el lugar que merece. La colocamos en el sitio que debe estar, en lo más alto de nuestras vidas porque por ella conocemos a Dios, no solo como nuestro creador sino como nuestro Padre.

Una de las razones es que todo lo que leemos nos da alegría y gozo por el simple hecho de que entendemos todo. Nos damos cuenta que todo lo que dice es verdad. Encontramos un tesoro que nos guía, que nos anima y que podemos poseer.

Y quisiéramos que todo mundo la lea, queremos contagiar a todos, pero después de un tiempo nos damos cuenta que no a todos les cae el veinte de la misma manera en que nos cayó a nosotros. Pero cuando llega el momento les sucede exactamente igual, ¡se la devoran!

Me llama la atención que dice: “…cuando hallé tus palabras…” Se trata de buscarlas. Se trata de ir por ellas, de búsqueda. Y estoy seguro que todo aquel que busca genuinamente un día la encuentra.

Empieza aller tu Biblia tratando de encontrar esas palabras vivas, cuando las encuentres sabrás a lo que me refiero.

Si te has identificado con este sentimiento de devorar la Palabra de Dios, da el siguiente paso, compártela. Tal vez no todos reaccionen de la misma manera y al tiempo que tu reaccionaste, pero estoy seguro que un día la vas a compartir con alguien que se le abrirán los ojos y como tú… se devorará Su Palabra.

Armando Carrasco
Bibliaterpaia

martes, 6 de mayo de 2014

4 frutos de leer la Biblia

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“…La ley del Señor es perfecta: reanima el alma. El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo. Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos…” Salmos 19:7-8

Recuerden amigos que para efectos de este blog podemos sustituir “ley”, “testimonio”, “preceptos” y “mandamientos” por Biblia o Su Palabra. Entonces podemos estudiarla así: Su Palabra es perfecta. Nada le falta nada le sobra. Es perfecta. Y cuando estamos en contacto con ella nuestra alma es reanimada, vivificada.

Cuando estamos tristes, agotados o desanimados, nada mejor que tocar Su Palabra, leer la Biblia logra reanimarte, darte fuerzas, infundirte aliento. Es nuestro combustible. Dios sabe que la vida diaria reduce nuestras fuerzas y por eso nos ha mandado Su Palabra.

Pero también dice que Su Palabra es firme y que da sabiduría al ingenuo. Cuando lees Su Palabra viene a ti una sabiduría sobrenatural, divina que te llena y te hace tomar buenas decisiones y dar acertados consejos. Su Palabra es una roca sólida que permite que quien la lea obtenga sabiduría sólida inamovible.

Adelante dice que Su Palabra es recta y que alegra el corazón. Leer la Biblia es un excelente antídoto contra la depresión. A veces la tristeza es agobiante pero cuando estamos en contacto con Su Palabra, nuestro espíritu es contagiado por esa rectitud de Dios que se traduce en alegría.

Y por último vemos que Su Palabra es pura. No tiene manchas o alteraciones, no se degrada ni cambia. Es eternamente pura. Libre de maldad. Libre de pecado, es perfectamente pura. Y esa Palabra alumbra tus ojos. Cuando la lees entiendes muchas cosas.

Ánimo, sabiduría, alegría y entendimiento son 4 frutos de leer la Biblia. Ánimo y alegría tiene que ver con estabilidad emocional –tan requerida en estos tiempos- y sabiduría y entendimiento tiene que ver con crecimiento en el conocimiento de Él. Te animo a que busques todos los días un pequeño espacio para leer tu Biblia, Su Palabra.

Armando Carrasco
Bibliaterapia