lunes, 29 de septiembre de 2008

Salmos 119 Tet (Parte 34)

“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra. Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.” RV 1960 Salmos 119 Tet 67-68

“Antes de que me castigaras, estuve alejado de ti, pero ahora obedezco tu palabra. Tú eres bueno y haces el bien; enséñame a obedecer tus mandamientos” Salmos 119 Tet 67-68 LS

“Antes de sufrir anduve descarriado, pero ahora obedezco tu palabra. Tú eres bueno y haces el bien; enséñame tus decretos” Salmos 119 Tet 67-68 NVI

Este pasaje verdaderamente me hace abrir la boca como un niño y quedarme estupefacto. Dios es nuestro Papá y quiere lo mejor para nosotros. Y nos trata como verdaderos hijos. Dios nos dice cómo debemos actuar pero a veces en nuestra necedad hacemos las cosas como nos de la gana y sufrimos las consecuencias.

Y como es natural después de que recibimos los golpes de las consecuencias, nuestro corazón se hace mas sencillo y humilde y entendemos la magnitud de la obediencia; el resultado es un corazón que entiende el poder de Su Palabra.

En la Traducción NVI me gusta cómo empieza: “Antes de sufrir anduve descarriado” me gusta porque muestra claramente una verdad de la vida. Primero nos descarriamos y hacemos todo creyendo que hacemos lo que queremos y como queremos, creemos que somos tan astutos que podemos burlarnos de las leyes divinas de retribución. Leyes tan sencillas y poderosas como “Todo lo que siembras cosechas”. Y a veces sólo con vivir las dolorosas consecuencias aprendemos estas leyes.

No podemos andar por la vida haciendo nuestra “santa” voluntad, necesitamos ordenar nuestra vida de acuerdo a Su palabra, necesitamos también caminar creyendo que todo lo que hacemos tiene una consecuencia, para bien o para mal. En el libro a los Gálatas escrito por Pablo dice en el capítulo 6 y versículo 7: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Antes de hacer cualquier cosa pregúntate qué repercusiones traerá lo que estas haciendo: a tu persona, a tu esposa, a tus hijos, a tu colonia, etc.

Después de que pasamos por una situación difícil como causa de nuestras malas acciones y decisiones y retomamos el camino nos damos cuenta de que Dios es bueno y hacedor del bien. Comprobamos que Dios no es malo, que muchas de las causas de lo malo que nos pasa en la vida es el resultado de nuestras acciones equivocadas.

Por eso creo que es necesario valorar lo que se repite por todo el salmo: “¡Enséñame tu Palabra!”

Armando Carrasco Z

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Salmos 119 Tet (Parte 33)

“Bien has hecho con tu siervo, Oh Dios, conforme a tu palabra. Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído.” Salmos 119 Tet 65-66

Cuando hacemos un análisis de nuestra vida bajo la perspectiva de Su palabra nos unimos al clamor de David en este Salmo; y podemos decirle a Dios “me has tratado bien, me has tratado tal como lo dices en tu palabra”. Esto no quiere decir “toda la vida me ha ido bien”, tampoco se puede interpretar como un “siempre me va bien”. La cuestión es entender que entre todas las cosas que nos pasan, Dios está involucrado.

A veces hay situaciones que no entendemos cuando nos pasan, accidentes, enfermedades y otras tantas cosas, que suceden y no sabemos porqué. Pero hay otras que sí sabemos, que a veces queremos hacernos los desentendidos pero dentro de nuestro corazón sabemos muy bien la causa.

Hay principios universales que rigen el universo. Uno de ellos es muy sencillo pero muy poderoso: “lo que sembramos, eso cosechamos”. Cada acción nuestra, cada palabra debería ser evaluada por este principio de sabiduría. Principio inviolable. Si todo lo que hacemos lo pasamos por este razonamiento, créeme que dejaríamos de hacer muchas cosas malas y empezaríamos a producir mas cosas buenas. Ambas van a repercutir en nuestro futuro para bien o para mal.

Por eso es sumamente importante que la siguiente parte de este pasaje lo hagamos parte de nuestras oraciones y peticiones; “Enséñame buen sentido y sabiduría”. Si nos conducimos por la vida con sentido común y buen juicio muchas de las cosas que hacemos las evaluaremos bajo la perspectiva divina y su repercusión en nuestra vida será positiva.

Revisemos los términos. Sentido común se puede definir como el desarrollo de la sensatez que quiere decir: prudente, cuerdo y de buen juicio. Sabiduría. Conducta prudente en la vida o en los negocios.

No podemos andar por la vida haciendo nuestra “santa” voluntad sin pensar en las consecuencias, todo en esta vida, absolutamente todo tiene consecuencias, para bien o para mal, por eso creo que debemos buscar que Dios nos llene de sabiduría y de buen juicio, después de todo somos nosotros los que vamos a recibir lo que sembramos.

Armando Carrasco Z.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Salmos 119 Chet (Parte 32)

“Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos. De tu misericordia, Oh Jehová, está llena la tierra; Enséñame tus estatutos.” Salmos 119: 63-64

Hay una clase de personas que se entiende perfectamente, entre ellos bastan unas pocas palabras para comprenderse a cabalidad, a veces, basta solo una mirada para entablar una conexión entre ellos, esa clase de personas son todas aquellas que adoran a Dios. Y pocos los entienden.

Cuando dice en este pasaje: “…de todos los que te temen y guardan sus mandamientos…” se refiere directamente a aquellos que adoran a Dios las 24 horas del día. Que lo tienen presente en todo lo que hacen.

Adorar a Dios es una actitud de corazón, de total rendición a él, adorar a Dios te da el pase a formar parte de una comunidad de personas que su meta en la vida es adorarlo.

No estoy hablando sólo de cantar los domingos, estoy hablando de todos aquellos que con sus vidas lo adoran. Para ellos cantar es solo el reflejo de lo que son. Es su vida entera la que entona alabanzas a su Creador. Esa comunidad es de la que habla el rey David en este salmo.

La palabra “compañero” viene de su raíz que significa amigo de creencias, o socio. Lo que quería decir David es reconoce a todos aquellos que adoran a Dios y que es amigo de ellos. De los que verdaderamente lo adoran

Es necesario que busques amigos así. Es bueno hacer comunidad con ellos. Hay un viejo dicho mexicano que dice: “Dios los hace y ellos se juntan”. Efectivamente aquí en la tierra buscamos juntarnos con todos aquellos que están rendidos a adorarle.

Ahora bien, vemos que después dice que la tierra está llena de la misericordia de Dios. Los adoradores entienden que un segundo sin la misericordia de Dios, el mundo se desintegraría totalmente. La tierra existe y se mantiene por Él. Dios mantiene la tierra funcionando.

Aún con todo lo que hemos hecho mal para dañar la tierra y provocar situaciones como el sobrecalentamiento, Dios ha tenido misericordia y sigue habitable. Creo que nos tiene paciencia y el mismo nos lleva a cambiar nuestra mente para cambiar hábitos y cuidar el mundo donde vivimos.

Debemos hacer nuestra esta petición de que Dios nos muestre sus estatutos para mantener la tierra sana. Creo que hay mucho consejo de cómo poder ayudar a mantener la tierra habitable de manera sustentable, pero también creo que sería muy válido que volteemos nuestra cara a Dios y le pidiéramos que nos enseñe la manera de hacerlo.

Armando Carrasco Z.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Salmos 119 Chet (Parte 31)

“Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley. A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios.” Salmos 119:61-62

Hay ocasiones en nuestra vida que somos “rodeados” de gente que no le tiene temor a Dios en lo más mínimo. Muchas veces por personas que dicen creer en Dios pero que con sus hechos lo niegan, y otras veces por gente que abiertamente se dicen ateos o también otras veces somos rodeados por gente que en mi punto particular de vista es peor: Gente que lucha directamente a Dios y lo hace con saña con aquellos que se dicen ser creyentes.

En esas ocasiones es cuando más tenemos que “no olvidarnos” de Su Palabra. No tenemos que aferrar a ella con toda el alma y con todo el corazón. Porque ella nos guarda y nos protege.

En la versión NVI dice de esta manera: “Aunque los lazos de los impíos me aprisionan yo no me olvido de Tu ley…” estas situaciones de las que hablamos muchas veces son lazos en nuestras vidas que quieren controlarnos. Si no nos aferramos a Su Palabra lo más seguro es que con el tiempo aprendamos las mañas de nuestros sitiadores.

Debemos ser inteligentes para buscar espacios personales de búsqueda, a veces es necesario ser prudente como en esta ocasión David que nos dice que en la noche se levantaba para alabar a Dios por Su Palabra. No dice que lo negaba de día, pero tampoco dice que estaba pregonando a todo pulmón que era amante de la Biblia. Es cierto hay ocasiones que debemos hacerlo cueste lo que cueste, pero hay otras en que Dios mismo apoya que manejes las cosas de otra manera.

Hay países donde está penado hablar de la Biblia. Algunos de ellos con pena de muerte. Y aún así hay gente que ama a Dios y va a esos países a compartir de ella y del amor de Dios, ponen su vida en juego, pero eso no quiere decir que van a ser imprudentes. Tenemos que admirarlos y si es posible imitarlos. Son personas que actualmente están sitiados por gente que abiertamente lucha en contra de la Biblia. Pero que sin embargo están allí cumpliendo su misión. ¡Que Dios los bendiga a ellos y a sus hijos!

Pero también se da el caso de que muchas veces queremos hacer de nuestras vidas una burbuja donde podamos controlar todo el ambiente para nuestra familia y no dejar pasar nada que no sea “de Dios”. Creo que este extremo también es muy dañino, creo que debemos aprender a vivir en el mundo y como Jesús dijo, no nos va a sacar del mundo, sino que nos va a guardar y a proteger. Debemos aprender a vivir situaciones de sitio cuando el enemigo nos acecha y nos pone en lugares donde abiertamente luchan contra Dios.

Es en esos momentos de nuestra vida que debemos aprender a aferrarnos de Su Palabra aunque todo el mundo esté contra ella, y buscar espacios para intimar con Dios a solas…aunque sea a la media noche, cuando todos están dormidos.

Armando Carrasco Z.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Salmos 119 Chet (Parte 30)

“Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios. Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos.” Salmos 119:59-60

En el transitar de nuestra vida es necesario de vez en cuando hacer un alto total para evaluar nuestra conducta. La vida nos orilla a llevar un estilo egocéntrico, es la tendencia natural humana, nuestra misma naturaleza nos lleva a crear hábitos que nos alejen de los valores morales.

Esa es la razón por la que debemos hacer un examen cada determinado tiempo, pero la calificación que obtengamos no es para lograr un diploma, sino para usarlo como radiografía de aquellas áreas en las que debemos cambiar.

Hemos estudiado que lo único estable en esta vida es Su Palabra. Todo es pasajero nada permanece, nuestras vidas son como hierba que se seca dice la Biblia, y sólo su palabra permanece para siempre. Ese es el argumento para edificar nuestra vida sobre ella.

Una vez que sabemos qué áreas de nuestra vida necesitarán corrección debemos aplicarnos aponer por obra nuestro cambio, es lo más difícil, porque no se trata sólo de llenar de información nuestra mente, no se trata de leer la Biblia sólo por saturar de información nuestra alma, se trata de usar esa Palabra para cambiar nuestra conducta.

En este Salmo David dice: “Y volví mis pies a tus testimonios” Cuando David se daba cuenta de que estaba viviendo en desacuerdo a los estándares divinos, daba vuelta en U y giraba hacia la Palabra.

Pero no sólo eso, sino que David lo hacía con prontitud. No esperaba mas tiempo, una vez que se daba cuenta de sus faltas de inmediato “tomaba cartas sobre el asunto” dice en esta parte del texto: “Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos”.

Son tres lecciones que nos deja este pasaje:
a) Hazte un examen
b) Corrige el camino y enfócalo al estándar divino
c) Hazlo pronto

Estos tres pasos mantienen tu vida equilibrada y en sintonía con la Palabra.

Armando Carrasco Z.